En esta
cinta futurista situada en el ya no tan lejano 2154, nos percatamos de que no,
el futuro no es brillante para todos. Los ricos y poderosos siguen siendo la
minoría mimada y como la tierra está hecho un verdadero basurero se han mudado
a Elysium; una sofisticada ciudad/estación espacial que orbita la tierra en
donde tienen toda clase de avances, lujos y privilegios (como por ejemplo han
logrado erradicar las enfermedades) su vida es simplemente inmejorable.
Mientras
que para los infinitos pobres la cosa en la tierra esta infinitamente peor que
lo que los sueños futuristas pesimistas predicen. Viven en medio de la basura,
la violencia, la segregación y la deshumanización
con ínfimas esperanzas de vida. Los terrestres (pobres) tienen prohibido viajar
a Elysium y a acceder a cualquiera de los beneficios que el desarrollo humano
ha logrado conquistar; claro, hasta que llega alguien que va a desafiar al
sistema como una medida desesperada.
El
director Neill Blomkamp, de quién ya habíamos recibido District 9, nos lleva de
nuevo sobre el camino de la segregación, la violencia y la ciencia ficción; una
combinación que en esta nueva entrega resulta en una aventura en la que sus
motivos siguen siendo el mostrar de una manera patente el pertinaz
desequilibrio que nace, crece y se reproduce todos los días en cada rincón del
mundo, entre los más favorecidos y los que cada día tienen menos.
En la
tierra, soñando desde pequeño en ese paraíso espacial que se ve tan bonito
desde acá abajo, vive Max (Damon) en un convulsionado Los Ángeles, donde la
población y las lenguas se han mezclado tanto que se podría decir que ha
surgido una nueva raza y un nuevo lenguaje.
Max tiene
un trabajo en una armadora y aparentemente, aún en medio de la desolación, más
o menos “la va llevando”.
Aunque
como todos los terrestres, tiene un expediente con visitas a centros de
reclusión y un coqueteo con el lado “oscuro” aunque ahora esté en “rehab”.
Pero un
día Max sufre un accidente en su lugar de trabajo que lo va a empujar, si
quiere seguir con vida, a embarcarse hacia la prohibida Elysium.
Esta tarea
es mucho más que imposible, dadas las condiciones de entrada a la estación
espacial y la estricta vigilancia que se tiene. Pero Max desafiará (por una
serie de circunstancias, todas las predicciones y se enfrentará a la
malvaderrima secretaria de defensa de Elysium
la señora Delacourt (Foster) que está apoyada por un desalmado agente que es peor
que un Terminator (Copley).
Pero entre
todo lo que puede pasar, Max tiene nada que perder y mucho que ganar si logra
llegar a tiempo a Elysium.
Es
interesante como, a medida que la ansiada y “esperanzadora” noción de “El
futuro” que se había preformado en los años sesentas y setentas (tras el viaje
a la luna) se ha alcanzado y superado en
el calendario, nuestro concepto actual de “El futuro” cada vez más
frecuentemente se acerca más bien a una hecatombe, en la que la contaminación,
la guerra, la muerte, el hambre y la crueldad humanas, llegarán a límites que,
aún los mas aventurados, no han podido imaginar.
Y los
más recientes films futuristas miran con pesimismo ese ya no tan “anhelado” día
de mañana.
“Elysium”
nos lleva en un torrente donde confluyen varios campos gravitatorios que
producen en conjunto una especie de fuerza que implica diferentes niveles de
apreciación y compromiso con la película.
Puede
verse como una cinta de acción y efectos, de heroísmo y ciencia ficción pero lo
que subyace, el desequilibrio, la exclusión a los migrantes y la
deshumanización también dejan su huella.
Sin
embargo, al mismo tiempo, la carga humana
del héroe es significativa, pues aunque es un “héroe a fuerzas”, Max logra con
todos los sacrificios que las grandes acciones heroicas requieren, recomponer el equilibrio.
Entonces
aunque desafiante y con mala cara, el futuro también puede ser transformado, no
todo es desesperanza.
Las
opciones cuentan, las decisiones pesan y los destinos pueden ser transmutados para
un bien.
Entonces
cuando el héroe cambia el propio beneficio para ayudar a la hija de su amiga Frey
(Braga) además, concede al futuro un puntito de esperanza.
Claro
que la acción es delirante y no se detiene, ni escatima en el uso de recursos y
en acciones violentas; armas, mutaciones hombre máquina, y asesinatos de posibles
colaboradores.
Si
bien es cierto que el director resuelve esta cinta mucho más a la manera que se
esperaría dentro de la filosofía Hollywoodense, despegándose de su cinta
anterior, no es reprobable porque cumple su misión de fantasía y futurismo
amedrantador que se resuelve, empero, por el poder de un héroe.
Dejando
de una manera singular la moneda en el aire, para seguirse preguntando si ese es el futuro que nos espera y si la
acción de un hombre puede hoy y ahora ser capaz de modificar la realidad.
Director: Neill Blomkamp
Reparto: Matt Damon, Alice Braga, Jodie Foster, Faran
Tahir, William Fichtner Diego Luna.
País:
Estados Unidos
Año:
2013
Duración:
1 hr. 49 min.
Clasificación:
Mayores de 15 Acción violenta y sangrienta
Fecha
de estreno en México: 27 de Septiembre