Una
familia se muda a vivir en los suburbios, pero no imaginan lo que su nueva
residencia tiene incluido, junto con el
precio de remate.
La
familia está compuesta por Eric (Rockwell), Amy (De Witt) y sus tres hijos Kendra (Sharbino) una adolescente que suponemos un tanto malcriada,
Griffin (Catlett) quién es un preadolescente con demasiadas neurosis, y la
tiernísima Madison (Clements), la hijita menor, quien casualmente habla con fantasmas.
Al llegar a la casa, Madison es contactada por espíritus que, finalmente, la
llevan con ellos.
Cuando el original Poltergeist salió a
las pantallas de los cines, allá en 1982, no le costó demasiado colocarse como
una espeluznante historia de fantasmas que, además de espantar, eran capaces de
abducir a una inocentísima Heather O'Rourke a través de un portal
surgido en el armario de su cuarto.
La trama, escrita entre otros por el
mismísimo Spielberg, (quién además produjo) provocó miles de pesadillas que
tenían como protagonista a un espantoso muñeco de payaso que se escondía debajo
de la cama para ahorcar a un niño.
Luego, al transcurrir algunos años aconteció
la lamentable muerte de O’Rourke y la cinta quedó sumida en ese halo de “miedo
a lo desconocido” y su carácter de cinta de terror se volvió más “palpable”.
Pero en este 2015, que se ha
distinguido por su afición a los remakes, no podía faltar a quién se le
ocurriera sacar del armario la “nueva versión” y ahí comienza el terreno de lo
inexplicable…
La trama trata afanosamente de ir en
dos direcciones aparentemente coincidentes: apegarse a la trama original y
adaptar los conceptos generales de la película a las necesidades de las cintas de
terror de esta mitad de los 2010’s. No logra
hacer ni lo uno ni lo otro.
Se podrían hacer muchas comparaciones
de por qué la versión original es hasta hoy superior a este intento de rehacer
la historia, pero se puede centrar el comentario en los personajes; en la
manera en la que se confecciona la adaptación y se recurre a, exactamente, los
mismos giros que vimos en ‘82 y que hemos visto ad nauseam en miles de cintas de “terror” desde los 80’s.
En esta ocasión, los personajes son
una familia “venida a menos” que, no obstante lo peligroso de no contar con un ingreso estable, deciden
mudarse y comprar una casa y por los muebles y gadgets que poseen, realmente no
se ve que estén muy mal económicamente.
La llegada a la casa y el primer
conflicto que desencadenará la acción, se dan de una manera tan abrupta como
poco sorpresiva. Madisson es abducida por los fantasmas en un abrir y cerrar de
ojos. Sin preparación ni causa aparente. Y su familia hará lo que sea por
recuperarla.
Es obvio que la trama básica de la
cinta es conocida por todos y que no será ningún spoiler hablar de ello, pero, francamente, tal apresuramiento en
llevar la película adelante, hace que se llegue a situaciones que se hubieran
podido aprovechar más (mínimo como se usaron en la primera versión) antes de
resolver toda la trama en una carrera sin razón.
En un guión que flaquea por todos
lados, y además con una dirección deficiente
no hay mucho que esperar. La trama dista
de tener un efecto “aterrorizante actual”; sus trucos se ven viejos y gastados.
No se disfruta la lucha contra los fantasmas y la familia no llega a hacerse querer
lo suficiente como para que el público se involucre y viva su situación.
Después de ver en los últimos tiempos
relatos de casas embrujadas que atacan niños la tensión dramática y los efectos
que ya conocemos nos dejan en este Poltergeist con mucho que desear. Y eso sin
mencionar las “reducciones” en los plots
de la trama. Simplemente, abreviar la búsqueda de la niña, su rescate y la
revancha de los espíritus cuando la niña les es quitada, ya es un paso decepcionante.
Es un hecho que las historias de casas
poseídas por alguna fuerza maléfica siguen cautivando a las audiencias, y por
eso es de esperar que a estas alturas
del partido, ya hayamos contemplado todas y cada una de las
manifestaciones fantasmales sobre objetos inanimados y conocemos cada ángulo de
toma de las “sorpresas para sobresaltar” que han usado todos los cineastas. Y aquí
las tenemos todas como si se siguiera un manual que no logra estremecer.
La cuestión con la historia original de
Poltergeist contra esta versión es que las “entidades” eran una agrupación
enojada, pero no precisamente malévola per
se, hasta que, dentro de la dimensión a donde se va la niña, descubrimos
que hay entes verdaderamente malignos atormentando a las otras almas en pena.
En esta segunda versión no se llega a
aclarar el punto y tampoco se les da un gran poder aterrorizante a estas inocentes
almas en pena.
Cuando la familia Freeling se veía
acosada por los poltergeist, recurrían a un equipo de investigadores
paranormales que les conducían con una médium de muy corta estatura Ms. Tangina
Barrons quien con su vocecita de niña mandaba a los espíritus a ir a la luz.
Tangina repentinamente daba escalofríos cuando muy segura de si decía “esta
casa está limpia”, obvio sabíamos que no era así… Pero en esta segunda pasada
de la historia, una especie de “showman televisivo tipo ghosthunter” (Harris)
apoyado por una investigadora paranormal que solía ser su mujer, se hacen cargo
y con eso la magia se esfuma.
Adaptar una obra y no solo conservar
su significado y preferentemente mejorarlo es y será un reto del adaptador y
debería ser un motivo primigenio para decidir invertir varios millones de
dólares en llevar otra versión de “pan con lo mismo” a la pantalla.
Pensemos fundamentalmente en los
elementos de la vida diaria que se pueden transformar en iconos de terror si se
les carga con el suficiente significado. La común y corriente televisión y su
“ruido blanco” han dado ya para inquietantes propuestas (y lo terrorífico es
que en cada hogar hay un lugar donde estas “puertas a mundos alternos”
permanecen toda nuestra vida), eso es inquietante.
En la nueva versión de Poltergeist,
esto se va a tocar con los devices modernos, sin los que ya no
podemos pensar en cómo sería vivir, pero se le abandona rápidamente.
Entonces se buscan “atemorizantes alternos” al grado de pensar que nada parece
más aterrador que la situación económica de la familia. (Y para ello no se
necesita ni el menor esfuerzo de las entidades “sobrenaturales”)
Al final de cuentas la cinta no despega, no fluye, no emociona y desde
luego no supera a su antecesora
Director: Gil
Kenan
Reparto: Sam Rockwell, Rosemarie DeWitt, Kyle Catlett,
Jane Adams, Jared Harris, Nicholas Braun, Kennedi Clements, Susan Heyward,
Saxon Sharbino
País:
Estados Unidos
Año:
2015
Género:
Terror
Duración:
1 hr. 33 min.
Clasificación:
Mayores de 13
Fecha de Estreno en México
26 de Junio
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