Crecer
es un paso al que cada uno de los habitantes de este planeta ha tenido que
enfrentarse, prácticamente desde el día 1 de su existencia.
“Ciudades de papel”, basada en la obra de John Green, el mismo escritor de “Bajo la misma estrella”, nos lleva a una
historia de crecer, buscar y encontrar,
mientras que un grupo de amigos recorren caminos desde Florida, hasta un
mítico “pueblo de papel” situado muchas horas adelante... en Nueva York.
Muy
bien, primero debemos de entender el básico: Qué es un “pueblo de papel?” según
lo que se nos dice en la película es una “licencia profesional” que se toman
los cartógrafos al momento de realizar e imprimir un mapa poniendo en algún
punto un “nombre de un pueblo” que en realidad no existe. Esto lo hacen para, conforme
a los derechos de autor, identificar si algún otro impresor copió los mapas. Entonces, al fin y al cabo,
esos lugares, aunque sean un punto en el camino en el papel, no existen en la
vida real.
Estos
lugares son un invento, que alguien deseo y que en la novela tiene mucho que
ver con la auto concepción que de sí misma tiene la protagonista; Margo y por
ello se usa “Agloe” un sitio que irónicamente fue inventado, luego sí existió y
luego desapareció de nuevo… un “pueblo de papel”.
Cuando Margo
y Quentin observan la ciudad desde las alturas de un edificio, ella le señala
que desde ahí toda la ciudad parece perfecta, idílica… sin embargo, esa no es
la realidad.
¿Crecer
es un reto? Sí. El camino para dar ese salto puede ser el infierno o la gloria,
pero vale la pena intentarlo para descubrir muchas más cosas de lo que se
imaginaban.
Quentin
(Wolff) y Margo Roth Spiegelman (Delevingne) se
conocen desde niños y en alguna época de sus vidas fueron muy amigos. Quentin es
inteligente y estudioso, mientras que Margo tiene un carácter especial y parece
ir contra muchas de las reglas establecidas en un constante tratar de encontrar
la realidad sobre lo que ella “es” en realidad. Sin embargo al mismo tiempo posee la atracción
y belleza para colocarla como una de las chicas más populares de la escuela.
Tras de
un tiempo de haberse distanciado, Margo se cuela al cuarto de Quentin, en una
noche que le promete: “será la más divertida de su vida”; el objetivo es
acompañar a Margo en la realización de “ciertos planes de ajustes de cuentas”
que involucran a varios de sus conocidos de la escuela.
Casualmente,
todo esto sucede en un momento límite dentro de la vida de cualquier
adolescente, el fin de la etapa preparatoriana y la irrefrenable partida al mundo universitario y la adultez.
Esta
noche de aventuras intensas al lado de la imperiosamente libre Margo, van a
propiciar un “descubrimiento forzosamente
precipitado” que va a calar profundamente en Quentin y después en sus mejores dos
amigos. Mucho más cuando al día siguiente Margo se ha desvanecido, nadie sabe dónde
está... de inmediato entre sus compañeros de la escuela se comienzan a tejer, alrededor
de su magnética personalidad, un sin número de historias. La vida que los demás imaginan, los deseos que sobre de los demás construyen los que los rodean... Algo que ya le ha hartado a Margo y por lo que decide dar un giro a los acontecimientos.
Sin
embargo, Quentin tiene una certeza absoluta de que ella ha dejado misteriosas
pistas para que él de con ella. Guiado por su corazón, Quentin arrastra a sus
mejores amigos: Ben (Abrams) y Radar (Smith) en un alocado y aventurero road trip contra reloj, para encontrar a Margo
y poder regresar a tiempo para el baile de graduación.
A la
aventura se añaden también Lacey (Sage) la mejor (y popular) amiga de Margo y
Angela (Sinclair) la novia de Radar.
Quentin está obsesionado por encontrar
todas las pistas que Margo le pudo haber dejado y así descubre el lugar en el
que la volátil chica se esconde; un punto en un mapa: Agloe, N.Y.
Usando
elementos clave en las historias personales, Green y sus adaptadores: Scott
Neustadter y Michael H. Weber nos llevan en esta secuencia de acontecimientos
de la que no están exentos la añoranza y la esperanza, de acuerdo a la edad de
los que la observen.
Las
cintas que muestran como los jóvenes, en diferentes edades, se enfrentan a la madurez siempre han sido un
tema que puede atrapar a un público extenso (desde los que apenas van a
comenzar el viaje a la adultez, hasta los que hace tiempo que lo han terminado)
y por mencionar tenemos ejemplos desde los 80’s como “Saint Elmo’s Fire” y “Breakfast Club”, hasta “Reality Bites” o “Singles” y el reciente “The
Perks of Being a Wallflower”. Pero “Ciudades de Papel”, además usa, para reforzarse, elementos como el road
trip, mezclado con comedia/romance y reflexiones que los chicos de ahora se hacen cada vez con más frecuencia.
Cada
generación concibe este momento de dejar de ser “niño” de una manera peculiar y
sin duda, guiados por Margo, Quentin y sus amigos, tenemos un panorama de que
sucede hoy entre los jóvenes de los 2000’s al dar este paso.
La cinta
posee el encanto adicional de haber realizado un muy adecuado casting, Wolff, a
quién ya habíamos visto en “Bajo la
misma estrella” es el Quentin adecuado, es el prototipo del “chico de al
lado” nerd pero no tanto, que debe enfrentar a la dinámica e
impredecible Margo, encarnada por la belleza hiperdinámica de Delevigne.
Junto a
ellos, los dos mejores amigos de Quentin: el siempre bromista y aspirante
fervoroso a tener sexo: Ben; el confiable
y circunspecto, pero no menos ansioso por perder la virginidad, Radar.
Cada uno
representando de una manera normal los “turbulentos
sentimientos” que sacuden la vida normal de un multi-hormonal adolescente. Y para ello tenemos toda una serie de circunstancias a lo largo de la secuencia del viaje en carretera.
Cada
personaje es tremendamente cercano y como cualquiera, vulnerable a todas las
presiones y pasiones que se sufren a esa edad: el futuro, la consabida
virginidad, la consolidación de la propia personalidad e identidad, la
separación de la vida que se ha conocido y los vaivenes del amor… quién se
puede librar de ellos?
Lo
mejor sucede a lo largo de ese imprevisto viaje que emprende el grupo con el
pretexto de ir tras las pistas de Margo, pero que en realidad, no es más que el
camino para enfrentar y poner bajo el spot
muchas de las cosas que cada uno viene arrastrando y que van a ser los primeros
pasos en esa aventura que va a ser su vida y donde. bajo una nueva óptica, podrán
descubrir la fragilidad de unas cosas y la belleza de otras, poniendo lo ideal
en perspectiva y apreciando lo real de una forma que no solían ver. Han dado el primer paso en el crecer.
Director: Jake Schreier
Reparto:
Nat Wolff, Cara Delevingne, Halston Sage, Austin Abrams, Justice Smith, Jaz
Sinclair, Cara Buono
País: Estados Unidos
País: Estados Unidos
Año: 2015
Género:
Romance, aventura, adolescente
Duración: 108
min.
Clasificación:
Mayores de 13
1 comentario:
Pues sin duda este artículo me anima a buscar esta película en la próxima visita al cine, aunque es una film que va dirigida el público juvenil, ahora veo que es una incitación a otra audiencia a contacta con humor y sensibilidad que abarca esta época de transición en la vida del hombre,como bien dice el artículo: “Cada generación concibe este momento de dejar de ser “niño” de una manera peculiar”.
Por otro lado, se me hace muy interesante este concepto de las ciudades de papel, creo que este tipo de cosas caracteriza a cada época, donde se crean los propios códigos que construyen tu identidad dentro de un contexto en un tiempo, como sería en este caso de la adolescencia a la juventud.
Esta reseña al plantear la perspectiva:”… ¿Crecer es un reto? Sí. El camino para dar ese salto puede ser el infierno o la gloria, pero vale la pena intentarlo para descubrir muchas más cosas de lo que se imaginaban”, es muy cierto!!!; no se debe perder esta idea a lo largo de la vida del hombre, ya que solo caminando pese a los vaivenes de la vida es lo que te mantiene vivo.
Asistiré a la película para revivir estos sentimientos y recordar las vivencias que en lo personal me ayudaron a crecer.
Gracias por el artículo me dio una visión más general, así como me movió sentimientos y recuerdos.
Saludos
IreneMoralesPagaza
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