Por Julia Elena Melche.
Luego de obtener el
Premio a la Mejor Película en la Sección “Una Cierta Mirada” en el Festival de
Cannes 2012 por Después de Lucía, el realizador mexicano Michel Franco es
galardonado nuevamente en dicho festival por su reciente trabajo, El último paciente:
Chronic, ganador de Mejor Guion, escrito por el propio cineasta.
La historia se sitúa en la ciudad de Los Ángeles y narra la
vida de David (Tim Roth), un enfermero a domicilio que se dedica a cuidar a pacientes
terminales. Meticuloso y responsable en
su trabajo, es sin embargo, un ser solitario, sombrío, callado y reservado que parece no tener vida propia,
y por esto crea vínculos emocionales con cada uno de sus pacientes, entregándose
a ellos de manera generosa, ya sea con una joven mujer con VIH o con un anciano
arquitecto aficionado a la pornografía y que se recupera de un infarto.
Mediante un tono austero, planos fijos, prolongados silencios
y un ritmo muy lento, se muestra de manera detallada la rutina cotidiana del
protagonista con los enfermos, desde bañarlos, vestirlos, alimentarlos y
medicarlos, hasta ir al funeral de alguno de ellos. A su vez, se retrata la escasa
vida personal de David; sus sesiones de ejercicio en el gimnasio y las visitas
a su ex esposa, dejando ver que en su pasado ocurrió una tragedia familiar que
parece ser el motivo de su desasosiego emocional, contribuyendo a su hundimiento anímico y
atormentada personalidad, la postración y el sufrimiento de sus pacientes.
Como la vejez con sus enfermedades y desmoronamientos, el
tema de los enfermos en fase terminal con sus agonías y deseos por una muerte
digna para acabar con el sufrimiento, es un asunto difícil que encontró una
lectura dramática y solemne en Mar adentro (Amenábar, 2004) y Amor
(Haneke, 2012), o en lo opuesto, mediante un chispeante e inteligente humor
negro en la israelí La fiesta de despedida ( Granit-Maymon, 2014).
En la cinta de Franco hay un regodeo por los malestares, dolencias
e invalidez de los pacientes, mismo que se vuelve eterno y hasta innecesario, a
través de la toma fija y el ritmo moroso, quizás como para subrayar y trasmitir
la minusvalía que padece el personaje. De
hecho, la cinta inicia con David bañando a su paciente enferma de Sida, sentada
bajo la regadera, en una escena interminable.
Por todas estas peculiaridades, algunos críticos
especializados ven en el filme “la influencia del austríaco Michael Haneke” (La pianista, Juegos divertidos, Amor), un
cineasta de estilo sombrío, turbador e inquietante que busca provocar la
conciencia crítica del espectador, pero alejado de sentimentalismos y
romanticismos. Sin embargo, el realismo
austero de Franco termina por provocar un distanciamiento hacia los personajes
y las situaciones, al caer en lo repetitivo y en una observación que se
prolonga demasiado.
Deprimente y patética, la cinta remata con final tan abrupto
como disparatado y desconcertante que
molestó a la crítica y audiencia de Cannes y que sin duda provocará la
indiferencia en el espectador.
EL DIRECTOR Y TIM ROTH. |
Dirección y guión: Michel Franco.
Reparto: Tim Roth (David), Robin Bartlett (Marta), Michael
Cristofer (John), Nailea Norvind (Laura), Rachel Pickup (Sarah), Sarah
Sutherland (Nadia), Bitsie Tulloch (Lidia), David Dastmalchian (Bernard), Tate
Ellington (Greg), Claire van der Boom (Alice) y Joe Santos (Isaac).
País: México-Francia.
Año: 2015.
Género: Drama.
Duración: 93 minutos.
Clasificación: B-15.
Fecha de estreno en México: 8 de abril de 2016.
EL ÚLTIMO PACIENTE: CHRONIC (CHRONIC) SE EXHIBE EN CINETECA
NACIONAL Y EN CINÉPOLIS.
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