viernes, 26 de julio de 2013

RETRATO ÍNTIMO: UNA GÉLIDA FEMINISTA DE ÉPOCA.


Por Julia Elena Melche.

El reconocido realizador francés Claude Miller deja como obra póstuma un notable drama de época  que tiene a un personaje femenino como protagonista, reafirmando así el gusto del director por filmar historias sobre mujeres,  a quienes consideraba “personajes enigmáticos y fascinantes para seducir al espectador”. Para su cinta,  adaptó la novela  “Thérèse  Desqueyroux” de François Mauriac,  uno de los grandes clásicos de la literatura universal,  llevado a la pantalla en 1962 por Georges Franju.

Son los años veinte en la región francesa de Las Landas, cerca de Burdeos. Ahí, los matrimonios se arreglan por conveniencia y el de Thérèse Larroque ya está concertado desde su adolescencia  para establecer nuevas alianzas entre su pudiente familia y la de Bernard Desqueyroux (Gilles Lellouche, protagonista de Los infieles), un hombre aficionado a la caza, conservador, defensor de los valores familiares, déspota, bastante mediocre y pobre intelectualmente.

Luego de casarse, Thérèse empieza a sentirse asfixiada entre el hastío de su monótona y frustrante vida matrimonial y las retrógradas condiciones que le impone su familia. Thérèse da a luz una hermosa niña, pero no desea conformarse con su situación que la hace  profundamente infeliz, y hará todo lo que pueda para intentar vivir libre y sin ataduras, aunque para conseguirlo tenga que enfrentarse con los convencionalismos de la época. En un arrebato desesperado, intenta envenenar a su esposo.

El autor de la novela, premio Nobel de literatura 1952, se inspiró en un hecho real ocurrido a principios del siglo. Como escritor cristiano, estaba obsesionado con el pecado, la maldad y la impiedad y se enfoca a explorar  el lado oscuro de Thérèse, tratando de descifrar el conflicto entre la carne y el alma.  El filme de 1962 fue más fiel al texto y su estructura. Iniciaba con el juicio a Thérèse que transcurría con un monólogo interior reflexivo de ella para entender los motivos que la llevaron a envenenar al marido. Sin embargo, el cineasta  Miller, decide actualizar el género y lleva la historia al terreno de la reivindicación de la condición femenina. Así, expone que la oscuridad viene del exterior y es un producto de la mala fe y de los prejuicios sociales. Desarrolla la trama de manera lineal y le resta importancia al hecho criminal, que es clave en la novela.

La actriz de Ámelie, El Código Da Vinci,  Coco antes de Chanel y La delicadeza, Audrey Tautou, es la encargada de interpretar a la desdichada Thérèse. Con inteligente sobriedad, se mete en la piel de una mujer que tiene mucho de independiente. Thérèse es culta, intelectual, con hambre de conocimiento y experiencias que su marido no sabe darle. Es una mujer que tiene que luchar con su entorno, con su educación, con lo que le dicta la sociedad.

Es una persona cerebral y no habla mucho porque la han educado para quedarse callada. Thérèse, el personaje, es un alegato feminista en sí mismo. Fuma como chimenea y es un símbolo de modernidad y de desafío para la época. Pese a su malestar no se altera y permanece con una coraza excesivamente gélida.

Miller, realizador de sobresalientes cintas como Betty Fisher, La clase de 
nieve, La pequeña Lili y Un secreto, entre otras, orquestó un atractivo filme intimista, formalmente correcto, con una excelente ambientación de época, acertadas interpretaciones y sin dramatismos innecesarios, que pone en el centro a un personaje complicado  por sus grandes matices emocionales, aunque de apariencia imprecisa  e indescifrable y a veces engañosa.

Sin embargo, también consigue un retrato inmejorable del machismo y de la dominación masculina entre la alta burguesía de esos años, representados en el padre y suegro de Thérèse, pero principalmente en su marido Bernard. Ellos son los varones que gozan de privilegios y deben ser obedecidos. Son los terratenientes poderosos que utilizan a las mujeres como medios para perpetuar y acrecentar sus patrimonios.  Si bien, Bernard en su ignorancia es incapaz de comprender a su mujer y no entiende sus razones para cuestionar los valores establecidos pues le enseñaron que una esposa debe ser sumisa ante todo.

Se trata sin duda de un digno trabajo del desaparecido cineasta y guionista galo, fallecido  el año pasado a los 70 años; uno de los grandes de la nouvelle vague, discípulo de François Truffaut y ayudante de dirección de Jean-Luc Godard, Robert Bresson.

LA CINTA SE EXHIBE EN CINÉPOLIS Y EN CINETECA NACIONAL.

Dirección: Claude Miller.
Reparto: Audrey Tautou, Gilles Lellouche, Anais Demoustier, Catherine Arditi, Isabelle Sadoyan  y Francis Perrin.
País: Francia.
Año: 2012.
Género: Drama.
Duración: 110 minutos.
Clasificación: Mayores de 15 años.
Fecha de estreno en México: 26 de julio de 2013.

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