viernes, 7 de octubre de 2016

KUBO Y LA BÚSQUEDA DEL SAMURAI (KUBO AND THE TWO STRINGS)



Por: Fabián Quezada León

“Si vas a parpadear hazlo ahora; pon mucha atención a todo lo que veas  sin importar cuán raro parezca. Si te distraes, aunque sea por un instante, nuestro héroe, seguramente, perecerá…”

En medio de un mar embravecido y una noche tormentosa, una mujer en una minúscula canoa se enfrenta a las gigantescas olas; es una fugitiva cuyo único afán es salvar la vida de su pequeño hijo.
Tiempo después, vemos que el bebé se ha convertido en Kubo (Voz original de Parkinson)  un chico bueno, que sobrevive contando fabulosas historias del pasado glorioso, historias de valerosos samuráis enfrentando poderosos villanos sanguinarios, ante los ávidos moradores de un pequeñísimo pueblo de pescadores.

Sus relatos no son simples cuentos; hábil con las manos, y tocando su instrumento, Kubo fabrica delicadas figuras de origami que actúan las portentosas historias que salen de su imaginación. Hasta que un día, realizando un acto inocente, conjura sin saber a un espíritu maligno y su heroica cruzada comienza al lado de Mono (Voz original de Theron) y un guerrero samurái que ahora está bajo mímesis de escarabajo (voz original de McConaughey)


Kubo es una épica aventura en stop motion dirigida por Travis Knight que conjunta toda la visión heróica/dark/de honor/tradición/descubrimiento/magia que puede encontrarse en las antiguas filosofías orientales.
Aunque no es precisamente una historia sencilla, de hecho encierra la suficiente violencia y crueldad de las mitologías clásicas, el fruto que rinde al concretar el camino del héroe e ir superando los diversos obstáculos es sólido y brillante.

La manera en la que la trama se va desenvolviendo mezclando elementos mitológicos, magia, memoria  y el afán de sobreponerse a las adversidades encierran una lección que da un calor especial, logrando transmutar lo agreste del destino cuando el fuego de la lección se esparce por los corazones, se hace entrañable, de resonancias profundas y de eso Kubo tiene mucho.

Kubo está hecho del material de los grandes héroes, inteligente, luchador, decidido, inquieto, capaz de afrontar lo que venga. En pocas palabras: capaz de crear el milagro al fin de cuentas. Ese es el héroe que una historia así necesita, ese que puede dar vida a las cosas con su palabra.

Si se previene de que “no se parpadee y se ponga atención a todos los detalles” no es simplemente un bonito prologo; es que en efecto no se puede perder ni un instante de la maravillosa obra de arte que el guión y la animación de esta cinta llevan a cabo cuadro a cuadro; es imposible escapar de su belleza directa, oscura y violenta, de su color y de sus tradiciones que se desdoblan ante nuestros ojos en figuras increíbles y al mismo tiempo, nos hace cómplices de sus paradigmas: la búsqueda y conquista de la verdadera identidad, ese secreto que puede estar guardado justo enfrente de nuestras narices y que tarde o temprano debe ser sacado a la luz. Y la preservación del recuerdo,  esa liga imperceptible con las raíces y con la simiente de quien se es; perderlo significa perder todo.

Laika, el estudio que nos da  ahora Kubo, ya había producido otras raras y oscuras joyas: Coraline, ParaNorman y Boxtrolls,  que sin duda han llevado de la mano ese sabor misterioso y dark que tanto disfrutamos en la pantalla, al paso de sus magníficos tratamientos de la animación cuadro por cuadro y ese singular encanto un poco “tenebroso” ha construido sin lugar a dudas ya un firme sello característico de la  compañía.

Pero en Kubo, no solamente reafirman esa singular visión y la elevan, sino que le infunden una calidez de vida, un sentimiento que reaviva, que hace enamorarse de la historia, de los personajes y contagiarse de la conquista de la meta, esto representa sin duda alguna un arma mucho más potente que sus otras propuestas, que no dejan de ser buenas, pero en esta ocasión la historia compromete y da esperanza, para al final darnos conciencia de que no simplemente se ha visto “una historia”, sino que se nos ha infundido un triunfo sobre la adversidad, y que prevalezca la memoria,  haciendo que con esto se complete el círculo de la conquista de la cruzada del héroe, pues vano sería su esfuerzo si no contagia a los otros de su lucha y no proporciona elementos que construyan su leyenda que se repetirá de boca en boca y de generación en generación.

El trabajo de Knight se cimenta en el sólido guión de Marc Haimes y Chris Butler, que realizan una historia con suficientes toques duros, (la causa de cómo perdió Kubo su ojo y su historia familiar son escalofriantes),  pero también poniendo el balance exacto con magia, humor, batallas épicas y situaciones que colocan sin dudar, directo y sin escalas, el punto sobre el afecto y el corazón.

Para redondear el paquete cabe mencionar el exquisito diseño de producción de Nelson Lowry, que llena todo de la delicadeza y detalle del arte japonés y el definitivamente notable score de Dario Marianelli.
Con todos estos elementos, definitivamente Kubo es una maravillosa y sensible obra de arte que vale la pena “disfrutar sin parpadear”.
 
Director: Travis Knight
Reparto (voces originals en inglés): Charlize Theron, Art Parkinson, Ralph Fiennes, George Takei, Cary-Hiroyuki Tagawa, Brenda Vaccaro, Rooney Mara, Matthew McConaughey
País: Estados Unidos
Año: 2016
Género: Animación, aventura
Duración: 101 minutos
Clasificación:
Estreno en México: 7 de Octubre 2016

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por la recomendación.se ve buena buena. Voy a verla para el domingo!.

Saludos
COLIBRI