QUEBRANTO: UN CINE REFLEXIVO DE UN JOVEN CINEASTA MUY PROMETEDOR.

Quebranto evoca la memoria y el testimonio de dos personajes: Fernando García, conocido como Pinolito durante su desempeño como actor infantil en las décadas de los setenta y ochenta, y doña Lilia Ortega, su mamá, también actriz. Fernando se asumió como travesti hace algunos años y ahora se hace llamar Coral Bonelli. Ambas viven en la colonia Garibaldi y continúan trabajando como actrices, añorando su pasado fílmico, mientras Coral asume con valor su identidad de género, con la carga de desafío social y personal que ello entraña. Tiene ya casi cincuenta años y su madre ochenta.

La carrera de Pinolito se inició con el episodio “Caridad”, dirigido por Jorge Fons, como parte del largometraje Fe, esperanza y caridad (1972), donde interpretó a un niño menesteroso que recibe las limosnas lanzadas desde un auto por una anciana rica (Sara García) y es maltratado por una madre iracunda (Katy Jurado), quien lo culpa de haber provocado el asesinato de su padre (Julio Aldama). Este trabajo constituyó la oportunidad para impulsar su carrera a lo largo de más de treinta películas como: Tráiganme la cabeza de Alfredo García (Sam Peckinpah, 1973), Espejismo de la ciudad (Julio Bracho, 1975), Los albañiles (Jorge Fons, 1976) y Los hijos de Sánchez (Hall Bartlett, 1977), entre otras.

La señora Lilia, con un trabajo cinematográfico más continuo en los últimos años en cintas como Casi divas (Issa López, 2007) y Paradas continuas (Gustavo Loza, 2009), ha aprendido a referirse a Coral como “su hija”, aunque lamente profundamente que la carrera de Fernando como actor se haya truncado, cuando desde pequeño tanta gente le había augurado un porvenir muy brillante

Ante todo, Quebranto, del realizador mexicano Roberto Fiesco, significa de recuperación para la memoria histórica del cine nacional, de  los actores que la industria olvidó. Destaca por una sobriedad narrativa que nunca cae en el sensacionalismo, sin que esto le impida perfilarse como un inmejorable relato de denuncia social, que captura la vulnerabilidad y las dificultades para sobrevivir de dos seres marginados. Doña Lilia y Coral ya no tienen muchas oportunidades laborales. Coral por su condición transgénero, es víctima del rechazo y de la intolerancia sociales. Doña Lilia es diabética y  sobrelleva su enfermedad con una mínima pensión que obtuvo durante el gobierno de López Obrador.

A manera de confidencia, las dos hablan de sus parientes, de sus recuerdos. Coral baila un mambo y hace formidables imitaciones del cantante español Raphael con la canción “Mi gran noche” y de la mexicana Lucha Villa, y Doña Lilia, con una vitalidad y lucidez sorprendentes, baila, bromea, se maquilla y evoca el pasado. En su universo aún hay cabida para la esperanza y para el humor, cimentados sin duda, por el gran amor que las une.

Quebranto elude con inteligencia los caminos del melodrama patético y se inclina por la crónica respetuosa y valiente de la lucha cotidiana de personajes anónimos y hasta imperceptibles para una sociedad que no obstante, los discrimina.  La estructura de la cinta echa mano de fotos e imágenes de archivo de Pinolito como actor infantil, bailarín, cantante e imitador, así como de sus números musicales como espléndido bailarín juvenil al lado de célebres vedettes de los años setenta. Luego, ya como travesti con vistosos atuendos.

Además de obtener merecidos galardones en festivales internacionales de cine, el filme recibió el Premio Maguey  en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara de este año, uno de los más importante reconocimientos al cine en defensa de la  diversidad sexual en todas sus manifestaciones, que apoya a las producciones que den voz y rostro a las minorías que actualmente resisten a la opresión y la intolerancia, como lo es también la no menos destacada cinta Morir de pie (2011) de Jacaranda Correa, sobre la ardua vida de un transexual y su pareja, con la que Quebranto guarda vasos comunicantes.

Quebranto, un relato fascinante, conmovedor y emotivo, pero también duro y desgarrador.

Dirección: Roberto Fiesco.

Guión: Roberto Fiesco y Julián Hernandéz.

Testimonios: Fernando García Ortega Pinolito/Coral Bonelli, Lilia Ortega, Jorge Fons, Patricio Pereda, Joaquín Rodríguez, Bruce Jazz y Jaime Said García. País: México.

Año: 2013.

Duración: 92 minutos.

Género: Documental.

Clasificación: B.

EL DIRECTOR.

“Me parece que la historia es una especie de metáfora entre estas dos “mujeres”, actrices de profesión, y lo que fue nuestro cine en la industria estatal, tan próspera en un época, pero que atravesó una etapa, probablemente, de decadencia en los años 80’s y un resurgimiento en producciones mucho más recientes. Ellas encarnan de alguna manera eso” afirma el director.

Durante los últimos diez años, Roberto Fiesco Trejo, se ha dedicado a producir películas de forma casi ininterrumpida, en su carrera se cuentan 13 largometrajes, entre estos, dos películas de su gran amigo y compañero, Julián Hernández: Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor y Rabioso sol, rabioso cielo. En el camino ha dirigido cortometrajes de ficción., como Estatuas, entre otros. Con Quebranto hace su debut en el largometraje, con un cine reflexivo, subversivo, solidario y sin duda honesto y digno, que refleja a un cineasta talentoso y muy prometedor.

QUEBRANTO SE EXHIBE EN LA CINETECA NACIONAL. PARA HORARIOS, CONSULTAR: www.cinetecanacional.net.

FUNCIONES CON LA PRESENCIA DEL DIRECTOR ROBERTO FIESCO:

SABADO 7 DE DICIEMBRE A LAS 21:30 HORAS. DOMINGO 8 A LAS 18:30 HORAS. MARTES 10 A LAS 18:30 HORAS Y MIÉRCOLES 11 A LAS 18:30 Y 20:30 HORAS.