En 1959, Alfred Hitchcock de sesenta años, había filmado
más de cincuenta películas y ya gozaba de enorme fama en la industria
hollywoodense y en el resto del mundo
cinematográfico. Aunque ya era el ícono genial del cine británico, alcanzó mayor notoriedad a partir de sus trabajos en Estados Unidos a
donde llegó en 1939 para filmar Rebeca, nominada a once Óscares.
Tras el éxito de Intriga Internacional en 1959, el
“maestro del suspenso” se dedica
a buscar un nuevo proyecto, llegando a sus manos la célebre novela Psicosis de
Robert Bloch. Interesado en la historia decide filmarla. Como ningún estudio
apoya el proyecto, hipoteca su magnífica casa para rodarla, aunque fuera en
estudios de televisión. Junto con su esposa Alma Reville (Helen Mirren), Hitchcock elige los
actores de la que sería su obra maestra y la película más influyente e
importante de la historia del cine y que marcó un precedente en las historias
de crímenes y de terror.
El realizador debutante Sacha Gervasi no se entretiene en
relatar toda la historia del gran director, sino que toma un pequeño pasaje de
su vida. La cinta narra lo sucedido durante la filmación de Psicosis,
los tropiezos que encontró el realizador ante la censura y su manera peculiar
para dirigir a los actores. A su vez, muestra la relación de Hitchcock con su
esposa, quien fue también su asistente,
colaboró en sus guiones, era una
excelente realizadora y había trabajado
como montadora antes de casarse con Hitchcock.
El filme da a conocer a la mujer detrás del genio y que
permaneció a la sombra, pero así era en esos años. Nunca apareció en los
créditos de las cintas de su esposo, pero mantenía un matrimonio feliz y como
esposa y mujer de su época, disfrutaba y celebraba los éxitos de Hitchcock,
aunque ella hubiese sido una de sus importantes contribuidoras. En la cinta, un
buen día Hitchcock se enferma y no puede continuar con el rodaje. Es urgente
continuar y Alma decide ir a los estudios y ponerse detrás de las cámaras.
También está presente la obsesión del legendario director inglés por las actrices rubias, basta
recordar a Ingrid Bergman, su favorita
Grace Kelly, Kim Novak, Tippi Hedren y la propia Janet Leigh de Psicosis,
gusto que no era del agrado de Alma,
pero como lady educada y discreta, lo ocultaba.
Por su parte, Anthony Hopkins ofrece una decorosa interpretación como el
celebrado cineasta, mediante sus gestos, forma de hablar y su extrema
arrogancia que lo caracterizó, así como su sentido del humor y de la ironía. En
el filme se muestra también sus métodos
personales para conseguir escenas perfectas y motivar a los actores para
extraer lo mejor de ellos. Como en la famosa escena de la regadera donde Janet Leigh, interpretada por Scarlet
Johansson, es atacada por el
psicópata Norman Bates con un cuchillo.
Sin ser un filme-homenaje
a Hitchcock, tampoco es un trabajo destacado, pero deja ver algunos
aspectos en la vida del gran director, que es su principal propósito. Hay un
buen trabajo técnico; fotografía, edición, ritmo y ambientación, y las
actuaciones resultan sobresalientes, en especial las de los siempre talentosos
Hopkins y Mirren. Y aunque no cuenta con un excelente maquillaje, la cinta está
nominada en esta categoría para la próxima entrega del premio Óscar. Sin duda resultará interesante y atractiva
para el cinéfilo, como también para quien quiera acercarse a la obra del gran
Hitchcock.
Dirección: Sacha
Gervasi.
Reparto: Anthony
Hopkins, Helen Mirren, Scarlet Johansson, James D´Arcy, Tony Colette, Jessica Biel y Michael Stuhlbarg.
País: Estados Unidos.
Año: 2012.
Género: Drama biográfico.
Duración: 98 minutos.
Clasificación: Adolescentes y adultos.
Pre- estreno en
México: 25 de enero de 2013.
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