Diana, princesa de Gales, se prepara para abandonar el
lujoso Hotel Ritz en París. Camina por un pasillo y se detiene como deseando
regresar a la habitación, en una suerte de presentimiento de la desgracia que
la aguardaba y terminaría con su vida de manera prematura. Una multitud de
paparazis permanece en la calle para
luego perseguir el Mercedes Benz que luego abordó en compañía de su compañero
sentimental, el millonario egipcio Dodi Al-Fayed.
Son las secuencias iniciales de Diana, el
secreto de una princesa, un filme que ha levantado polémica
entre varios medios británicos que definen la imagen de Diana en pantalla, como
“idealizada, romántica y pura, con una luz de santidad”, y consideran que la
cinta es “suave y amable” con la protagonista. “Todo huele a Notting
Hill mezclado con el castillo de Windsor”, señala el diario The
Guardian.
“Un ícono, adorada por millones, la mujer más famosa del
mundo que se convirtió en la Princesa del pueblo”, son las frases que aparecen
en el avance promocional de la cinta, cuya intención ha sido sin duda,
construir un emotivo drama romántico, a manera de homenaje, de una princesa
víctima de su fama, asediada siempre por una prensa amarillista, sin límites
éticos ni legales para entrometerse en su intimidad y envuelta en un aire de
tragedia.
Aunque la película está inspirada en el libro de la
escritora británica Kate Snell, “Diana:
su último amor”, y el realizador se basó también en los testimonios de amigos
y conocidos de la princesa, siempre
surgen dudas y preguntas en torno al manejo de la veracidad de los
acontecimientos y de las dosis de
fantasía y de ficción que se agregan a una cinta que aborda la vida de un
personaje real, y más si es célebre.
El director, el alemán Oliver Hirschbiegel, y sus
guionistas, conjuntan todos los hechos históricos y se aproximan a los últimos
dos años en la vida de Diana, marcados por su intenso romance secreto con el
cardiocirujano de origen paquistaní Hasnat Khan, al que conoció en 1995 en el Royal Brompton Hospital de Londres, durante una
visita al esposo de una gran amiga. Un pasaje casi desconocido en la existencia
de Diana.
Lo primero que destaca de la cinta es la magnífica
interpretación de la actriz de King Kong, 21 gramos y nominada al
Oscar como Mejor Actriz por Lo imposible, Naomi Watts. No solo presenta
un enorme parecido físico a Diana, gracias a su figura espigada y al trabajo de
maquillaje, peinado y vestuario, sino que se mete en la piel de Lady Di, al
trasmitir el desasosiego anímico que la invade, cuestionando el sentido de su
vida, ya separada oficialmente del príncipe Carlos y aislada de la familia
Real. Con excepción de la mirada lánguida de Diana, sus gestos, su trato tímido
aunque amable siempre y su elegante y pausado caminar semejan a los de la
“Princesa de Corazones”.
El director de otros filmes controvertidos como El
experimento, ganador de varios premios que abordó el comportamiento
violento y agresivo en un ambiente simulado de una prisión, y La caída, también
reconocido en festivales de cine, que cuenta los últimos doce días en la vida
de Adolfo Hitler desde la perspectiva de su joven secretaria, centra ahora su
relato en la vida íntima y sentimental de la protagonista, dejando ver que su
único y verdadero amor fue el médico Hasnat Kahn, interpretado por el actor
inglés Naveen Andrews, con trabajos en El paciente inglés y en la serie
televisiva estadounidense Lost, y que Dodi Al-Fayed fue una especie de consuelo,
cuando el cardiólogo decidió alejarse de la princesa debido a la insoportable intromisión
de los medios de comunicación en sus vidas.
Recientemente, Kahn rompió el
silencio, confirmando su romance con Diana durante dos años y que terminó pocos
meses antes del terrible accidente automovilístico el 31 de agosto de 1997 en Paris.
También afirma que el filme proyecta una
visión falsa sobre la relación de la princesa con su familia, ya que esta
siempre la aceptó y aprobaron su idilio.
Con una acertada ambientación de época, la historia evoca
a una Diana involucrada con las causas caritativas que se preocupó por los
desvalidos. Aparece ayudando a los necesitados y en uno de sus viajes a África
en los campos minados. Inspiradora por su generosidad, bondad y espíritu
compasivo, influenció varias acciones en contra del uso de las minas
antipersonas.
También se recrea la famosa y polémica entrevista que la
princesa dio para la cadena BBC en 1995,
donde habló por primera vez de las lesiones que se hizo en brazos y
piernas, de su sufrimiento, de la falta
de apoyo por parte de la familia real, de las infidelidades de su marido y de
la presencia de Camila Parker en su vida, “En nuestro matrimonio éramos tres”.
Los paparazis, fotógrafos y periodistas son personajes clave
en el filme, quienes aparecen como buitres acosando a su blanco de moda en
busca de la nota escandalosa. Por tierra, mar y aire, de día y de noche, Diana
padece persecuciones hostigamientos que
la enferman y desesperan. No obstante, supo aprovechar el magnetismo de su
imagen mediática para favorecer sus proyectos filantrópicos, haciéndose
acompañar de cámaras y reporteros en muchas ocasiones.
Lo que muestra el filme es una mujer que deseaba
olvidarse de su condición Real, que quería vivir y la dejaran vivir y que sin
duda, busco el amor verdadero, que si bien finalmente lo encontró y le fue
correspondido, no pudo cristalizarse.
Dirección: Oliver Hirschbiegel.
Reparto: Naomi Watts,
Juliet Stevenson, Geraldine James, Naveen Andrews, Cas Anvar y Michael Byrne.
País: Reino Unido.
Año: 2013.
Duración: 113 minutos.
Género: Drama biográfico.
Clasificación: B
Fecha de estreno en México: 20 de diciembre de 2013.
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