Casi desconocido en México, el joven realizador chino Jia
Zhang-Ke es elogiado como el mayor talento de la llamada “sexta generación” o
“generación urbana” del cine asiático, un grupo de autores que se han
caracterizado por su interés hacia las personas marginadas y los sectores menos
representados de la sociedad china.
Sus anteriores cintas las realizó de manera independiente y
en un tono semi documental. Muchas de ellas, rodadas en la clandestinidad y
algunas censuradas por el gobierno de su país, como Un toque de pecado
(2013), que sigue prohibida, pues abordan las transformaciones sociales,
económicas y culturales en las dos últimas décadas, con personajes
desempleados, desarraigados y con fuertes crisis personales a causa del
desigual reparto de la riqueza, que se mueven en una China que camina a pasos
agigantados hacia la occidentalización.
En su nuevo trabajo, Las montañas deben partir, da un giro en
el tono narrativo y opta por el melodrama para narrar una historia en tres
tiempos y con tres formatos de pantalla diferentes, que van de la China de 1999,
a la de 2014 y termina en la Australia futurista de 2025.
En la ciudad de Fenyang de finales de los noventas, Tao, es
cortejada por sus dos amigos de la infancia, Zhang y Liangzi. El primero tiene
un próspero negocio, una buena vida y acaba de comprar una mina de carbón.
Mientras el segundo, es un joven y modesto minero. Tao termina casándose con Zhang
y luego de tener un hijo, al que su padre llama Dólar, la pareja se separa.
Zhang emigra a Shangai para continuar su ascenso económico y social, y Tao se queda en Fenyang,
tratando de tener algún contacto con el niño.
En la época futurista, Dólar se ha convertido en un
adolescente que vive en Australia con su padre. Además de tener una relación
distanciada, padre e hijo son incapaces de comunicarse debido a un abismo
lingüístico; el padre no habla inglés y el hijo no sabe chino.
Como en Un toque de pecado, el realizador confecciona ahora otra crónica reflexiva de los tiempos cambiantes de su nación, retratando su desarrollo económico y las transformaciones de sus costumbres, de su identidad y de su inminente tránsito a un poderoso capitalismo salvaje. Si en su anterior filme lo hizo a través de un drama pesimista, brutal y amargo, en Las montañas deben partir, lo confecciona desde el melodrama de un triángulo amoroso y desde el sentir y la perspectiva de las nuevas generaciones que han perdido su identidad, incluso su propio idioma, como el desubicado Dólar.
El cineasta refleja de nueva cuenta una mirada lúcida e
inteligente que cuestiona de manera amarga al pasado, presente y futuro de una
China contemporánea en una creciente diferencia de clases y marcada por el
deseo de progreso económico y anhelos de riqueza, dejando claro que el dinero
es un valor supremo en el país oriental. "El dinero se ha convertido en
una idea-religión que está por encima de todo. La economía y el consumismo
están afectando a los sentimientos", comenta el realizador, cuya cinta
describe la manera en que las nuevas tecnologías están cambiando las relaciones
personales, tanto en su país como en el resto del mundo.
PREMIOS Y FESTIVALES.
En 2015 recibió el Premio de la Audiencia en el Festival
Internacional de Cine de San Sebastián, España. Fue exhibida en la Selección Oficial
del Festival de Cannes, Francia, en la Presentación Especial del Festival Internacional
de Cine de Toronto, Canadá, en la Selección Oficial del Festival Internacional
de Cine de Shanghái, China y en la Selección Oficial del Festival Internacional
de Cine Karlovy Vary de la República Checa. La actuación protagónica de Zhao
Tao, esposa del director y colaboradora en muchos de sus pasados proyectos, fue
merecedora de la nominación a Mejor Actriz durante Festival de Cine de Taipei
2015.
Dirección y guión: Jia Zhang-ke.
Reparto:
Zhao Tao (Tao), Zhang Yi (Zhang Jinsheng), Jing Dong Liang (Liangzi), Zijian
Dong (Dollar), Sylvia Chang (Mia).
País: China-Francia-Japón.
Año: 2015.
Género: Melodrama.
Duración: 131 minutos.
EL DIRECTOR.
Jia Zhangke nació en Fenyang, China en 1970. Perteneciente a
la “Sexta Generación” de cineastas chinos egresados de la Academia de Cine de
Beijing, filmó su opera prima, Xiao Wu, en 1997, un documento
excepcional sobre las reformas económicas y el tránsito entre la sociedad
tradicional, el totalitarismo y el mercantilismo. Es considerado uno de los
cineastas jóvenes más importantes en el panorama del cine mundial, tanto en el
documental como en la ficción.
Su cinta Still Life (Naturaleza muerta), realizada en 2006 y donde retrató a una China de concreto y asfalto, en constante edificación, obtuvo el León de Oro en la Muestra Internacional de Arte Cinematográfico de Venecia. En el panorama del cine chino, Jia Zhangke es reconocido como una figura relevante en cuanto a su desarrollo artístico y la lucha contra la censura oficial. Un toque de pecado, su primer filme de ficción, fue ganador por Mejor Guión en el Festival de Cine de Cannes 2013.
Su cinta Still Life (Naturaleza muerta), realizada en 2006 y donde retrató a una China de concreto y asfalto, en constante edificación, obtuvo el León de Oro en la Muestra Internacional de Arte Cinematográfico de Venecia. En el panorama del cine chino, Jia Zhangke es reconocido como una figura relevante en cuanto a su desarrollo artístico y la lucha contra la censura oficial. Un toque de pecado, su primer filme de ficción, fue ganador por Mejor Guión en el Festival de Cine de Cannes 2013.
LAS MONTAÑAS DEBEN PARTIR ( SHAN HE GU REN) SE EXHIBE EN EL
MARCO DE LA 59 MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE DEL SÁBADO 14 AL JUEVES 19 DE NOVIEMBRE DE 2015 EN
CINETECA NACIONAL. DEL DOMINGO 22 AL JUEVES 26 DE NOVIEMBRE EN CINÉPOLIS.
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