Después de leer y ver tanto sobre vampiros en lo que va del año (Twilight, House of Night, True Blood) me di cuenta cuánto más provecho se le puede sacar a los chupasangre. Recientemente ha llegado a las librerías de todo el país Nocturna de Guillermo del Toro y Chuck Hogan.
Desde su portada se percibe diferente. Algo "rasga" la cubierta para reflejar una foto de Nueva York rojo y sangriento. El primer capítulo, donde la abuela de Abraham Setrakian (quien habrá de convertirse en un Abraham Van Helsing caza-vampiros en su vejez) le cuenta la historia de un ser nocturno con la moraleja de "cómete tus verduras chamaco" es sólo el comienzo y nos invita a seguir leyendo. Un avión en silencio lo desata todo. Un ataúd enorme. Sangre blanca.
Porque Del Toro es un maestro para esbozar criaturas de la noche terroríficas, haciéndonos olvidar por completo de todos esos bellos y sanguinarios jóvenes enamorados de chicas aleladas. Porque aquí no hay efectos especiales sorprendentes: todo se logra con párrafos llenos de suspenso.
¿De qué va el libro? Un Boeing 777 aterriza en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York proveniente de Berlín, y cuando se dirige a la puerta para que los pasajeros empiecen a desembarcar, de repente se oscurece. La torre de control pierde contacto con el piloto y toda la actividad eléctrica del aparato se corta. No se escuchan móviles, ni BlackBerries, ni la radio, nada. Las cortinas de las ventanillas están bajadas y no se ve a nadie dentro. Se reúne un equipo de emergencias y todos observan al avión silencioso ahora bañado por las luces del aeropuerto, en completo silencio. Parece una gigantesca lápida blanca que brilla contra el oscuro cielo de la noche. Entonces una brecha negra aparece en el fuselaje: es una puerta que se abre desde dentro con una lentitud glacial…
Siempre han estado aquí. Vampiros.
Anidando y alimentándose.
En secreto y oscuridad. A la espera.
Ahora ha llegado su momento.
En una semana, Manhattan habrá desaparecido.
En tres meses, todo el país. En seis meses, el mundo entero.
Mientras los capítulos avanzan, la tensión continúa y conocemos entrañables personajes e historias de familia, de amor, de hastío, de ratas de alcantarilla, del profundo hueco que dejó en la tierra y en los corazones el derrumbe de las Torres Gemelas del WTC. Para los conocedores del mundo vampiril, puede haber lugares comunes, clichés, pero muy pronto se comienza a valorar la historia por sí misma.
El pero que le pongo a este libro es toda esa parte que se empeña en hacer que nuestro héroe, Eph Goodweather, sea más que un médico que combate epidemias, no, no, es también es un padre divorciado enfrentándose al temor de perder a su hijo. Todo eso de que el matrimonio se fue al diablo porque él trabajaba mucho y esos abrazos, y besos y mi hijo es lo máximo, jugamos y reímos mmm ¿estamos leyendo un libro de terror? ¿en serio? Quitaría toda esa paja. Y afortunadamente, no estoy loca ni amargada, una de las principales críticas de la historia por decenas de lectores en Amazon y blogs varios es justo esa.
En fin, los invito a conocer al exterminador de plagas, Vasiliy Fet. Dénse la oportunidad de preguntarse cuál será el destino de Gus, el inmigrante mexicano. Deleiténse con la obsesiva esposa de uno de los sobrevivientes del vuelo. Tiemblen imaginando a la niña de la gargantilla negra y el encuentro con su padre.
Vale la pena darse una vuelta por el website de lo que se convertirá en la Trilogía de la Oscuridad (esperemos los siguientes libros en junio del 2010 y 2011) y adentrarse en el mundo de esta nueva raza de vampiros.
http://www.thestraintrilogy.com/
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