domingo, 2 de febrero de 2014

AL DIABLO CON LAS NOTICIAS (ANCHORMAN 2)



Por: Fabián Quezada León

En una delirante saga de la primera parte Will Ferrell y su equipo de amigos regresan para ahondar en este mundo del espectáculo noticioso y ahora dar un paso más para hacernos entender un poco esto de la notibasura y la descarnada lucha por los ratings en las empresas televisoras. La historia comienza cuando Ron (Farell) y Veronica (Applegate) que ya son una pareja popular en la tele piensan que la oportunidad de llegar a las ligas mayores toca a su puerta. En efecto sí, hay una oportunidad, es decir una sola, la pareja debe separarse y Ron se queda sin trabajo.
Claro que esto sólo es el comienzo. Ron, desempleado, decide buscar a su ex equipo de noticias para “armarla” en otro lado. Así que va localizando a cada uno: a su reportero Brian (Rudd)  que ahora es fotógrafo de mascotas, a su encargado de deportes Champ (Koechner)  que ahora es dueño de un restaurant  de cómida “rápida” y a Brick (Carell) su hombre del clima.
Al llegar a NY se embarcan en un "desconocido hasta entonces", formato de cadena de televisión: ”noticias 24x7” (recordemos que estamos supuestamente en los 80’s)  

Aunque a primera vista “Al diablo con las noticias” pareciera ser simplemente una cinta de comedia mas, la verdad es que de una manera muy esquizofrénica  y ruda  es una ácida crítica a un sistema de consumo de la información que, comenzando aproximadamente en los 80’s, irá a alcanzar su culmen en estos días; de maneras que ni siquiera los más grandes escritores de ciencia ficción hubieran imaginado jamás.
Pero vayamos a los básicos de la película:
¿Qué sucede cuando un hombre que desea ante todo salir adelante, lograr la fama mediática,  la fortuna de la popularidad y que además tiene una visión muy clara de sus limitaciones homologa sus deseos con el público?  
Da como resultado la famosa frase, “para qué darle al público lo que necesita saber en lugar de darle lo que quiere saber?”
El axioma parece muy simple y es entendible de manera superficial de inmediato, si se trata de subsanar necesidades y deseos, ¿quién mejor que los medios y sus hábiles manejadores para hacerlo?
Entonces en medio de un guion densamente poblado por toda clase de referencias racistas  sexistas y discriminantes,  (pero que encaja perfectamente en el contexto) vamos, no sin sorpresa he de decir, viendo como las ambiciones de Ron son puestas en práctica y asombrosamente comienzan a transformar las necesidades de la audiencia y su afición por ver “solo lo que quiere”
(y hablamos de un público con un muy bajo rango de expectativas como tristemente es la mayoría de la población teleadicta) el resultado no se hace esperar en un boom sin precedentes.
La comedia se articula sobre ese dudoso triunfo de la telebasura sobre los programas de contenido. Sí da mucha risa, pero en el mundo de  afuera, en el de todos los días es una alarmante realidad.
Colateralmente a toda esta historia, también vemos como a la par de su nueva popularidad Ron pierde a su familia y pone en entredicho su relación de amistad con quienes son el equipo que lo ayuda a lograr todo esto. Y en este punto también son de resaltar los ecos que de esto mismo hemos visto en el mundo “real”
Entonces, la película se transforma en una elipsis exagerada, cruda y palpable de el mundo de la información,  que nos hace reír, muchas veces mucho más  que lo que digan o hagan en la cinta, si lo equiparamos con la situación real.
Tomemos en cuenta que la trama esta convenientemente separada en el espacio tiempo de los 2010’s y que puede hacer uso de todas esas ironías y referencias que serían impensables hoy en día que estamos inmersos en un ojo avizor llamado “derechos humanos” ; pero para Ron y su gente eran otros tiempos y las referencias racistas, sexistas, machistas, clasistas, etc. eran comunes en el humorismo de las ligas “pesadas” .
Pero ahora las cosas se ubican en una perspectiva completamente diferente y la “vulgaridad” o la rudeza  son distintas porque ya han pasado a su juicio por la historia;   eso le da a la cinta un tono de humor negro indiscutible, casi cruento, casi “demasiado”, pero también sin duda sobre todo acorde al tiempo en que se le ubica. (Supuestamente Los 80’s) y como muestra pongamos el planteamiento de relación interracial que se da; en esos tiempos aún era algo que estaba dejando de ser tema de tabú. (Y así se le trata en la cinta)  hoy por hoy el tono de piel no importa (ni el status, ni el género, ni muchas otras cosas) no podemos saber si en 20 o 30 años nuestros tiempos serán juzgados a favor o en contra de eso.
Pero la cinta va también en otro subtexto, para reflejar que la “popularidad” creada al vapor que tanto se usa hoy en día, es como una masa de soufflé, no hay nada abajo para sostener esa fama, así que de la misma manera que un soufflé se desinfla; esta fama puede llevar a los que se suben a ella del cielo al infierno en un simple paso, mucho más si hay droga, sexo y popularidad incluidas.
Ferrell y su peña de amigos nos dan todas las vertientes de estos seres creados por el sistema y la máquina de hacer famosos llevadas al extremo: desde el extremismo racial hasta el minimalismo cerebral dejándonos en un final donde se desarrolla una hilarante lucha apocalíptica entre todas las vertientes de “información televisiva” que se puedan imaginar y donde vas a ver muchos cameos de famosos.

Director: Adam McKay

Reparto: Will Ferrell, Paul Rudd, Steve Carell, David Koechner, Christina Applegate. Kristen Wiig, Harrison Ford, James Marsden

País: Estados Unidos
Año: 2013
Género: Comedia
Duración: 1 hr. 59 min.
Clasificación: Mayores de 15. Humor rudo, contenido y referencias sexuales, violencia cómica, uso de drogas, lenguaje vulgar, racismo.
Fecha de estreno en México: 31 de Enero

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