Por: Fabián Quezada León
La vida
es placentera para Bilbo Baggins (Freeman) en la comarca Hobbit sin mucho que
hacer más que fumar su pipa sentado en su jardín. Hasta que la intempestiva
llegada de Gandalf el gris (McKellen) voltea
todo su mundo de cabeza al ofrecerle se una a un clan de enanos que planean
nada más y nada menos vivir la aventura de sus vidas al tratar de reconquistar
el reino de Erebor y aunque al principio Bilbo se niega rotundamente su
curiosidad lo lleva a seguir a los aventureros en su tarea. Eso los llevará a
tierras desconocidas, peleando contra Orcos, duendes y demás alimañas y desde
luego los llevará a la tierra de los Elfos y a toparse nada más y nada menos
que con Gollum en el interior de una tenebrosa caverna y con el Tesoro de
Gollum: “un anillo para gobernarlos a todos”
La
primera entrega de tres partes donde la saga de Tolkein ve de nuevo la luz, con
el plus de que estrena formatos hasta ahora no usados como el famoso “48
cuadros por segundo” que la hacen un portento de innovación en la
cinematografía.
Cuando
hace nueve años Peter Jackson terminó su ahora ya clásica trilogía seguramente
suponía la enorme acogida que tendría la saga a lo largo y ancho del mundo y
seguramente no calculó que llegaría a mas de dos billones de dólares en la
taquilla mundial y que conquistaría 17 Oscar así que lo lógico era que el
gusanito de la precuela apareciera por ahí y lo hiciera regresar con otra
trilogía que se antoja monumental.
La
pregunta es que si en 1937 Tolkein habría imaginado tal furor por sus obras y
que se convertirían gracias a la magia del cine en una de las sagas favoritas
del siglo XX gracias a Peter Jackson y las lejanas tierras de Nueva Zelanda.
Y una vez más la magia de un relato que ya se
conoce pero que no se ha visto pone en marcha todo su poder para suscitar en
los espectadores el ansia de tener que esperar tres años para ver el epílogo de
esta obra. Eso es un reto que pocos logran sortear y así después de este “viaje
inesperado” sigue la desolación de Smaug y El regreso (que ya nos urge ver)
La cuestión es que la cinta se enfrenta a
retos diferentes de el simplemente filmar la historia y darle una contextura
similar a la trilogía anterior se enfrenta con dos enemigos silenciosos el que
los actores (ahora diez años más viejos) regresan a hacer sus mismos personajes
muchos años antes de que sucediera la primera trilogía y la segunda es que no
obstante todo lo espectacular que puede ser y lo técnicamente innovadora e
impecable la cinta no aporta nada nuevo, nada que no hayamos visto ya en la
trilogía anterior son tan completamente equivalentes que no hay momento en el
que no se tenga una sensación de déjà vu
eso sin considerar que (y lo sabemos desde el principio) esta será una peli de
más de dos horas 2:49 si somos exactos
Pero
debemos de admirar la bravura de Jackson al filmar y su manejo meteórico de la
cámara y la deslumbrante claridad que le aportan los 48 cuadros por segundo
aunados a la 3D y la alta definición la colocan en un nivel completamente
aparte de todo lo que habíamos visto, si, los logros técnicos son apabullantes
aplastantes supremos eso no hay duda.
Pero sin
embargo como lo decía antes le película no llega a colocar la dignidad de la
historia encima y surge la duda de que si le retiráramos los innegables logros
técnicos se sostendría en sus casi tres horas y el resultado es que la trama se
elonga en partes y el sustento dramático se ve eclipsado por los efectos y hay
que reconocer que la adaptación es escrupulosa y metódica pero se excede en el
tiempo en pantalla para la narración de la anécdota.
Ahora
bien, El Hobbit nos presenta principalmente a dos personajes base: Thorin (Armitage)
y Bilbo (Freeman) que podrían decirse se encuentran a ambos lados de la balanza
uno es el rey destronado de los enanos y el otro es el Hobbit común que va a descubrir muchas cosas a lo largo de
la trilogía verlos a ambos enfrentarse entre si y después comprenderse es uno
de los puntos de la trama y como en la comunidad del anillo el viaje promete
ser un alud de aventuras y peligros aunque si hemos de ser francos la travesía
de la comunidad del anillo, fue en su primer trayecto, mucho más desafiante que
esta.
Y
retomamos el dilema efectos y calidad técnica contra libreto y contenido del
relato. Sabemos que habrá batallas, que habrá seres míticos y los consecuentes
malos sentimientos de ambición y traición y que serán fotografiados en una
forma magnífica. La cámara de Jackson se mueve, viaja, sube, baja, gira,
remonta entonces nos damos cuenta de la hiperdefinición que la cinta posee y
por lo que recomiendo ir a verla en el mejor formato que tu bolsillo pueda
pagar.
En cuanto
a esta innovación de los 48 cuadros por segundo, como todo lo nuevo implica
abrir un proceso de adaptación hacia la novedad, ¿por qué? Porque por más de
cien años hemos visto el cine de una manera y acostumbrar al ojo a ver esta novedad
va a llevar su tiempo. Lo más obvio salta a la vista a la hora de comparar las
texturas; el cine de “cuya base es película fotosensible” tradicionalmente posee
una suavidad en los contornos definitorios de los personajes u objetos,
mientras que este formato duplica la visión y eventualmente “afila los
contornos” a partir de esta forma, no importará cuanto se gire o se mueva la cámara,
o cuanta acción se filme, la definición siempre estará presente como si se tratara
de la propia visión del espectador. A tal forma que llega a sentirse como si se
tratara de una obra hecha en video y ya sabemos que tradicionalmente se asocia
al contenido de video con connotaciones de baja calidad o contenido porque se liga
indiscutiblemente a la televisión.
Pero este
renglón no será el único paso que el consumidor y el productor de este cine con
nuevos sustratos deberá remontar en los años venideros ya que la constante
demanda de “novedad” y espectacularidad son un “obligado” si se quiere
continuar en la industria obteniendo una buena taquilla.
Entonces
nuestros ojos deberán de ajustarse a un ritmo de visión mucho más rápido y que
no pierde detalle alguno en su definición, aunado a la experiencia del 3D o 4D
con las que se abren de par en par las puertas de un salto evolutivo que no se
deberá de dar de manera forzosa, ni para todos los temas, pero que ahí estará para seguir creando la novedad en la experiencia de “ir al cine”
Director: Peter Jackson
Reparto: Ian McKellen, Martin Freeman, Richard Armitage, Ken Stott, Graham McTavish.
País: Estados Unidos/ Nueva Zelanda
Año: 2012
Duración:
2 hr. 49 min.
Clasificación:
Mayores de 13 Secuencias de acción, violencia y fantasía
Fecha de
estreno en México: 14 de Diciembre
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