Por Julia Elena Melche.
Nicolás es un niño de 10 años que siempre está metido en problemas. Junto con su “pandilla”, hace travesuras sin fin y su vida es un mar de aventuras. Se trata del protagonista de una estupenda serie de libros infantiles, escritos por el también guionista de cintas de animación, el francés René Goscinny e ilustrados por su coterráneo Jean Jacques Sempé, dibujante de historietas. Ahora, el realizador galo Laurent Tirard de Las aventuras amorosas del joven Moliere, decide llevarlo a la pantalla, retomando historias de varios de los textos originales.
El popular personaje es interpretado por el debutante Maxime Godart, cuya actuación se distingue por su espontaneidad y frescura. La historia luce por ser una comedia de enredos, ágil y con un chispeante e ingenioso guión, bien hilvanado, que arranca la carcajada de chicos y grandes. Nicolás vive sin preocupaciones. Tiene unos maravillosos padres que lo adoran, una maestra que lo consiente y un grupo de amiguitos inseparables y fabulosos con los que se divierte. “Le encanta su vida y no quiere que cambie”. Sin embargo, un día escucha una conversación entre sus padres que le hace pensar que su madre está embarazada y que cuando llegue su hermanito toda la atención será para el bebé y sus progenitores ya no tendrán tiempo para atenderlo. Piensa que lo van a descuidar y quizás hasta a abandonar, como a Pulgarcito en el bosque. Junto con sus cuates decide encontrar una solución al problema.
Fiel a los libros, la cinta está ambientada en la Francia de finales de los cincuentas y principios de los sesentas, cuando los niños eran ingenuos, de buenos sentimientos y sus juegos eran divertimentos exentos de cualquier maldad. Eran los “años felices y maravillosos” que el director encierra en colores vivos y cálidos y entre atmósferas dulces y suaves. Una época de fábula donde no existían problemas mayores.
Como en toda película infantil, el peso dramático y cómico recae en el simpático Nicolás y sus amigos; el entrañable Clotario, al que no le pueden pegar porque usa lentes, el mejor amigo de Nicolás, el gordito Alcestes, que come sin parar, el inteligente y primero en la clase Aniano, la pequeña Luisita, una rubia tierna y delicada. Si bien, la cinta no decae en su tono cómico, adquiere mayor fuerza a partir del malentendido de Nicolás, quien empieza a hacer cosas para complacer y tener contenta a su madre, pero en su lugar, todo lo complica. Escenas de las consultas médicas de los niños, el revoloteo en clases, o bien el paseo al bosque de Nicolás con sus padres, son de lo más divertidas.
Interpretados por la actriz, guionista y cantante francesa Valerie Lemercier y el veterano comediante y humorista franco argelino Kad Merad, los padres de Nicolás no son perfectos y tienen sus problemas. El padre busca un asenso laboral en su trabajo, a veces discute con su esposa y ambos buscan la manera para salir de sus aprietos económicos. No obstante, la observación de Nicolás y la de sus amigos hacia el mundo de los adultos es a través de una mirada cándida y sin malicia.
Conmovedora y muy disfrutable, El pequeño Nicolás se mueve en un mundo fantástico y delicioso. En su tono positivo y optimista encierra un mensaje complaciente en el que se percibe cierta nostalgia por tiempos mejores. Lo malo es que la cinta ha sido doblada al español por tratarse de un filme infantil.
Dirección: Laurent Tirard.
Reparto: Maxime Godart, Valerie Lemercier, Kad Merad, Michel Galabri y Sandrine Kiberlain.
País: Francia., Bélgica.
Año: 2009.
Género: Comedia infantil.
Duración: 95 minutos.
Clasificación: Niños y adultos.
Fecha de estreno en México: 30 de septiembre de 2011.
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