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Por: Fabián
Quezada León
Cuando Callie
Spengler (Coon) y sus dos hijos: Trevor
(Finn Wolfhard) y
Phoebe (Mckenna
Grace) se ven forzados a mudarse de Chicago a una apartada, descuidada y
bastante espeluznante granja en Oklahoma, no imaginan (ni esperan) lo que el
destino les traerá. Para comenzar, Callie había estado distanciada de su padre,
culpándolo de abandono. Ella y sus hijos se niegan por principio a creer que este
cambio es un forzado “comenzar de nuevo” y pronto encontrarán que su excéntrico
patriarca es nada más y nada menos un científico con un lazo muy fuerte con los
Cazafantasmas originales… y con los sucesos que se afrontaron hace más de
treinta años en N.Y.
If there's something strange In your neighborhood…
Era el verano
de 1984 y la versión original de Cazafantasmas asomaba su icónico logo a las
carteleras internacionales al ritmo de ¿“a quién vas a llamar?” y la película se
colocaba en las taquillas con un ingreso de $229,242,989 solo en Estados Unidos
y era ranqueada con un 71 de calificación.
Ahora Jason
Reitman (Juno)(Young Adult) (Up in the Air) trae de regreso a la vida la franquicia adaptándola
a los tiempos que vivimos y dándole un twist de nostalgia +“Stranger Things” en
varias capas, lo que hace que los que vieron la película en 84 ahora regresen y
al mismo tiempo, abre sus puertas a un público adolescente.
Y la raíz va un
poco más allá de la memorabilia general, es también una mirada de un hijo al
trabajo de su padre, dado que la cinta original fue dirigida por el padre de
Jason, Ivan. Lo que le da un “aire de familia” que innegablemente permea la
cinta.
Esta versión “El legado”
forzosamente nos lleva al punto de recordar que en el 84 ninguno de los grandes
avances en efectos especiales era una realidad y re encontrarse con una serie
de elementos de nostalgia retro en este 21 donde ya pocas cosas nos sorprenden,
nos da esa sensación de “has recorrido un largo camino, baby”.
Para los que no
lo vieron en su tiempo ochentero, los gadgets de cazafantasmas serán todo un
descubrimiento. (¿quién puede decir que no le gustaría tener una trampa para
fantasmas?)
Es cierto también
que la franquicia se ha visto recreada otras veces (hasta la versión de girl
power) pero ni la segunda parte ni la última supieron explotar tan bien la liga
con los orígenes como “Afterlife”
Esta entrega
nos llega entonces con un recargado sentimiento de recuerdos y con el justo
medio de “asustar”, pero no demasiado, porque además es cómica, y los
personajes son mucho más cercanos a la realidad.
Además de
perseguir fantasmas, deben lidiar con otros temas escabrosos como el crecer y
el reencontrar sus raíces para enfrentar una nueva realidad. Al fin, es una
historia de una familia con ciertos desajustes que toca el submundo fantasmal
como parte de su herencia.
Un cameo del otro mundo.
Y esa herencia
se manifiesta en un cameo (literal) “fuera de este mundo” que es al mismo
tiempo, un homenaje a uno de los miembros originales de los cazafantasmas,
Ramis, quien murió en 2014 y cuya semilla emerge uniendo mucho más que dos
mundos y una historia de fantasmas. Como si eso fuera poco, la cinta nos provee
de generosos regalos para los que hay que tener “el ojo bien alerta” y (por
favor) no dejar la sala hasta después de las dos escenas post créditos.
Tomando por el modo suave
Sí, aún con
fantasmas y memorabilia en el fondo, Afterlife despega en la participación de una
nueva generación y pone sus esperanzas en los personajes de Phoebe y Trevor
desde luego secundados por sus contrapartes: Lucky y Podcast (Phoebe y Podcast
se roban la película y tienen los mejores diálogos)
El guion no se
toma demasiados problemas en poner explicaciones o redondear situaciones y en
parte los favorece el hecho de que al final, es una película de fantasmas y
niños aventureros. Así que se va por la libre y se otorga varios permisos que
hacen que la trama corra a veces sin mucha lógica, pero sin preocupaciones.
Los personajes
de los adultos, Rudd y Coon, refuerzan el lado de comedia romántica de enredos
con fantasmas de fondo.
Y entre los
guiños que ofrece la trama está desde luego la intervención de fantasmas que
habíamos visto en la parte 1 y se puede decir que acá no solo participan, sino
que dan un divertido toque de humor negro.
Ahora lo ves, ahora no lo
ves.
Afterlife toma
el relevo de la primera entrega con desparpajo, sin miedo a recibir el legado,
pero al mismo tiempo sabiendo que lo importante aquí es divertirse. Divertirse
en el sentido en el que las cintas para adolescentes de los 80’s lo hacían. La base
parece ser el no tomarse demasiado en serio y tampoco buscar una lógica aristotélica
al momento de explicar la historia.
Si vamos a tener aventuras, terror o
comicidad, no hay reglas ni límites. Afterlife no presenta ningún fantasma
aterrorizante hasta que le da la gana, y esto es un punto interesante porque
hay algo más aterrador que un “pegajoso”(ahora su primo “Muncher” que tiene
bulimia metálica y la vomita en proyectiles) … hay otros fantasmas…y así se va a los conflictos de una niña super inteligente
a la que nadie parece comprender y un muchacho citadino que quiere impresionar
a una chica y una mamá en quiebra que piensa que el padre que la había
abandonado al fin vaa pagarle algo del
cariño que no le dio en formade una herencia.
El fantasma de ser un sismólogo
enterrado en un pequeño pueblo que debe “entretener” a sus alumnos con
películas de terror en VHS para poder conservar su plaza de docente… ¡Por favor! esos fantasmas del crecimiento y
de la amenaza económica son los verdaderamente aterrorizantes. Porque son reales.
Por los buenos
y viejos tiempos
Cada generación
parece tener su particular morbo por insertar la nostalgia de que “los tiempos
pasados fueron mejores” y la inmediata referencia a un tiempo por antonomasia exuberante
y que vivió “la vida loca” de la exageración son los 80.
La añorada época
en la que la humanidad estaba en el extremo opuesto a lo que se vive hoy. Y
para los que lo vivieron o nacieron en él, es sin duda un lugar feliz. La esencia
de Ghostbusters Afterlife es dar de lleno en ese “look” la fotografía y el
ambiente están por demás y por obligación (tratándose de un pueblo llamado
Summerville en Oklahoma) atrapados en el tiempo.
En ese tiempo (vamos, ¡hasta
el restaurante tiene servicio de meseros en patines!!!) El enroque en los 80’s
ha demostrado su resonancia en el público y ahí están: Dinastía, Stranger
Things, Ghostbusters, Top Gun… ahí están las reuniones de grupos musicales 80eros
que jalan a ese público realmente nostálgico de la abundancia alocada de esa
época, justo en esta naciente era “semi post pandémica”. Sí, (*supiro*) los 80’s
fueron una época muy controvertida.
Conclusiones
Ghostbusters Afterlife
probablemente no va a ser de las 10 películas que se salvaran de una catástrofe
(nuclear o de invasión de demonios sumerios) pero sin embargo, es innegable que
va a hacer instalarse, a quienes vieron la primera y a quienes no también, en
ese espíritu de aventuras adolescentes con sensación de ser los héroes del día.
De entrar a un cuarto repleto de seres de otra dimensión sin temor, acompañados
de armas increíbles y un auto destartalado. Porque al final de cuentas, las
mejores aventuras se pueden vivir muchas veces si se tiene la imaginación
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