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Por Fabián Quezada León
Para los que quieran ver películas de corte más fantástico, pero sin despegarse completamente de ese realismo tan reflexivo que caracteriza al cine francés, la opción es La última vida de Simón (La dernière vie de Simon, 2019), la ópera prima del realizador francés Léo Karmann. Esta historia se centra en Simon Durant, un niño huérfano con un extraño poder, gracias al cual se cuela en una familia que no es suya. De esta forma, Karmann teje una trama sobre la orfandad, el amor, la soledad y la necesidad de afecto.
La cinta
es protagonizada por Benjamin Voisin, Camille Claris y Martin Karmann. Tuvo,
además, una excelente recepción en la crítica francesa. “Léo Karmann, el
director de esta película misteriosa y cautivadora que tardó 8 años en concebirse.
Mezcla fantasía y romance, una combinación bastante extraña que, para haber
sido plasmada en una primera película casi casera, fue muy exitosa”, señaló el
diario L’Union.
¿Cuál es tu super poder?
Si eres un chico huérfano, abandonado en un hospicio y que
además te tildan de ser feo y poco popular para que alguien te adopte, debes de
tener algo que te ayude, algo que te salve de esa vida miserable antes de que
la cruenta realidad te haga trizas.
Leo Karmann nos introduce en el mundo de Simón (Albert
Geffrier de niño; y de 20 años Benjamin Voisin) y en el telón
de fondo, mucho más allá del velo de la ciencia ficción, nos monta un escenario
lleno de sentimientos, no todos buenos, ni todos tan nobles, pero si
perfectamente entendibles llevándonos a ellos por medio de sus tres
protagonistas principales en la primera parte de la trama: Simón, Mad (Vicky
Andren y Camille Claris), y Thomas (Simon Susset y Martin Karmann
Huérfano de la tormenta
¿Qué más puede desear un huérfano que tener una familia,
hermanos, amor alrededor? Sería algo que harías lo que fuera para conseguir. Pero…
¿qué pasa cuando eres un niño y no mides el peso de tus actos y te basas en tu
urgente necesidad y desconsuelo?
Se dice por ahí que la fantasía más común en niños desamparados es descubrir que realmente tienen un origen digno, poderoso, que recuperarán su heredad y dejarán de ser nadie para convertirse en alguien debido a que sus verdaderos padres resultarán (en el extremo más febril de la fantasía) personas poderosas y además, generosas, que lo encumbrarán a la corona de la fortuna y la gloria.
Sí, esto no deja de ser una fantasía, pero para un niño urgido
de cariño no hay límites en su deseo de ser amado y ocupar un lugar feliz en la
vida.
Alrededor de las fantasías infantiles, también hay leyendas enteras y estas se permean frecuentemente con la magia. Y ya que estamos en terrenos cinematográficos, qué mejor que hacerlo con la ciencia ficción.
¿Cuál superpoder escondes?
El cine nos ha dado toda la gama de superpoderes los que la
imaginación pueda desarrollar: super fuerza, super velocidad, super toxicidad,
super mente, super torpeza… algunos han sido producto de orígenes extraterrestres,
otros por accidentes de todo tipo, otros simplemente usan el dinero y el
ingenio tecnológico y otros… ni siquiera saben por qué tienen ese super poder. Sí,
aquí hay alguien que no sabe por qué tiene ese poder y es Simón. Obviamente
como todo buen super poder que se respete, debe permanecer oculto (o lo mas
posible) para ojos extraños; hasta que claro… no existan ciertas ceremonias
secretas para verse forzado a revelarlo para asombro y también mala suerte
de algunos.
Puedes ser silencioso y escalofriante
Karmann se interna eficazmente en el mundo infantil con
este superpoder que, si bien no es nuevo en las historias cinematográficas,
es diferente a lo usual, pues no usa los rayos y centellas que la presentación al
estilo Hollywood nos tiene acostumbrados. Es un superpoder cuanto más
discreto, más atemorizante por el secreto que envuelve. Y para experimentar
realmente ese sentimiento, los clanes dados entre amigos en la infancia se
llevan la pauta.
Solo piensa en esos “secretos” (no importa que tan bobos parezcan hoy en día) que compartiste con tus amigos más cercanos cuando eras niño.
Sabemos de sobra que hay cosas que “solo los niños
entienden” y que permanecerán así hasta el final de los tiempos, y aunque hayas
sido niño (y en su momento sabido de qué se tratan), al crecer pierdes la
habilidad de comprenderlas.
Pero más aún, como si este secreto no fuera suficiente, la historia nos pone en la piel la vulnerabilidad de un niño huérfano y su enorme deseo de tener una familia.
Agregado a esto está el hecho de que la familia de Thomas y
de Madeleine es la familia perfecta. Con Jacques (Nicolas Wanczycki) y Agnès
(Julie-Anne Roth) como padres nutridores, alegres y amorosos. Además, para
darle la fuerza suficiente al clan familiar encima se plantea el hecho de que,
aunque hay un problema, la esperanza de resolverlo es más grande que la
adversidad.
Un bocado demasiado tentador para los enormes deseos de
integrarse que alberga Simon. Ese es el verdadero drama de Simón: la sed de ser
amado y la comparación entre su propia realidad y la que viven Mad y Thomas en
su familia, ese será su lastre, su destino y su mayor secreto que va a llevar a
la ruta de descubrir que nada puede estar sepultado por mas de 20 años.
Todos digan kbooooom!
La trama llega a un punto donde la situación límite forza a
tomar un camino que terminará 20 años después, frente a una tumba vacía y la
familia haciendo el in memoriam anual. El secreto ha estado oculto
demasiado tiempo como para considerarse peligroso, pero bajo la superficie
bulle algo que pronto va a estallar y que como todos los estallidos, será todo menos
silencioso, ignorado o inocuo.
El castillo de cuento de hadas se colapsa
En la segunda parte, el cuento de hadas un poco creepy
del comienzo da un giro de tuerca y se convierte (perdida la inocencia) en algo
mucho más palpitante y agudo donde los acontecimientos se precipitan manteniéndonos
al borde, los viejos amores de niñez se han transformado en otra cosa, y si se
quiere ver un fondo más profundo, se pueden encontrar visos de prohibición a
cada paso.
Los viejos pactos se han retorcido sin saber, para empujar
a que salgan las cosas a flote, La mentira comienza a dejar escapar el olor a
podrido que lleve encima y a cada segundo pensamos que el castillo de naipes
donde se ha refugiado Simón se colapsará encima de él mientras solo esperamos
ver quién va a sobrevivir al hecho.
Leyendo entre líneas
Lo indudable es que la trama está construida de una manera
tal que aunque no se realice esa lectura a profundidad, posee los elementos
suficientes como para que el público se enganche con la acción y la trama
romántica, pero al mismo tiempo puede desencadenar análisis mucho más profundos
que prenden focos en 
preguntas mucho más difíciles y asuntos más escabrosos
como el valor real de la satisfacción de ser quien se es, la superveniencia de la
mentira, la decepción, la honestidad, el sacrificio, la soledad y todas las
justificaciones que se pueden poner encima de un hecho que no fue plenamente
claro.
Conclusiones
La última vida de Simón nos lleva de un universo a otro, de un tono a otro, sin que perdamos el hilo y dejemos de confrontar, al final de cuentas, qué es lo que realmente vale la pena hacer cuando transitamos esto que llamamos vida, que dicho sea de paso no es la última, sino la única que tendremos.
Director: Léo Karmann
Benjamin Voisin... Simon
Martin Karmann... Thomas Durant
Camille Claris... Madeleine Durant
Nicolas Wanczycki... Jacques Durant
Julie-Anne Roth... Agnès Durant
Albert Geffrier... Simon niño
Simon Susset... Thomas Durant niño
Vicki Andren ... Madeleine Durant niña
Florence Muller... Comisaria Leroy
Pierre Cachia... Maestro
Christophe Reymond... Doctor Badet
Sébastien Magere... Vendedor de algodón de azucar
Cathy Bodet ... Señorita Gautron
Tudy Boënnec... Kevin
Lola Rolland ... Muchacha
País: Francia /Bélgica
Año 2019
Género: Romance Ciencia Ficción, Drama
Duración 103 minutos
Clasificación: Mayores de 15
Escritor: Sabrina B. Karine
Fecha de estreno en México: 24 Tour de Cine Francés
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