Por Julia Elena Melche.
Un ex militar y experimentado piloto rescatista del
Departamento de Bomberos de la ciudad de Los Ángeles, se embarca en una peligrosa
aventura a bordo de un helicóptero y todo lo que encontrará a su alcance, para
poner a salvo a su exesposa Emma y a su hija adolescente Blake, luego de que un
devastador terremoto que azotó la costa oeste de Estados Unidos. Con esta premisa, el director
canadiense Brad Peyton confecciona un nuevo vehículo de lucimiento para Dwayne
Johnson, actor, culturista y ex luchador profesional californiano, conocido
como La Roca, con quien hizo mancuerna en su anterior filme Viaje
al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa (2012).
El cine de catástrofes, puesto de moda nuevamente con Tornado
(96) del holandés Jan DeBont, Pico de Dante (97) del neozelandés
Roger Donaldson, Titanic (97) del
canadiense James Cameron, Lo imposible (2012) del español Juan
Antonio Bayona y con las exitosas Día de la independencia (96), Godzilla
(98) El
día después de mañana (2004) y 2012 (2009) del especialista en este
género, el alemán Roland Emmerich, y que inició en los setentas con gran auge
con Aeropuerto,
Terremoto, La aventura del Poseidón e Infierno en la torre, se
caracteriza por su gran espectáculo visual, destinado a inquietar al espectador
mediante la lucha por la sobrevivencia en situaciones inminentes y la
dramatización de un juego de intensidades. Su acción vertiginosa, su ritmo
acelerado y un vasto despliegue de efectos especiales son sus mecanismos que
funcionan a la perfección en taquilla.
En Terremoto: La falla de San Andrés estas peculiaridades pisan los terrenos de la
desmesura y de la grandilocuencia, en una autocomplacencia tecnicista, dando
paso a un súper héroe que maneja un histrionismo de agitadas coreografías
calculadas y acciones muy poco probables. Mientras los edificios se derrumban,
los cables eléctricos estallan, algunas personas corren y mueren aplastadas o atrapadas
en las descomunales grietas que se abren bajo sus pies y la ciudad de Los
Ángeles se convierte en un escenario apocalíptico, el fortachón Ray (el actor
de la saga de Rápidos y furiosos, Dwayne Johnson) se olvida de su labor de
rescatista y solo piensa en encontrar a su exmujer y a su única hija, como el héroe
indestructible de Búsqueda implacable, para que el filme se centre en el drama
familiar, eliminando muchas historias paralelas posibles en torno a otros
personajes, como otras cintas del género, donde la tragedia abarcaba a un buen
número de individuos en constante peligro mortal para incrementar el suspenso y
los momentos tensionales.
En su lugar, el tratamiento dramático gira en torno a la
misión personal de Ray, lo que convierte a la película en una crónica de
salvación bastante predecible, pues como buen producto hollywoodense, los
protagonistas siempre sobreviven. El realizador entrega un héroe inquebrantable
que se mueve como pez en el agua en medio del caos y de la catástrofe.
Casualmente encontrará una avioneta para volar a San Francisco donde se
encuentra su hija, luego, una lancha que manejará con una pericia asombrosa al
grado de sortear las enormes olas de un gigantesco tsunami, para finalmente
abrirse paso entre las calles inundadas
y llenas de todo tipo de objetos, en el mejor estilo jamesbondiano, hasta
llegar al edificio exacto y rescatarla.
Pero sin duda, lo más atractivo del filme son los aparatosos
efectos especiales digitalizados que plasman en la pantalla geniales, aunque a
veces exageradas, escenas del terremoto, el verdadero protagonista. Luego de
que un sismólogo (Paul Giamatti, el único personaje sólido) y su equipo de
especialistas han estado registrando una serie de movimientos telúricos, se desatan
varios terremotos de intensidad descomunal que destruyen las urbes de Los
Ángeles y San Francisco, provocados por la activación de la falla geológica de
San Andrés.
Entre los colosales rascacielos que se desbaratan y desploman,
el resistente puente Golden Gate cayendo al océano y un terrible tsunami que
inunda la poblada ciudad californiana, solo aparecen algunos pobladores empolvados
que corren confundidos. Tal parece que los únicos sobrevivientes del mega cataclismo
son los protagonistas, con dos personajes que se unen para reforzar el drama
familiar y subrayar las pericias del héroe.
Se trata de una cinta de un espectáculo visual
desproporcionado, llena de clichés, que puede
generar emoción y suspenso, aunque no aporta nada novedoso al género.
De las entretenidas y disfrutables películas de Roland Emmerich, Terremoto: la falla de San Andrés se desvanece
entre escombros argumentales y su desastre narrativo y dramático ni La Roca
puede salvar.
Dirección: Brad Peyton.
Reparto: Dwayne Johnson, Alexandra Daddario. Reparto: Dwayne
Johnson, Alexandra Daddario, Carla Gugino, Colton Haynes, Ioan Gruffudd, Archie
Panjabi, Paul Giamatti, Kylie Minogue, Vanessa Ross, Will Yun Lee, Matt Gerald,
Art Parkinson, Hugo Johnstone-Burt, Janell Islas, Jackie Dallas
País: Estados Unidos.
Año: 2015.
Duración: 114 mintos.
Género: Cine de catástrofes. Acción-Aventuras.
Clasificación: Adolescentes y adultos.
Fecha de estreno en México: 29 de mayo de 2015.
TERREMOTO: LA FALLA DE SAN ANDRÉS (SAN ANDREAS) SE EXHIBE EN
CINÉPOLIS A PARTIR DEL 29 DE MAYO DE 2015.
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