Por: Fabián
Quezada León
Una
adaptación de la popular obra de teatro Off-Broadway, que usando un soundtrack como
hilo conductor desarrolla la historia de Sherry (Hough) una chica pueblerina, que conoce a Drew (Boneta) un chico citadino y juntos lucharán
por alcanzar sus sueños de ser ídolos musicales. La época, los ochentas, el
lugar Sunset Strip, el ambiente: Hair
metal.
En medio
de la historia de Sherry y Drew, se
introduce a Stacee Jaxx (Cruise) una estrella del hair rock que representa todos los excesos y manías de una de esas
estrellas rockeras (sexo, alcohol y destrampe) tanto Sherry como Drew van a
tener que luchar mucho por conseguir sus sueños y en el camino de repente
perderán el rumbo, para volverlo a retomar más tarde. La película es una buena
oportunidad de escuchar clásicos ochenteros Journey, Def Leppard, Poison,
Whitesnake, Bon Jovi, Foreigner, Joan Jett, y REO Speedwagon en las voces del
elenco.
Vamos
a ver, esta cinta es como si de repente “Hoy
no me puedo levantar”, chocara con “Glee”
y se estrellara con “Mentiras” y colapsaran
contra un semireality musical con ímpetus de ser “añorable”.
¿Qué
sucede?, Se junta un elenco de figuras encabezado por Cruise/Zeta-Jones/
Baldwin/Brand de los cuales, salvo
Zeta-Jones, no sabíamos que cantaran y asombrosamente (sobre todo Cruise)
sorprenden.
La
cinta es una colección de canciones que han sido éxitos desde los 80’s y que
casualmente hemos escuchado también re interpretadas por Glee, eso le quita en mucho la “novedad” o el sentimiento de
añoranza que surge después de haber dejado de escuchar una rola por décadas y
de repente volverla a oír.
La
película transita en una poco uniforme estructura, tiene cosas buenas y cosas
malas. La historia es simple, absolutamente predecible y conocida, los
personajes son tratados de manera superficial y jamás nos hacen sentir que los
conocemos, sólo vamos oyéndolos cantar, una tras otra de las rolas, pero sin
enterarnos de manera real de quiénes son.
La
pareja protagónica, Boneta y Hough son prácticamente desconocidos en el mercado
anglo, y el enfoque original de la mercadotecnia fijó la cinta a un público que
hubiera vivido los 80’s y por ello se apoyó en figuras conocidas desde
entonces, Cruise, Zeta-Jones, Baldwin.
Pero
la base de la película se pretende que sea el relato de la historia de amor y
sueños de estrellato entre estos dos jóvenes; y aunque cantan bien y tienen buena
presencia en pantalla, su historia (no las canciones) es floja, desangelada y
se diluye en medio de las historias colaterales.
Su
conflicto amoroso y lo que resulta de ello, acaba por no importar si sucede o
no, pues su resolución es absolutamente intrascendente; es decir no hay quien
suspire por verlos juntos de nuevo viviendo felices para siempre; que sería el
punto de tener una historia de amor.
No,
igual hubieran podido acabar uno en Australia y otro en Alaska da igual,
siempre y cuando cantaran su canción final.
La
ola de nostalgia que envuelve a los 80’s para la generación que los vivió sigue
latente y de alguna manera se ha colado a los de las generaciones posteriores (gracias
a que varios hits 80’s se han usado en varias cintas o vía Glee, por ejemplo) el caso es que la simple colección de canciones
sin una historia que comprometa al espectador puede sólo soportar de una manera frágil la
asistencia al cine a escuchar este especie de concierto ochentero; por eso el
soundtrack es mucho más efectivo, por más morbo que de ver a Tom saltando
descamisado a agitar la melena en el escenario.
La
cuestión también es que los cortos de la película venden por completo la idea
de que Tom juega un rol protagónico en la historia y no es así, el superfamoso Tom
(Stacee) entra y sale de la historia y llama la atención porque es Tom, y no porque
realmente su personaje podría haber sido una línea dramática interesante (por
aquello de los excesos del rock ochentero)
Y
uno compra esta imagen del super ícono, porque Tom es un icono y lo sabe
transmitir; podemos pensar que Tom/Stacee podrían compartir muchas cosas (y de
repente la memoria lo trae de regreso en aquella fatídica entrevista con Oprah...)
Sin
embargo, Stacee de manera general no se
mezcla, no conflictua per se a los
protagónicos, no es el villano y no es el héroe, es “una historia que parece
haber sido metida dentro de la historia” y este fenómeno de la no interacción
dramática se presenta en realidad entre
casi todos los personajes, pues sus relaciones casi son “casuales” es decir,
cantan, bailan, y cruzan palabras entre ellos, pero la historia de sus
relaciones no es lo importante, es más
importante seguir cantando.
Los
hechos que mueven la acción de los personajes son más bien “pequeños momentos”
que los hacen tomar decisiones para así poder seguir el recuento de la historia
del musical.
¿Quien
más podría valer el boleto? Bueno, Catherine Zeta-Jones como Patricia Whitmore,
la “ahora decente y moral” esposa del alcalde, que en sus ayeres fuera una fan
irredenta de Stacee y que ahora, en un ataque de “decencia”, intenta derrumbar
el “antro” donde se presentan espectáculos lascivos de rock, pero sin embargo
sus números musicales difícilmente podrían ser considerados como poco
incendiarios. La pareja musical de Baldwin y Brand cuya trama es tan divertida
como lo que se ve que ellos se divirtieron haciendo sus secuencias también
hubiera merecido una mayor profundidad en su historia
Al
final si el morbo/nostalgia te lleva al cine, tómalo como asistir a un
concierto y recuerda, entre kilos de cabello agitándose al viento, con algo de glam y mallas multicolores, como el hair
rock dominaba el mundo en una época.
Reparto: Julianne Hough, Diego Boneta, Tom Cruise, Russell Brand,
William Baldwin, Paul Giamatti, Catherine Zeta-Jones.
País:
Estados Unidos
Año:
2012
Género:
Musical, Comedia, Romance
Duración:
2 hr. 3
min
Clasificación:
Mayores de 13 Uso de Alcohol, referencias sexuales
Fecha de
estreno en México: 17 de Agosto
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