Lorraine
Broughton (Theron) es una agente secreto que desde el primer minuto en pantalla
se consagra como la versión letal, inserta en la modernidad líquida, del
nacimiento de Venus de Botticelli. Caminando en stilettos, usando medias con
liguero, con piernas tan largas como la vida misma, minivestidos, lentes
oscuros y armas de alto poder y que en lugar de olas apacibles y vientos
primaverales a su lado, reparte fulminantes golpes sin piedad a cualquier
contrincante, para después sumergirse en tinas llenas de hielo (que luego usa
para enfriar su Stoli) sin duda el mejor remedio para terminar de calmar la
hinchazón de los golpes recibidos.
Sí,
una leyenda de violencia y sex appeal del pulp
refulge con 24 kilates atómicos y platinados, al compás de un soundtrack
genéticamente ochentero y absolutamente memorable. Es, en resumen, una
ferviente declaración de amor a Charlize. Lorraine es sexy a rabiar,
despiadada, ruda sin remordimientos, una agente certera quien jamás “ha perdido
un paquete”
La
trama se desarrolla justo unos días antes de la histórica caída del muro de
Berlín y nos lleva por los pasadizos secretos de lo que sucedía en la, ya de
por sí, revolucionada situación mundial, ante el inminente hecho que cambiaría
la faz de Europa, y del mundo.
Comenzamos
con Lorraine siendo interrogada por los altos mandos del servicio secreto
Británico, (el M16) y la CIA: Eric Gray (Jones) y Emmett Kurzfeld (Goodman) con
respecto a cierta misión que involucra una ciudad llena de traidores y dividida
por una revolución, letales espías enviados por varias potencias mundiales y
a David Percival (McAvoy) un elusivo y
poco ético agente establecido en Berlín.
Todos a la caza de un documento en
microfilm que podría delatar a todos los agentes secretos del mundo y por el
cual los diferentes gobiernos del orbe están dispuestos a hacer prácticamente,
“lo que sea”.
David
Leitch (Jonh Wick y próximamente Deadpool 2) hace este “danzón dedicado a” y
nos muestra a una sexy y salvaje Theron, quien después de Mad Max y Rápido y Furioso,
nos queda claro que disfruta de las tramas de acción y que desde luego sabe
repartir golpes sin perder el estilo.
Leitch
toma la estética de la novela gráfica y de la época y monta con Scheunemann su
diseñador de producción, un mundo fluorescente para que el rubio platino brille
atómicamente: los escenarios de la segunda mitad de los ochentas donde el glam que había llegado al delirio,
comienza a enfrentarse con súbitos cambios ante la perspectiva de la
unificación Alemana.
Leitch,
quien tiene experiencia en el campo de las cintas de acción pero participando
frente a la cámara como stunt, coreografía cada secuencia para que Theron de
garra y sexy a su Lorraine y que un escurridizo y peligrosamente diabólico
McAvoy mantenga el suspenso de “en realidad, para quién trabajas?”
El
gen de Atomic Blond es la novela
“The Coldest City” de Anthony Johnston y el ilustrador Sam Hart y por ello la
narrativa, dada en un punto de vista de flash back, nos va dando los detalles
en fragmentos mientras sucede el interrogatorio, para luego cambiar el punto de
narración al presente y al futuro. Por esto puede llegar a parecer que teje la
historia caminando al derecho y luego al revés.
Si
bien la presencia magnética de Theron (quien además es coproductora) ejerce
toda su fuerza en la trama en intensas y descarnadas secuencias de pelea “mano
a mano”, con tipos que no se tocan el corazón para enfrentársele.
También
requiere de dos asuntos; que accedamos en la convención de que Broughton es
prácticamente indestructible: resiste golpizas salvajes, atentados y
persecuciones en auto en las que sale golpeada pero solo pierde un zapato (que
sirve de pretexto a Percival para que ella no lo ataque) y también de que
estamos ante la adaptación de una novela gráfica que incluye altas dosis de
violencia y el toque de sexo, inscritos en un terreno de espionaje antes de la
caída del muro.
La
dirección de la cámara nos lleva de secuencia en secuencia de acción y además
de quitarnos la respiración, básicamente nos deja llenos de moretones con ganas
de un Stoli con hielo.
Los
personajes tienen un marco de referencia bien cimentado, así como Lorraine una
agente experta y va a hacer cualquier
cosa para lograr su objetivo, y si en el camino se cruza la agente francesa
Delphine Lasalle (Boutella) habrá que hacer algo al respecto…
Percival
se mueve sigilosamente y (casi con una especie de placer oscuro) sobre el filo
de la navaja, seducido por las voces del mundo, extracargado de violencia y sin
detenerse ni un segundo en frenos éticos de ningún tipo, la única bandera a la
que ha jurado lealtad es él mismo.
Mientras que los demás mantienen sus
intenciones verdaderas ocultas bajo siete llaves. Todos juegan un juego en el
que cualquier paso en falso es acabar con una bala en la cabeza (en el mejor de
los casos)
Qué
decir del soundtrack? Una presencia absoluta, un personaje más que da 3D a cada
escena. Vas a salir corriendo del cine a comprarlo. Una selección con un
definitivo sabor a “esos días” de los 80’s: Depeche Mode, ‘Til Tuesday, George
Michael, Queen, Nena, Bowie, New Order, Peter Schilling, Falco… sintonizar con
la música es hundirse por completo en la exótica ultra violencia de la trama y
disfrutar por completo en sorround de los placeres prohibidos que regala la
película.
Si
alguna vez un personaje femenino estuvo cerca de las huellas de Bond, James
Bond, es Lorraine Broughton y es seguro que después de su llegada al hangar
privado, envuelta en su abrigo rojo, Lorraine no tardará en relatarnos, a punta
de golpes y sex appeal, su siguiente misión.
Dirección:
David Leitch
Reparto: Charlize Theron, James
McAvoy, John Goodman, Til Schweiger, Eddie Marsan, Sofia Boutella y Toby Jones
País:
Alemania Suecia Estados Unidos
Año:
2017
Género:
Thriller-Acción
Duración:
115 min
Clasificación:
Adultos. Violencia, escenas sexuales.
Fecha
de estreno en México: 1 de Septiembre 2017
ATÓMICA se exhibe en Cinepolis.
Para información de horarios y salas consulta: www.cinepolis.com.mx
Para información de horarios y salas consulta: www.cinepolis.com.mx
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