Por Fabián Quezada León
Karen (Bening) se embarazó cuando tenía 14 años, dio a su hija en adopción y nunca ha podido sacarla de su mente, incluso le escribe largas cartas como una manera de relacionarse con su ausencia. Hoy, Karen 37 años después, es fisioterapeuta y tiene una madre enferma… y aparentemente a nadie más en la vida. Es seca, agria y cerrada. Elizabeth (Watts) es una abogada que ha alcanzado altos puestos y que no teme usar su atractivo y sensualidad a capricho. Tiene una vida planeada y todo indica que nada la va a sacar de ese carril hasta que conoce a su nuevo jefe; Paul (L. Jackson) En el otro extremo están Lucy y su esposo que, teniendo una buena posición económica y un matrimonio perfecto, no pueden tener hijos y desean adoptar, solo que aún les faltan algunas cosas por considerar. Todas estas historias se van a unir como si se tratara de un cordón umbilical para dar una mirada a la maternidad y “sus alrededores”.
Rodrigo García, regresa a explorar uno de sus temas favoritos; el complejo mundo femenino, en una cinta de una sobriedad y temática básica, pero que no deja de ser un punto latente en el alma de cualquiera, la relación con la figura materna, como protagonista, acompañante, aspiración o anhelo. Annette Bening y Naomi Watts, llevan las riendas principales de todo este entramado; pero cada figura representada ondea como una saliente en este mar de relaciones materno filiales.
García se ha dedicado con exquisito afán a internarse en este mundo de las mujeres un mundo tan complejo y poco entendible para la mayoría de los hombres, y lo ha hecho con éxito, y para ello podríamos nombrar “Cosas que puedes decir con solo mirarla” y “Nueve vidas”.
El mundo femenino es un universo que se teje y cuyos hilos pueden ser kilométricos, enraizarse desde la concepción y proseguir hasta el infinito.
La gramática femenina se basa en la palabra, en el sentimiento y en el recuento y García se pone a hilar con esto en sus obras, las pinceladas son multi cromáticas los ecos pueden extenderse en muchos espejos En Madre e Hija, la presencia, y por qué no decirlo, aún más la ausencia, son el sustento del amor, del dolor y del arrepentimiento o la esperanza desenmascarada que giran entorno a la idea de la maternidad.
Una mujer ha dado a una hija en adopción, otra desea desesperadamente una, aunque la madre biológica resulte ser una persona más espinosa que un erizo (o tal vez precisamente por eso) Otra más se ha propuesto no tener hijos para proseguir su carrera; lo que es la vida para unas es un retraso para otras al final del día pocos están conformes con lo que tienen o se empeñan en negarse reconocerlo.
Madres e hijos son una relación eterna y por ello cada vez que se inicia una va a marcar rumbos en la historia de quienes intervienen. Karen no ha podido resolver ese desprendimiento y su manera de manejarlo es cerrarse al mundo en apariencia, hasta que un osado enfermero: Paco (Smiths) logra derribar sus defensas eso sin contar que además Karen tiene dos enfrentamientos que van a cambiar su vida para siempre.
Elizabeth que ya ha planeado su vida y aunque aparentemente es la reina del manipuleo emocional, cae enredada en su propio juego y se enfrenta irremediablemente a las consecuencias. Pero de una manera impensada, lo que podría haber sido la ruina de sus planes se transforma en un inesperado camino nuevo en el que la vida va a dar una vuelta… y una vez más, el telar une y aprieta la hilatura de los cordones: madres, hijas, siempre.
Lucy espera reunir a su perfecta vida, su perfecto matrimonio, su prefecto trabajo lo único que no puede, un hijo. Para ello recurre al punto aparentemente más lejano de la perfección: un hijo de una joven madre soltera, arisca y contundente, agresiva y cuestionante, realidad que sin embargo de tan lejana al final se hará cercana y la historia sigue contándose.
Karen comienza a ver la vida diferente, también porque junto a ella existen dos figuras femeninas, una madre latina y su hija, que viviendo la misma situación de Karen tomaron la ruta de seguir reunidas.
Lo interesante del trabajo del hijo de Gabriel García Márquez es su dedicación al detalle , a esos momentos en los que casi en silencio, sin muchas palabras los sentimientos afloran, donde se enredan las miradas y se hacen los nudos, donde las emociones sacuden las capas exteriores y llevan a los protagonistas a modificar su comportamiento y el publico se une a ellos, porque de alguna manera movió puntos básicos, sentimientos comunes, ecos que se salen de la pantalla y se expanden en las vivencias propias para luego volver a fluir y un poco más adelante, otro personaje agita otros sentimientos y la experiencia se refuerza. Al final del día, el gran tejido, el inmenso entramado de historias se extiende y arropa como una manta que envuelve, calienta y nutre los relatos de mujeres, de madres e hijas… el cordón umbilical que jamás se rompe.
Dirección y guión: Rodrigo García
Reparto: Naomi Watts, Annette Bening, Kerry Washington, Jimmy Smits, Samuel L. Jackson, S. Epatha Merkerson, Cherry Jones , Eileen Ryan David Morse
País: Estados Unidos
Año: 2009.
Género: Drama
Duración: 125 min.
Clasificación: Mayores de 13
Fecha de estreno en México: 8 de Octubre
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