lunes, 11 de abril de 2016

EL ÚLTIMO PACIENTE: CHRONIC (CHRONIC).

Por Julia Elena Melche.

Luego de obtener  el Premio a la Mejor Película en la Sección “Una Cierta Mirada” en el Festival de Cannes 2012 por Después de Lucía, el realizador mexicano Michel Franco es galardonado nuevamente en dicho festival por su reciente trabajo, El último paciente: Chronic, ganador de Mejor Guion, escrito por el propio cineasta.

La historia se sitúa en la ciudad de Los Ángeles y narra la vida de David (Tim Roth), un enfermero a domicilio que se dedica a cuidar a pacientes terminales. Meticuloso y responsable  en su trabajo, es sin embargo, un ser solitario, sombrío,  callado y reservado que parece no tener vida propia, y por esto crea vínculos emocionales con cada uno de sus pacientes, entregándose a ellos de manera generosa, ya sea con una joven mujer con VIH o con un anciano arquitecto aficionado a la pornografía y que se recupera de un infarto.

Mediante un tono austero, planos fijos, prolongados silencios y un ritmo muy lento, se muestra de manera detallada la rutina cotidiana del protagonista con los enfermos, desde bañarlos, vestirlos, alimentarlos y medicarlos, hasta ir al funeral de alguno de ellos. A su vez, se retrata la escasa vida personal de David; sus sesiones de ejercicio en el gimnasio y las visitas a su ex esposa, dejando ver que en su pasado ocurrió una tragedia familiar que parece ser el motivo de su desasosiego emocional, contribuyendo a su hundimiento anímico y atormentada personalidad, la postración y el sufrimiento de sus pacientes.

Como la vejez con sus enfermedades y desmoronamientos, el tema de los enfermos en fase terminal con sus agonías y deseos por una muerte digna para acabar con el sufrimiento, es un asunto difícil que encontró una lectura dramática y solemne en Mar adentro (Amenábar, 2004) y Amor (Haneke, 2012), o en lo opuesto, mediante un chispeante e inteligente humor negro en la israelí La fiesta de despedida ( Granit-Maymon, 2014).

En la cinta de Franco hay un regodeo por los malestares, dolencias e invalidez de los pacientes, mismo que se vuelve eterno y hasta innecesario, a través de la toma fija y el ritmo moroso, quizás como para subrayar y trasmitir la minusvalía que padece el personaje.  De hecho, la cinta inicia con David bañando a su paciente enferma de Sida, sentada bajo la regadera, en una escena interminable.  

Por todas estas peculiaridades, algunos críticos especializados ven en el filme “la influencia del austríaco Michael Haneke” (La  pianista, Juegos divertidos, Amor), un cineasta de estilo sombrío, turbador e inquietante que busca provocar la conciencia crítica del espectador, pero alejado de sentimentalismos y romanticismos.  Sin embargo, el realismo austero de Franco termina por provocar un distanciamiento hacia los personajes y las situaciones, al caer en lo repetitivo y en una observación que se prolonga demasiado.

Deprimente y patética, la cinta remata con final tan abrupto como disparatado y desconcertante  que molestó a la crítica y audiencia de Cannes y que sin duda provocará la indiferencia en el espectador.

EL DIRECTOR Y TIM ROTH.
Dirección y guión: Michel Franco.
Reparto: Tim Roth (David), Robin Bartlett (Marta), Michael Cristofer (John), Nailea Norvind (Laura), Rachel Pickup (Sarah), Sarah Sutherland (Nadia), Bitsie Tulloch (Lidia), David Dastmalchian (Bernard), Tate Ellington (Greg), Claire van der Boom (Alice) y Joe Santos (Isaac).
País: México-Francia.
Año: 2015.
Género: Drama.
Duración: 93 minutos.
Clasificación: B-15.
Fecha de estreno en México: 8 de abril de 2016.

EL ÚLTIMO PACIENTE: CHRONIC (CHRONIC) SE EXHIBE EN CINETECA NACIONAL Y EN CINÉPOLIS.

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