Por Vicente Aristi
De Ariel Dorfman.
Dirigida por Lorena Maza.
Con: Arcelia Ramirez, Daniel Martinez y Arturo Rios.
Hay heridas que quedan abiertas aunque pasen los años; pese a que se incurra en algunos olvidos momentáneos; heridas que es necesario sanar. Tal es el planteamiento central de La muerte y la doncella, obra de la autoría de Ariel Dorfman, cuya acción transcurre años después de la dictadura de Augusto Pinochet, la obra latinoamericana que ha sido más representada en el mundo, siendo la primera en 1991.
La escenografía de Sergio Villegas, es la sala de estar y un comedor de una casa en la playa, es el marco donde transcurre una obra que cuenta con un texto poderoso e inteligente, que es una metáfora en torno a la necesidad de imponer la justicia, y como se muestra en ocasiones, es el azar el agente para que las cosas vuelvan a tomar el lugar que les corresponde.
Gerardo Escobar con una buena interpretación de Daniel Martínez, es un emprendedor abogado, que en fecha reciente ha sido nombrado como el coordinador general de una comisión, que se dedicará a esclarecer los crímenes cometidos durante el régimen de Pinochet. Una noche, de regreso a casa, se le poncha la llanta de su auto y es auxiliado por el doctor Roberto Miranda, que cuenta con una gran actuación de Arturo Ríos, todo un monstruo en escena.
Este incidente será el detonante para que surja un tour de forcé, un truculento juego de víctima - victimario. El tercer personaje de La muerte y la doncella, en él que recae la mayor tensión dramática corresponde a Paulina Salas, la esposa de Escobar que cuenta con un bien cimentado trabajo emocional de Arcelia Ramírez, quien al escuchar la voz de Miranda, cree reconocer la voz de uno de sus torturadores.
Lorena Maza es la responsable de una cuidada puesta en escena, que en momentos corta con oscuros totales y otras con claroscuros que le brindan una gran fuerza expresiva al montaje. Ella apuesta por un convincente trabajo actoral. Sabe trazar la ambivalencia que para Dorfman, según sus declaraciones retomadas en el programa de mano: “Es el mejor instrumento para desestabilizar las visiones convencionales que el espectador tiene del mundo.”
La muerte y la doncella es una obra que destaca la necesidad de Paulina para instaurar una justicia que la ayude a despojarse de esos demonios interiores que la han atormentado durante años ante sus dos desconcertados interlocutores.
A lo largo de la obra, el espectador se involucra en una especie de ajedrez de inteligencias, donde aflorará una verdad que nunca se sabrá que tiene de realidad y cuál es su cuota de ficción.
Asimismo subyace un alegato coherente contra la impunidad y la necesidad que se tiene para hablar. Si bien la acción se desarrolla en Chile, su trama es tan universal que puede suceder en cualquier parte del mundo.
La muerte y la doncella, es producida por Tercera llamada y Co-productions. Tiene funciones, los viernes a las 20:30 horas; los sábados a las 17.30 y 20.00 horas y los domingos a las 17.00 y 19:30 horas en el Foro Shakespeare y se presentará hasta el 30 de agosto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario