El nominado al Óscar Denis Villeneuve
(“La llegada”, “Blade Runner 2049”) dirige “Duna”, una producción de Warner
Bros. Pictures y Legendary Pictures, adaptación del destacado bestseller del
mismo nombre escrito por Frank Herbert.
Un gran poder no viene solo, contiene en si una terrible
carga. En esta epopeya galáctica, al Duque Leto Atreides (Oscar Isaac) se le
manda que tome el control de un planeta que ha sido pasto de la explotación y
la desolación por muchísimo tiempo: el arenoso Arrakis, cuya existencia ha sido
terriblemente marcada por una riqueza casi maldita: La especia. Una materia irreemplazable para mantener la vida galáctica.
No obstante saber las peligrosas implicaciones de la política imperial y el aberrante y peligroso movimiento en
el que se ve implicado, Leto accede por que al final de cuentas: "Nobleza
obliga". junto a él se va su familia: Jessica, su compañera (Rebecca Ferguson) quien proviene de una estirpe femenina que guarda sagrados dones que aún no nos serán revelados y que, contraviniendo la pureza de su linaje, ha heredado este conocimiento a su hijo, Paul que se erigirá como el elegido, el mesías, de cuyo comportamiento y destino depende el orden de la galaxia entera.
Cuando el futuro nos alcanzó.
Después del éxito de la novela de Frank Herbert en 1965 y de su
primera y controvertida producción para la pantalla grande en 1984 de la mano
de David Lynch, hubieron de pasar algunos años antes de que la actual versión
viera la luz.
Sin duda, la contextualización de la trama cobra nuevos y
casi apocalípticos significados tras en esta era post pandemia, que se enmarcan dolorosamente con la
guillotina del cambio climático recrudeciéndose por todo el planeta. Tal vez
Herbert jamás alcanzó a vislumbrar siquiera cuáles serían las condiciones de un
planeta en medio de todo este campo situacional. Y por ello es aún más sobrecogedor contemplar esta saga con una nueva visión.
El Génesis de una épica mitológica de amplio
espectro.
Acercarse a Duna no es tan sencillo como de repente alguien
podría imaginar. Al menos en esta primera parte donde las áreas limítrofes entre la
ciencia ficción y la génesis de una nueva épica mitológica de amplio espectro
confluyen, generando diversos focos de atención que transitan desde la índole de crítica social, angustia existencial,
implicaciones religiosas y gestación de las bases literarias de la creación de
mitos. Eso sí, generándolos y dándoles vida de una manera tan particular como inesperada.
Villeneuve se toma su tiempo (y vaya que lo hace) para
anclar no la acción, no los efectos especiales, se sale por completo inclusive de la premura discursiva en la que nos
hemos metido (y acostumbrado) en las cintas de "Realidades alternas" que exhiben con tanta profusión la
magnificencia de su proyecto y presupuesto.
No. Sin duda alguna la narrativa visual, impactante
y asombrosa, queda como un espectacular elemento protagónico, junto con la
música de Zimmer, pero encima de ellos está el muy lento desenvolvimiento de la
clave de la historia: Los personajes.
Paul, Jessica, Leto y los habitantes de
Arrakis, la explotada, indómita y desolada Arrakis, que posee la mayor riqueza (y maldición?) del
universo: su especia. El punto focal y leitmotiv de toda la trama. Esta
gramática hace que Duna sea un profundo drama de libertad, salvación y lucha
entre los poderes del bien y el mal. Lo básico, vamos, para fundamentar una
epopeya épica donde la figura del elegido, el redentor, el héroe en en sentido más propio, deberá transitar y
librar, a fuego y acero, la batalla de contaminarse con las penumbras del lado oscuro.
Él era delgado. Y
ella ejercía su poder desde las sombras
El prototipo Hollywoodense de estos héroes de ciencia ficción epopéyica (reluctantes o no) tiende a
caer en presencias de monolítica figura, donde al dar un simple paso logran colocar su imagen como un epíteto de fuerza, destreza y poder.
Sin embargo,
Paul dista mucho de esa imagen prototípica y lo importante es que de una manera antitética Chalamet le da una fuerza contra
todo presagio: la fuerza de lo inesperado. Hay que seguir de manera minuciosa sus gestos, su contención y los primeros pasos en este desarrollo de muchacho, a mesías (en cierto sentido es contemplar todos los elementos de la transición de niño a adulto en medio de la lucha por ser un elegido). Y por ende las tentaciones, peligros, dolores y aprendizajes que deberá sortear para cumplir lo que está escrito.
Sin embargo, el pilar del que se ata (él y la fuerza de su futuro profético) es el importante personaje
de su madre: Jessica, quien, como el resto de las mujeres de Duna, es de un linaje poderoso al nivel extraterreno, una fuerza que moviéndose desde las sombras, teje con argucia los
hilos del destino de razas, planetas y galaxias enteras, lo que las hace doblemente asertivas y literalmente, letales.
Y al final, esta familia enfrenta no simplemente su destino, sino el destino que los demás esperan de ellos. Estén de acuerdo o no, o lo hayan pensado y aceptado gustosamente, como su verdadera misión. Ellos llevan a los extremos lo que todos en el mundo alguna vez han tenido que enfrentar: las expectativas personales contra las de la sociedad que rodea y las consecuencias de los actos dentro de la historia.
La raíz del miedo.
“No debo temer, el miedo mata a la mente. El miedo es la muerte pequeña que conduce a la destrucción total. Me
enfrentaré a mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y a través de mí. Y cuando
haya pasado, observaré con el ojo interno para ver su camino. Donde el miedo se
ha marchado no habrá nada. Solo yo me quedaré” Jessica De Atreides
Construir mundos extra planetarios futurísticos (o
intemporales) espectaculares y generar historias en ellos es una narrativa que
hemos visto ya varias veces en el cine y cada vez las fronteras (y los límites) se
marcan más y más arriba. Villeneuve ya nos había dado una probada en sus
cintas anteriores.
Su poder para crear atmósferas y hacer trascender a los
personajes había ido preparando el camino para ahora realizar esta trama, donde
la suerte de una familia y el peso de una profecía respiran en medio de las
arenas alucinantes del desierto.
Alrededor de esto se construyen imperios,
ambiciones, explotación y muchos pero muchos momentos en los que el
inconsciente y el miedo inundan todo, palpitando dentro de los personajes y
llevándoles una y otra vez a enfrentar su destino mientras el mundo, literal,
se desgaja ante ellos.
Conclusiones.
Villeneuve toma la historia de Arrakis y la sumerge en un
relato que debe ser leído en varios planos. Sin dejarse seducir por la
evidencia de la producción y la manufactura visual. Nos enraíza en una
gramática polisémica donde los diversos reflejos de temáticas humanas: poder, ambición,
lealtad, explotación, se entrelazan con religión, sociología, historia y hasta
con ecología y respeto a ese futuro distópico de disputas interplanetarias que tanto
nos han anunciado en el cine y que hasta ahora pareciera irrealizable. Y el
miedo, el miedo que se cuela como un fino polvo que deberá ser limpiado para
vencerle.
Es más que nada el largo prólogo a una nueva mitología espacial llena
de sus luces y sombras y esas aparentes y siempre cambiantes realidades, como
las dunas de arena de Arrakis que sinuosas y llenas de ricos misterios se
pueden contemplar justo cuando el sol del poniente cae sobre ellas.
Dirección: Denis Villeneuve
Reparto:
Timothée Chalamet (Paul Atreides)
Rebecca Ferguson(Lady Jessica
Atreides)
Oscar Isaac (Duque Leto
Atreides)
Jason Momoa (Duncan Idaho)
Stellan Skarsgård(Baron Vladimir
Harkonnen)
Stephen McKinley Henderson (Thufir Hawat)
Josh Brolin (Gurney Halleck)
Javier Bardem (Stilgar)
Sharon Duncan-Brewster(Dr. Liet
Kynes)
Chen Chang(Dr. Wellington Yueh)
Dave Bautista (Beast Rabban Harkonnen)
David Dastmalchian (Piter de Vries)
Zendaya (Chani)
Charlotte Rampling(Reverenda Madre
Mohiam)
Babs Olusanmokun(Jamis)
Benjamin Clémentine (Heraldo Del cambio)
País: Estados Unidos
Año: 2021
Género: Ciencia ficción,
drama
Duración 2h 35min
Clasificación: mayores
de 12
Guion: Jon Spaihts,Denis
Villeneuve y Eric Roth.
Basada en la novela “Duna”
escrita por Frank Herbert
Más allá del miedo, el destino está esperando.
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