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Clasificación: Mayores de 18
Guion: Pedro Almodóvar
Fotografía: José Luis Alcaine
Música: Alberto Iglesias
Fecha de estreno en México: 5 de Julio 2019
Por Miguel Ángel Romero
En palabras de Pedro
Almodóvar, Dolor y gloria narra una serie de reencuentros,
algunos físicos y otros recordados después de décadas, de un director de cine
en su ocaso. Primeros amores, segundos amores, la madre, la mortalidad, algún
actor con el que el director trabajó, los sesenta, los ochenta y la actualidad.
Y el vacío, el inconmensurable vacío ante la imposibilidad de seguir rodando.
También habla del teatro como elemento que dinamita/dinamiza el pasado y lo
arrastra hasta el presente.
Habla de la creación, cinematográfica y teatral, y
de la imposibilidad de separar la creación de la propia vida.
Al contrario que Julieta, Dolor y gloria es una película con
protagonistas varones (Antonio Banderas y Asier Etxeandía),
donde también recupera a Penélope Cruz y Julieta
Serrano, en personajes secundarios esenciales.
El manchego más conocido del
mundo, Pedro Almodóvar, regresa a las salas con su última
película, Dolor y Gloria. Un retorno al drama, un género que le ha dado las mayores alegrías de
su vida, a pesar de su dilatada carrera con comedias tan míticas como Pepi,
Luci, Bom y otras chicas del montón.
Una nueva cinta donde el director ha
postrado lo más personal de él, con toques autobiográficos y con un
protagonista de oro: Antonio Banderas. Sin olvidar un elenco
que cuenta con la presencia destacada de actores como Asier Etxeandia o Penélope
Cruz.
Rasgos
autobiográficos
Es inevitable desde un comienzo
observar como Salvador Mallo (Antonio Banderas), un
director de cine retirado por su depresión y sus dolencias, es sin duda el mismo
Almodóvar. El actor malagueño se customiza con el mismo pelo, la misma ropa y
los mismos gestos y forma de hablar del manchego.
Un actor que no podía haber
interpretado mejor la fragilidad de este personaje, después de estar cuarenta
años trabajando junto al realizador. La voz y la interpretación de Banderas
llevan al espectador a través de un viaje emocional, en el que
posiblemente podría ser uno de los mejores papeles de su vida.
Hay una línea muy difusa en Dolor y Gloria entre lo real sobre
la vida de Almodóvar y lo ficcionado. La relación con el mundo de los drogas es
uno de los mayores interrogantes. Una cuestión que el director desmiente en
todas las entrevistas.
Mientras que sí que apunta a la importancia del papel
de su madre, interpretado en la cinta por Penélope Cruz y Julieta
Serrano. Una relación tortuosa y llena de reproches, que una vez más
muestra su amor por las mujeres y en especial por ella.
El ciclo de los
personajes
Es espectacular como el libreto de
Almodóvar cuenta con personajes que aparecen y desaparecen, con un proceso
natural y nada impostado. Todos tienen su propio ciclo en la vida de
Salvador y cuando lo cumplen desaparecen, sin que se echen de menos o te
preguntes qué ha sido de su vida.
El control en la dirección de los
actores es exquisito. Pocos directores consiguen que un elenco con tantos
personajes y cameos funcione con tanta maestría.
Uno de los personajes más destacados
en la cinta es el de Asier Etxeandia, que da vida a un actor con el
que Salvador no se habla desde el estreno de su película varias décadas atrás.
Una relación donde el perdón tiene mucha importancia y donde también surgen las
enemistades en el sector de la cinematografía. Una estrella en caída libre y
con problemas de adicción, al que el protagonista de La novia interpreta
como si fuera real y que funciona como un coprotagonista brillante.
Reconocidos cameos
Otras de las apariciones más
esperadas en Dolor y Gloria son los de Rosalía, Susi Sánchez, Cecilia Roth, Raúl
Arévalo o Julián López, entre otros. Parece que Almodóvar ha aprendido
de la integración correcta y adecuada de estas apariciones, un hecho que
en Los amantes pasajeros le pasaba factura.
Destacan dos jóvenes intérpretes que
darán mucho que hablar. Uno de ellos es el pequeño que da vida a Almodóvar de
niño: Asier Flores. Un jovencito cuya pasión por la vida y el
amor a su madre traspasa la pantalla.
Una regresión al pasado inmersiva. De la
misma forma, el personaje de César Vicente, un albañil
analfabeto, señala uno de los momentos más polémicos de la cinta y que sin duda
es una delicia para los seguidores del realizador.
A esta posible polémica se le añade
la del hombre casado, interpretado por el actor argentino Leonardo
Sbaraglia, que supera su drogadicción y se reencuentra muchos años después
con Salvador, el gran amor de su vida. Un hombre que sin duda sigue escondiendo
sentimientos por el protagonista, a pesar de que ha rehecho su vida con
diferentes mujeres y una familia.
Dolor, Gloria y
Deseo
La primera premisa que surge tras
visionar la cinta es que en el título falta una palabra: deseo. El despertar
del nacimiento sexual y sentimental, el deseo por los recuerdos perdidos, por
lo que fue y por lo que puede ser, el deseo de superar los problemas… Un
sentimiento que aparece repetido a lo largo de toda la cinta.
Un anhelo
expresado en la película que en ocasiones se presenta con metáforas cuidadas y
elaboradas, que recuerdan a otras en las cintas de Almodóvar, como las de Hable
con ella.
El dolor es mostrado a través de los
propios achaques de la edad de Salvador, pero también de las heridas abiertas
más allá de lo físico.
La película presenta la contraposición de la alegre
infancia y la infelicidad de una vida adulta. Señala una serie de cuentas
pendientes que hacen que el protagonista no pueda continuar adelante y que
tendrá que revertir. Un estancamiento personal que afecta en su vida
profesional y acrecienta sus dolencias y sus adicciones.
Pero no todo siempre es malo,
Almodóvar también presenta la gloria. Ese estado en el que los homenajes, las
paces con los trabajos antiguos y las personas del pasado están presentes.
Pero esta gloria está algo envenenada, pues supone la perdida
de la intimidad, con la consiguiente fama, las constantes preguntas y
curiosidad del público, o la falta del entendimiento de qué es lo que sucede,
que mucha veces se convierten en acciones incoherentes del protagonista y una
personalidad complicada.
La deliciosa
técnica almodovariana
Es indudable que el estilo de
Almodóvar es muy singular y diferenciado: personajes llenos de complejidades y
secretos, encuadres y colorimetrías vivos, composiciones bellas pero naturales,
el uso de metáforas visuales…
El montaje de la cinta continúa en esta línea
pero aporta mucho más. La estructura es distinta a la habitual a
las que no tiene acostumbrados el manchego, debido a que los personajes aparecen
y desaparecen de la nada. Un hecho que a priori puede resultar
extraño pero que funciona a la perfección.
La historia de Dolor y Gloria se centra en
todo momento en Salvador y presenta golpes de efecto, con cápsulas de
narraciones relacionadas que se insertan en la película, pero funcionarían
perfectamente de forma individual.
Este es el caso de los monólogos o las
animaciones. Después de la muerte de José Salcedo, montador de las
películas de Almodóvar durante más de 20 años, la duda de lo que vendría era
una incógnita. No obstante, la riqueza expresiva visual y narrativa sigue
presente en la edición, con ese nexo de cortes entre el pasado y el presente.
No solo la parte más visual y
fotográfica de la cinta esta cuidada, sino que el nivel de sonoridad se trata
con mucho cariño. La voz de Antonio Banderas evoca los recuerdos en todo
momento en distintos planos, meciendo al espectador.
De la misma forma repite
en la creación de la banda sonora el compositor Alberto Iglesias,
un habitual en el cine español y especialmente en el de Almodóvar, y que
hace que la cinta se convierta en todo un ensamblaje perfecto.
Conclusión
Probablemente nos encontramos ante
una de las mejores cintas de la carrera de Pedro Almodóvar. El manchego
se mueve como pez en el agua en el drama, contando esta historia con rasgos
autobiográficos.
Antonio Banderas da vida a un personaje a imagen y semejanza
del realizador, con el recuerdo a su madre, interpretada por Penélope Cruz.
Ambos con actuaciones sublimes y junto a la presencia de otras grandes
actuaciones como la de Asier Etxeandia.
Actores que se entremezclan con cameos
profesionales y jóvenes artistas nuevos en una simbiosis perfecta.
El realizador continúa con su exitosa
y singular visión del cine, aportando una mayor austeridad, pero como un
gran narrador que nos lleva por un viaje emocional a través de un guion y un
montaje excepcionales. Almodóvar cura de esta manera sus viejas heridas,
donde el dolor y la gloria han estado muy presentes, pero también el deseo.
Director: Pedro Almodóvar
Reparto:
Antonio Banderas (Salvador Mallo)
Penélope Cruz (Jacinta Mallo joven)
Asier Etxeandia (Alberto Crespo)
Julieta Navarro (Jacinta Mallo mayor)
Nora Navas (Mercedes)
Leonardo Sbaraglia (Federico Delgado)
Asier Flores (Salvador niño)
César Vicente (Eduardo)
Pedro Casablanc (Doctor Galindo)
Cecilia Roth (Zulema)
Raúl Arévalo (Padre)
Julián López (Presentador)
Susi Sánchez (Vecina)
Rosalía (Vecina)
Antonio Banderas (Salvador Mallo)
Penélope Cruz (Jacinta Mallo joven)
Asier Etxeandia (Alberto Crespo)
Julieta Navarro (Jacinta Mallo mayor)
Nora Navas (Mercedes)
Leonardo Sbaraglia (Federico Delgado)
Asier Flores (Salvador niño)
César Vicente (Eduardo)
Pedro Casablanc (Doctor Galindo)
Cecilia Roth (Zulema)
Raúl Arévalo (Padre)
Julián López (Presentador)
Susi Sánchez (Vecina)
Rosalía (Vecina)
Eva Martin (Radióloga)
Agustín Almodóvar (Sacerdote)
Año: 2019
País: España
País: España
Género: Drama, Metacine
Duración: 108 min.Clasificación: Mayores de 18
Guion: Pedro Almodóvar
Fotografía: José Luis Alcaine
Música: Alberto Iglesias
Fecha de estreno en México: 5 de Julio 2019
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