Si nos visitas por tu celular/móvil/tablet te sugerimos girar la pantalla a horizontal o dar scroll down hasta el final y seleccionar la opción “ver versión de web” a fin de facilitar tu lectura. Gracias
Un grupo de adolescentes: Sam (Sulkin)
y sus mejores amigos: Brady (Clayton) Roy (Killingback) se dedican a hacer “llamadas
de broma” para luego subir los videos a las redes y jugar a hacerse los “populares”
pero un día esas llamadas “bromistas” van a llevarlos a un callejón sin salida
en el que sus vidas estarán en juego cuando se topan con un sádico vengativo.
Tal pareciera que toda la construcción argumental
de la cinta salió de una charla de café donde alguien se hubiera quejado de los
millenials Prankers. Y otro hubiera dicho, quisiera matarlos! Y un tercero de
repente levantando la voz hubiera apuntado: sí, como si estuvieran en una
secuela de Scream!...
No se diga más.
Las películas de Slashers siempre han
movido al morbo y han hecho números en taquilla, más si respetan los
lineamientos de toda cinta de “Terror Slasher”.
Una y otra vez hemos visto la misma
escena: una mujer sola en la casa desierta/abandonada/ incomunicada a expensas
de un asesino que juega un rato con ella al gato y al ratón y que luego la
vuelve fiambre. (o intenta)
“Don’t Hang up” no es precisamente la
excepción, aunque los protagonistas sean un grupo de chavos sin oficio ni
beneficio que les “enloquece” hacer
bromitas telefónicas (muy modernos no son desde luego).
El argumento de que en pleno siglo XXI
alguien siga haciendo bromas telefónicas es tan bizarro como un perro verde,
comenzando por factores tan arraigados, operativos y simples como el uso del
identificador de llamadas…
Por otro lado, es perturbador imaginar a
quién le interesa oír solo un audio en los canales de red cuando hay cientos
que tienen video?
Sam y sus amigos hacen estas “bromitas
estudiantiles” del tipo que ha venido expandiéndose en las redes y canales de
video ad nauseam y que enarbola
diversos niveles de abuso e infracciones contra los derechos humanos, al grado
de hacer apetecible que los millenials vayan a ver la película solo para que
imaginen que lo que les sucede a los prankers en el guión, puede hacerse realidad.
El argumento es tan fuera de lugar como enviar una carta en sobre y con
estampilla creyendo que llegará en un segundo con el destinatario, en lugar de
mandarle un mensaje de texto, o hablado, o de video… a su teléfono inteligente…
Los puntos de la historia son tan débilmente
armados que se derrumban por su propio peso y para colmo, el planteamiento de
los personajes centrales es tan falto de gracia (o de cualquier otra cualidad
que propicie la identificación) que produce el efecto contrario en el
espectador; por qué deberían suscitar empatía unos chavos así de antipáticos? O
acaso deberíamos de preocuparnos por la suerte de una partida de Bullies? ….
Nah! La única que puede enarbolar la flor de la inocencia /bondad es Peyton, la
exnovia de Sam. Lástima que no alcance los niveles de protagonista.
La historia es tan mala en tantos
aspectos que no se sabe cuál es el peor. Apuesta que el público va a compadecerse de unos personajes detestables,
que no tienen absolutamente ningún elemento que hable en su defensa: no son
buenas personas, no son estudiantes ejemplares, no son simpáticos, no son
desprotegidos, es más, no son ni feos… Son prepotentes, mentirosos, crueles,
cínicos y capaces de acostarse con la novia de su mejor amigo y grabarlo en
video! Y… sigue la pregunta en el aire;
por qué debería de importarnos su suerte?
En una película de asesinatos seriales
reaccionamos en pro de las víctimas porque tienen un común denominador: son
inocentes; están atrapadas en una circunstancia límite ante un ser de una
maldad y perversión tal que goza acuchillándolos, estrangulándolos,
rebanándolos, o cualquier otra forma de muerte sanguinaria y rápida. Acá eso no
va presentarse en esa forma, básicamente porque los victimarios pasan a ser
víctimas como resultado de sus bromas.
Todo se agrava si tuvimos el tráiler frente
a nosotros en alguna ocasión, porque básicamente ya sabemos el 85% de la
historia. Así que los mini climax ya se nos vendieron previamente.
Siguiendo el guión de Johnson, los codirectores: Wajsbrot y Macé, en medio
del intento por seguir las reglas del juego de la cinta de horror/slash,
torturador, pierden de vista muchos
puntos importantes para llegar a un final más o menos esperado en el que se
restablece el equilibrio y se descubre la justificación metida de forma
apretada en la trama. (Tal vez sea lo
único que tiene un cierto sentido en toda la película)
Al final del día, “No vayas a colgar” se transforma en una especie de fantasiosa y terrorífica fábula de aprendizaje social dejando establecido que, al menos por esta ocasión… el crimen sí paga.
Direccción: Damien
Macé, Alexis Wajsbrot
Reparto: Sienna
Guillory, Gregg Sulkin, Garrett Clayton, Bella Dayne, Parker
Sawyers
País: Reino Unido
Año: 2016
Género: Terror, Thriller
Duración: 1 hr 23 min.
Clasificación: Mayores de 18
Fecha de estreno 15 de diciembre de 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario