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Parásitos, la nueva película del superlativo Bong Joon-Ho,
llega a las carteleras tras ganar, entre otros tantos premios, la Palma de Oro
a la Mejor Película en el Festival de Cannes. Tras la simplemente correcta
Okja, ¿es Parásitos el regreso a la mejor faceta del director?
Toda la
familia de Ki-taek está desempleada y se interesa mucho por el tren de vida de
la riquísima familia Park. Un día, su hijo logra que le recomienden para dar
clases particulares de inglés en casa de los Park. Es el comienzo de un
engranaje incontrolable, del cual nadie saldrá indemne.
Fumigación gratuita
Hay
parásitos que, en algunos animales e insectos, logran controlar a su portador
como si este se transformase en una marioneta. Hay otros que no tienen por qué
vivir en el interior del otro organismo, sino que puede buscar su supervivencia
en el exterior de este. Generalmente, los parásitos causan algún tipo de daño a
su portador.
El
acontecimiento es un concepto injusto en según qué contextos. En el del cine
siempre lo ha sido y quizá sea a día de hoy dónde más se nota este desfase
entre una verdad ilusoria y otra impuesta por los departamentos de marketing.
Es muy parecido a lo que realizan estos organismos siempre desagradables,
viscosos y sucios que son los parásitos. La simbiosis que se produce entre el
marketing y la mente de los espectadores daña cada vez más a ese tipo de cine
que viene de países que erróneamente consideramos exóticos o a quienes nos
traen películas diferentes o interesantes a nuestras salas.
La realidad
cinéfila es que los gusanos repugnantes de nuestros intestinos bloquean la aparición
del verdadero acontecimiento. Una evolución visual puede serlo, aunque también
lo es un paso hacia adelante en cuanto a la narrativa. El cine de Bong Joon-Ho,
lo sepamos o no, es un acontecimiento.
El arte de mentir
Parásitos
se vende como una comedia negra de suspense. Es de las pocas cintas surcoreanas
que llegan a nuestras salas de cine más convencionales. Esto es debido al
talento casi inaudito de su director, Bong Joon-Ho, que tras dos películas
fuera de su país natal regresa a Corea del Sur como si esta nación le
infundiese energía creativa a través de sus raíces de celuloide.
Debe ser
un acontecimiento una película con una precisión en el plano que otorga
elegancia y solidez al más oscuro deseo de la psique humana. Y es que este
director de nombre impronunciable es, sin duda, un genio.
Ya lo sabíamos por
sus anteriores trabajos y lo reafirmamos con esta Parásitos. No hay ni un solo
plano en esta película que rebase o que tenga un cuadrante exento de
información o de perfección plástica. Cada cuadro, impoluto, dice algo para la
trama, cuenta un detalle de un personaje o introduce tensión al espectador.
La
técnica es perfecta, un trabajo de maestro. Si a esto añadimos una fotografía
de Kyung-pyo Hong maravillosa o una velocidad en el corte de Jinmo Yang que ni
nos toma por seres con déficit de atención ni nos aburre con su edición,
tenemos un resultado visual, de ingeniería artística, sobresaliente.
Solo el
aquejado de anhedonia podría rechazar un plato tan placentero. Vestuario,
maquillaje, sonido; hasta el catering, parecen unirse en una concomitancia perfecta
para generar un producto como Parásitos.
Los secretos de los secretos
Pero por
muy bellos que sean estos simbiontes alargados, con sus cilios moviéndose entre
los ácidos del interior de su albergador, no aportarán mucho más si con sus
boquitas extraterrestres no nos cuentan una buena historia.
Parásitos posee una
premisa que logra atrapar y que nos hace pensar a nosotros, ingenuos
hospedadores, que sabemos hacia donde marchará la trama. Bong Joon-Ho y Jin Won
Han, los guionistas, nos sorprenderán y girarán el desarrollo en direcciones que
no habíamos previsto sin resultar injustos.
La unión
de la comedia negra y el suspense hace de Parásitos algo disfrutable en cada
uno de sus minutos. Es una comedia negra refinada, que no buscará carcajadas en
la sala sino sonrisas en la inteligencia. Es más ingeniosa que chistosa de
manera consciente.
El suspense, por otro lado, unirá muy bien las sonrisas
crueles con las nerviosas. La tensión, esa bomba que puede explotar -o no-, es
omnipresente con su angustioso tic-tac asfixiando al espectador.
El dominio
de la expectativa y la narrativa es imperioso. Y es que la autoridad
cinematográfica que demuestra Parásitos no solo es visual, también proyecta una
evolución de la narrativa contemporánea. No abandona al espectador con una
premisa interesante, no se conforma con un par de buenas ideas. Parásitos
evoluciona los conceptos y aporta otros nuevos en sus minutos iniciales, en los
medios y en los finales.
Juntos por la miseria
Parásitos
habla sobre una familia pobre, de clase que ni puede considerarse obrera, que
pelea por robar el wifi al vecino y que recurre al engaño inocente y al ingenio
para salir adelante. Desde esta necesidad, no muy trágica, la película cuenta
su historia que ni trata de ser un panfleto de denuncia social ni un decálogo
irónico sobre el capitalismo.
Es una historia. Solo una historia que, eso sí,
cada cual podrá interpretar como le salga de las liendres.
Y qué
remedio se le puede poner a una crítica que no encuentra un resquicio de virulencia
cuando el reparto está a la altura de todo lo demás.
Song Kang-Ho, uno de los
actores más prolíficos y talentosos de Corea del Sur está a su propia altura.
El resto del reparto, más desconocido o con filmografías más comedidas, también
realiza una labor magnífica.
Los actores protagonistas más jóvenes como Choi
Woo-shik o Park So-dam actúan con total naturalidad. Y así aporta el resto del
reparto con su talento y sus rostros tan bien elegidos haciéndonos creer cada
palabra de esta historia.
El único
valle ralo en la perfección narrativa de Parásitos es una justificación final
que no está a la altura del resto. Esto no quiere decir que la película, ese
parásito, nos pellizque más de la cuenta y estemos rumiando si ir o no al
médico; baja a Parásitos del podio histórico, sí; pero no del anual o de la
década.
Conclusión de ‘Parásitos’
Los
aficionados al cine somos como estos seres, a veces desde su interior, otras
desde el exterior; nos alimentamos del cine sin tener en cuenta el daño que le
hacemos. Parásitos son kilos de carne viva en buen estado, roja y sangrante,
como nos gusta.
Es un
festín enorme y todavía, por marketing o por ignorancia, no asimilamos que es
ese acontecimiento que todos esperábamos y queríamos. No tengan miedo,
Parásitos está aquí para que la consumamos, para que su color se vuelva azul y
enfermo, para que pierda movilidad. Corróanlo, devórenlo; y háganle daño, mucho
daño.
Director:
Bong Joon-ho
Reparto:
Song
Kang-ho (Kim Ki-taek)
Lee
Seon-gyun (Park Dong-ik)
Jang
Hye-jin (Kim Chung-sook)
Cho
Yeo-jeong (Park Yeon-kyo)
Choi
Woo-sik (Kim Ki-woo)
Park
So-dam (Kim Ki-jung)
País:
Corea del Sur
Año: 2019
Género:
Drama. Comedia
Duración:
132 min.
Clasificación:
Mayores de 18
Guion:
Kim Dae-hwan, Bong Joon-ho, Jin Won Han
Fotografía:
Kyung-Pyo Hong
Música:
Jaeil Jung
Fotografías:
Copyright The Jokers / Les Bookmakers
Fecha de
estreno en México: 27 de Diciembre 2019