Por Julia Elena Melche.
La crisis económica de Grecia es mucho más añeja que del 2009,
año en que su gobierno reveló al mundo su compleja situación financiera, así
como también son antiguas las hostilidades entre la nación helénica y Alemania.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los
alemanes invadieron Grecia y destruyeron su economía mediante el saqueo de sus
recursos, incluyendo los fondos del Banco Nacional de Grecia, que en cifras
actuales ascendería, según el Ministerio de Finanzas griego, a 162 mil millones
de euros. Luego vino la Guerra Civil de 1944 a 1950 que dejó al país con graves
daños a su infraestructura, mientras miles de griegos emigraban a Alemania,
Australia, Estados Unidos, y países europeos vecinos.
Pero es quizás en 1973 cuando llega su derrumbe económico y tiene que
recurrir a préstamos para sostenerse. En 1980 su deuda aumentó
considerablemente, pero no por gasto público excesivo, sino por el pago de
tipos de interés extremadamente altos a los acreedores. Por otro lado, la
adopción del euro dio lugar a un aumento drástico de su deuda.
Así, en 2010 Grecia es rescatada por la Comisión Europea, el
Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, pero sólo acumuló
deuda sobre deuda. Como país hegemón de la Unión Europea, Alemania es el que
tiene mayor peso en las instancias de la eurozona y por tanto, representa uno
de los mayores acreedores de Grecia. Pero el plan de “rescate” neoliberal a
Grecia que propuso Alemania llegó con
condiciones muy duras y muchos griegos se sintieron indignados, saliendo a las
calles en una ola de protestas, muchas abiertamente anti-alemanas en las que
aparecían pancartas con Angela Merkel vestida de uniforme nazi. La prensa
germana respondió, retratando a los griegos como "perezosos, derrochadores
e irresponsables".
Los alemanes argumentan que los griegos engañan a sus
acreedores y a la Unión Europea, pero el
interés general del país germano ha sido la de mantener la demanda europea y así
evitar la austeridad en su país. Sin embargo, el plan económico para rescatar a
Grecia solo profundizó su crisis, provocando recortes de los salarios mínimos,
aumento de la edad de jubilación y despido de miles de funcionarios, ya que las
condiciones de la ayuda incluyó aumento del IVA y otros impuestos, recortes en
el sector público y en beneficios sociales.
Entre los continuos convenios con la Unión Europea para
renegociar su deuda, Grecia se ha sumido en una depresión financiera y anímica.
Los suicidios han aumentado y muchas familias de clase media pasaron a depender
de los comedores de beneficencia. A pesar de que Alemania se proyecta como el
“salvador” de Grecia, tiene gran
responsabilidad en su crisis; un ministro griego exigió 315 mil millones de dólares
en reparaciones por la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial.
Toda esta información es necesaria, porque, aún a manera de
comedia, en la cinta del alemán Aron Lehmann, Bienvenidos a Grecia la crisis política y económica que ha sacudido
a Grecia en los últimos años y que la ha vinculado con Alemania, se ve
reflejada mediante una suerte de crítica social, aunque sin llegar a ser muy
punzante, sino más bien suave y sutil, a manera de avenencia y entendimiento de
la relación Grecia-Alemania.
La cinta fue rodada durante 32 días en la idílica y
tranquila isla griega Tinos del archipiélago de las Cícladas, a orillas del mar
Egeo, que en la historia es llamada Paladiki y donde viven unos simpáticos y pintorescos
personajes, entre ellos, el alcalde Spyros (Akilas Karazisis) y el mujeriego
Panos (Adam Bousdoukus), dueño de la
tienda local. A la pequeña isla llegará Jörg Geissner (Christoph Maria Herbst),
un empleado del Banco AVO con sede en Munich, con el fin de comprobar que la
inversión que el banco realizó a la isleta hace años para la construcción de un
hospital y una central eléctrica se ha llevado a cabo.
Pero como tales obras no existen, Spyros y su grupo de
amigos, deciden orquestar una farsa para engañar al tieso y pulcro alemán. Sin
embargo, el banco tiene otros intereses en la isla; construir un complejo
turístico en la playa para salir de sus problemas financieros y no llegar a la
quiebra. Con un guión a tres manos, incluido la del propio director, la cinta
funciona gracias a las espontáneas y frescas interpretaciones de los actores en
personajes pícaros y envueltos en una farsa colectiva, que arrancan la risa en
el espectador.
En la cinta está presente el alegato alemán que los griegos
engañan a sus acreedores y que se han dilapidado el dinero. Aunque hayan sido los
políticos y funcionarios griegos quienes se llevaron ese dinero a sus
bolsillos, se presenta a los pobladores como unos vagos, derrochadores, bebedores, mentirosos y
aprovechados. Desde el famoso proyecto “Galápagos en Grecia” hasta el hospital y la central eléctrica, por lo que
han pedido el préstamo al banco alemán, no es otra cosa que una patraña para
recibir financiamiento.
Aunque por otra parte hay también un comentario crítico
hacia las economías “salvadoras”, pero que en realidad exprimen a los países
con sus préstamos de rescate y de aparentemente buenas intenciones, reflejado en
el complejo turístico que quiere construir el banco germano, cuyo representante
es un tipo rígido y solitario, que viaja con un solo traje y no parece tener
vida familiar ni amigos, a quien los lugareños llaman Pep Guardiola,
comparándolo con el exfutbolista y entrenador español por su cabeza rapada y es
blanco de todo tipo de bromas y humillaciones.
Si bien con clichés y estereotipos, se trata de una película
que captura toda la belleza de la apacible isla, con música popular griega,
como la danza que bailan Panos y Geissner, que aborda el choque cultural, dando
lugar a situaciones graciosas, donde el “villano” termina por despertar ternura
y conmiseración por su candidez y las maldades de que es víctima, no obstante
sus insoportables viajes en burro, los engaños, las comidas repulsivas que le
ofrecen y un dedo perdido, encontrará una
nueva vida, amigos que llenarán su soledad y hasta el amor en una guapa
lugareña.
Dirección: Aron Lehmann.
Reparto: Adam Bousdoukos, Christoph Maria Herbst,
Akilas Karazisis, Georgia Tsagaraki.
País Alemania.
Año: 2015.
Género: Comedia.
Duración: 89 minutos.
Clasificación: Mayores de 15 años.
Fecha de estreno en México: 9 de junio de 2017.
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