Una
emotiva historia de romance, migración, perspectivas y la fuerza necesaria para
recomenzar una vida. Basada en la novela de Colm Tóibín y dirigida por John Crowley nos relata la
historia de Eilis Lacey (Ronan) quien abandona Enniscorthy, County Wexford un pequeño pueblecito
en el sureste de Irlanda para ir a buscar fortuna en
Nueva York en los 50’s, donde paso a paso irá confrontando las diferencias
entre su antiguo hogar y la nueva vida que se le presenta. Estando en Nueva
York conocerá el amor y su vida parece maravillosa pero una noticia llegada de
Irlanda hará que su vida entre en un difícil periodo de decisión.
Qué hay en las
historias de amor que las hace sobrevivir en medio de todos los temas que el
cine ha tocado? Los sentimientos, obvio, las confrontaciones que los enamorados
deben pasar para salvaguardar su amor y triunfar dando esperanza de que en
algún punto, el mundo puede reconciliarse y ser perfecto.
“Brooklyn” además de ello es bonita, bonita
de todo a todo, la historia es bonita, está muy bien escrita, los protagónicos son como los amantes de Teruel,
bella ella y bello él, la fotografía de Yves Belanger es bonita, el diseño de producción de Francois Seguin y
el vestuario de Odile Dicks-Mireaux son
impecables, pero además está contada de una manera cautivante, mezclando las
reminiscencias de nostalgia de la patria, de una época, de la familia, la
seguridad y todo lo que el amor provoca versus la necesidad de presentar al mundo
esa actitud de estar determinado a salir triunfante hacia adelante.
Ronan encarna
contundentemente esta mezcla de belleza clásica, inocencia con cierta malicia y a la vez una fuerza que se traduce en hambre
de sobrevivir, de optar por lo correcto, dejando emociones latentes en cada
escena.
La película tiene el
acierto de transportar con delicadeza a la vida en el Brooklyn de los 50’s, la
última década donde se puede referir a “aquellos tiempos” como algo enmarcado
en una candorosa nostalgia del pasado,
porque aún podemos concebir la inocencia, los noviazgos sin sexo frecuente, las
buenas costumbres, el sueño americano, el idilio estilo historieta de “True
Romance”, el que las noticias fatales tarden en llegar porque no hay celulares y
que la vida en un pueblo apartado siga inmóvil en el tiempo por centurias… y si
a esto se añade la tremenda carga de lo que supone ser un expatriado lleno de
sueños en un futuro mejor, a una América
que aún seguía siendo ese sueño dorado para muchos, se completa la carga emotiva
que sin ser precisamente explícita se va colando en el ánimo.
Tal vez para un
público muy joven el color de la narración del guión de Nick Hornby a primera
vista parezca demasiado “cuento de hadas” pero si se le deja se transformará en
una bella historia, realmente inspiradora con un twist de misterio sobre la decisión
que tomará la heroína al final.
La narrativa de la
cotidianidad es encantadora, Eilis es una ansiosa aprendiz, quiere fervientemente
adaptarse a su nuevo hogar pero desprenderse de su caparazón provinciano no es
fácil. Aprende de las costumbres “citadinas” en la residencia en la que llega a
vivir, alrededor de la mesa de la estricta Mrs. Keough (Walters) gracias a un
amigo sacerdote (Broadbent) recibe la oportunidad para estudiar y logra sacar
adelante su proyecto.
Pero cuando el amor
llega con Tony Fiorello (Cohen) su vida va
a dar un vuelco definitivo aunque, como en toda buena historia de romance,
cuando las cosas parecen perfectas vienen tormentas en el horizonte y aún así,
siempre queda la opción de que se pueden tomar decisiones que tal vez conduzcan
a ese final que todo relato de amor necesita.
Elenco: Saoirse Ronan, Domhnall
Gleeson, Emory Cohen, Julie
Walters, Jim
Broadbent
País: Irlanda, Reino Unido, Canadá
Año: 2016
Género: Drama, Romance
Duración: 1 hr. 45 min
Clasificación: Mayores de 13
Fecha de estreno en México: 5 de
Febrero
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