Basado
en una parte de la vida de la más famosa y controvertida estrella del cine de
adultos, narra fragmentos cuajados de dramatización y casi nada de real porno en la existencia de Linda
Lovelace, antes conocida como Linda Boreman y después como Linda Marciano. Sin
duda Linda es todo un caso pues pasa de ser la vecina pecosa a la protagónica
de Garganta profunda.
En
varios segmentos la cinta lo que nos relata es su desafortunada vida y su fugaz
irrupción en el porno para luego retirarse y escribir sus memorias donde da su
versión del mundo del porno y de la explotación de las mujeres por sus
“padrotes” disfrazados de esposos /novios/amantes. Básicamente vemos como Linda
(Seyfried) pasa de la casa de sus padres (Stone y Patrick) (católicos ultra conservadores) a las manos de
Chuck Traynor (Sarsgaard) un tipo explotador, violento y demás. Que tras de
obtener un video de Linda en actividades sexuales lo corre a mostrar a Gerry
Damiano (Azaria) que era un emergente director en la floreciente industria
porno setentera.
De
ahí a que Damiano llamara a Linda de protagonista de su nueva película “para
adultos” solo hubo un paso “Garganta
profunda” recaudó cifras millonarias y encumbró a Linda como “la” estrella
porno (aunque fue un one hit wonder
logró esa dudosa distinción en contraparte a muchas otras famosas estrellas
porno que han filmado cientos de films)
Tras
de los flashazos de la fama Linda, sometida y maltratada por Traynor se retira
de la industria y se pierde en el anonimato hasta que regresa después de
escribir su autobiografía y colocarse como un ícono de la lucha anti pornografía
y anti maltrato a la mujer.
La
vida de Linda Boreman que vemos con Lovelace
se queda en un relato propio de una cinta hecha para televisión. Cae en
profundos estadios de drama estilo “soap opera” (violencia golpes y llanto) y
aunque Seyfried y Sarsgaard hacen lo imposible por ponerle empeño a sus roles y
ser una buena protagónica y un buen villano ese intento se queda simplemente a
nivel de un público sin mayores exigencias y acostumbrado a ver melodrama en la
pantallas de televisión. Pero si se va más allá, la historia hace agua por
todos lados. El mundo del porno y más aún de ese porno incipiente, es un
universo poco conocido por el público en general y sin embargo el valle de San
Fernando floreció a golpe de kilómetros de celuloide mostrando esa digamos “desenfrenada
y hambrienta” industria de comienzos de
los 70 y ochentas hasta que el VIH hizo su aparición y levanto cejas y cobro muchas
vidas entre los actores porno.
Linda
Boreman debe haber sido mucho más compleja que la inocente y desubicada chica
que hace Seyfried y la opinión pública en su tiempo fue muchísimo más
descarnada con ella que los fragmentos que logramos ver en la cinta.
La
cinta, en esos brincos que da en periodos de seis años, no nos deja profundizar
en la realidad de ese mundo y la muy fugaz carrera de Linda, porque bien es
conocido que acompañando a la pornografía hay otros ingredientes además de la explotación sexual. Y en Lovelace
no se sabe, ni queda claro, el motivo por el cual no se haya tocado el punto.
Claro
que eso no ayuda mucho para lograr el objetivo que se pone en los labios de la
misma Linda de que espera que las personas “vean quien es ella realmente”
porque simplemente, no se nos muestra más que el melodrama conocido de muchas
mujeres de antes y de hoy que se enfrascan en relaciones de sexo/violencia/desorientación
psicológica; eso es un problema muy tristemente común pero no nos define a
Linda y de esa manera cuando llegamos a la era post “garganta” Linda se nos
desvanece entre las manos al igual que la película.
Es
evidente que la versión trata de poner una buena cara a Linda y eso no es
criticable lo que sí es un hecho es que les falto pulir la historia y revisar
el guión para centrarlo en la realidad de Linda y no en buscar un culpable
entre los varios submundos en los que vagó por diferentes razones (y no solamente
en la pornografía, sino basándonos en las áreas que se señalan como
concatenantes para arruinar la vida de esta mujer: que si fue la estricta
formación familiar, que si fue la falta de carácter, que si fue la influencia
de un marido demente, que si fueron las drogas etc) La producción no brilla por su despliegue de
ambientación y se puede decir que sin duda pareciera mucho más una cinta hecha
para ser transmitida por televisión que para el cine.
Nos
queda claro que Linda pasó mucho más tiempo fuera de la industria que dentro de
ella y que la complejidad de su fenómeno de persistencia como un icono sexual
en base a solo una película famosa es suficientemente interesante como para
redondear una buena historia y mucho más cuando al evolucionar se transforma en
escritora y oponente a la pornografía y es tomada como un estandarte del
feminismo, pero eso definitivamente no es lo que Lovelace entrega, sino un
libreto de telenovela supuestamente
basado en la vida de una estrella porno..
Con
tal desatino no puedo menos que recordar alguna estrofa de la versión de “Mi
Hombre” que cantara Nacha Guevara
“Aunque
a veces me patea
porque dice que soy fea,
mi hombre.
No es gentil ni galante
y aunque sea repugnante
qué importa
si es mi placer.
Me hace sufrir y padecer
qué voy a hacer si soy mujer
y sé querer.”
porque dice que soy fea,
mi hombre.
No es gentil ni galante
y aunque sea repugnante
qué importa
si es mi placer.
Me hace sufrir y padecer
qué voy a hacer si soy mujer
y sé querer.”
Director: Robert Epstein, Jeffrey Friedman
Reparto: Amanda Seyfried, Peter Sarsgaard, Sharon Stone, Robert Patrick, Wes
Bentley, Frank Azaria.
País:
Estados Unidos
Año:
2013
Género:
Drama/biográfico
Duración:
1 hr. 33 min.
Clasificación:
Mayores de 18. Contenido adulto,
Violencia, desnudos, uso de drogas y alcohol
Fecha
de estreno: 20 de Septiembre
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