jueves, 14 de diciembre de 2017

NO VAYAS A COLGAR! (DON'T HANG UP)



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Por Fabián Quezada León



Un grupo de adolescentes: Sam (Sulkin) y sus mejores amigos: Brady (Clayton) Roy (Killingback) se dedican a hacer “llamadas de broma” para luego subir los videos a las redes y jugar a hacerse los “populares” pero un día esas llamadas “bromistas” van a llevarlos a un callejón sin salida en el que sus vidas estarán en juego cuando se topan con un sádico vengativo.



Tal pareciera que toda la construcción argumental de la cinta salió de una charla de café donde alguien se hubiera quejado de los millenials Prankers. Y otro hubiera dicho, quisiera matarlos! Y un tercero de repente levantando la voz hubiera apuntado: sí, como si estuvieran en una secuela de Scream!...

No se diga más.



Con un presupuesto de serie B y tres actores guapos, la debacle comienza.

Las películas de Slashers siempre han movido al morbo y han hecho números en taquilla, más si respetan los lineamientos de toda cinta de “Terror Slasher”.



Una y otra vez hemos visto la misma escena: una mujer sola en la casa desierta/abandonada/ incomunicada a expensas de un asesino que juega un rato con ella al gato y al ratón y que luego la vuelve fiambre. (o intenta)



“Don’t Hang up” no es precisamente la excepción, aunque los protagonistas sean un grupo de chavos sin oficio ni beneficio  que les “enloquece” hacer bromitas telefónicas (muy modernos no son desde luego).



El argumento de que en pleno siglo XXI alguien siga haciendo bromas telefónicas es tan bizarro como un perro verde, comenzando por factores tan arraigados, operativos y simples como el uso del identificador de llamadas…

Por otro lado, es perturbador imaginar a quién le interesa oír solo un audio en los canales de red cuando hay cientos que tienen video?



Sam y sus amigos hacen estas “bromitas estudiantiles” del tipo que ha venido expandiéndose en las redes y canales de video ad nauseam y que enarbola diversos niveles de abuso e infracciones contra los derechos humanos, al grado de hacer apetecible que los millenials vayan a ver la película solo para que imaginen que lo que les sucede a los prankers en el guión,  puede hacerse realidad.



El argumento es tan fuera de lugar  como enviar una carta en sobre y con estampilla creyendo que llegará en un segundo con el destinatario, en lugar de mandarle un mensaje de texto, o hablado, o de video… a su teléfono inteligente…



Los puntos de la historia son tan débilmente armados que se derrumban por su propio peso y para colmo, el planteamiento de los personajes centrales es tan falto de gracia (o de cualquier otra cualidad que propicie la identificación) que produce el efecto contrario en el espectador; por qué deberían suscitar empatía unos chavos así de antipáticos? O acaso deberíamos de preocuparnos por la suerte de una partida de Bullies? …. Nah! La única que puede enarbolar la flor de la inocencia /bondad es Peyton, la exnovia de Sam. Lástima que no alcance los niveles de protagonista.



La historia es tan mala en tantos aspectos que no se sabe cuál es el peor. Apuesta que el público va  a compadecerse de unos personajes detestables, que no tienen absolutamente ningún elemento que hable en su defensa: no son buenas personas, no son estudiantes ejemplares, no son simpáticos, no son desprotegidos, es más, no son ni feos… Son prepotentes, mentirosos, crueles, cínicos y capaces de acostarse con la novia de su mejor amigo y grabarlo en video! Y…  sigue la pregunta en el aire; por qué debería de importarnos su suerte?



En una película de asesinatos seriales reaccionamos en pro de las víctimas porque tienen un común denominador: son inocentes; están atrapadas en una circunstancia límite ante un ser de una maldad y perversión tal que goza acuchillándolos, estrangulándolos, rebanándolos, o cualquier otra forma de muerte sanguinaria y rápida. Acá eso no va presentarse en esa forma, básicamente porque los victimarios pasan a ser víctimas como resultado de sus bromas.



Todo se agrava si tuvimos el tráiler frente a nosotros en alguna ocasión, porque básicamente ya sabemos el 85% de la historia. Así que los mini climax ya se nos vendieron previamente.



Siguiendo el guión de Johnson,  los codirectores: Wajsbrot y Macé, en medio del intento por seguir las reglas del juego de la cinta de horror/slash, torturador,  pierden de vista muchos puntos importantes para llegar a un final más o menos esperado en el que se restablece el equilibrio y se descubre la justificación metida de forma apretada en la trama.  (Tal vez sea lo único que tiene un cierto sentido en toda la película)


Al final del día, “No vayas a colgar” se transforma en una especie de fantasiosa y terrorífica fábula de aprendizaje social dejando establecido que, al menos por esta ocasión… el crimen sí paga.  





Direccción: Damien Macé, Alexis Wajsbrot

Reparto: Sienna Guillory, Gregg Sulkin, Garrett Clayton, Bella Dayne, Parker Sawyers

País: Reino Unido

Año: 2016

Género: Terror, Thriller

Duración: 1 hr 23 min.

Clasificación: Mayores de 18

Fecha de estreno 15 de diciembre de 2017

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