lunes, 4 de marzo de 2013

FAUSTO: APASIONANTE, UNA OBRA DE ARTE.

Cineteca Nacional se complace en anunciar el estreno de Fausto (Faust, Rusia, 2011), filme ganador del León de Oro en Venecia 2011, dirigido por el reconocido realizador ruso Aleksandr Sokúrov.  Fausto se exhibirá a partir del viernes 1 de marzo en la Sala 7 Alejandro Galindo de la Cineteca Nacional, así como en Cine Lido y Cinemas Lumiere Reforma, sedes alternas de esta institución. Además podrá disfrutarse en Cinépolis Interlomas, el Centro Cultural Carranza y The Movie Company.


Exhibida como parte de la 53 Muestra Internacional de Cine, la cinta está basada en el libro homónimo de Johann Wolfgang von Goethe y aborda la historia de un  sabio profesor que comienza a impacientarse por las limitaciones religiosas impuestas sobre el conocimiento científico, por lo que decide vender su alma al diablo a cambio de la iluminación intelectual.  

El filme abre la puerta a un mundo lleno de metáforas, simbolismo visual, diálogos detallados, movimientos de cámara artísticamente elaborados y nos lleva a un viaje en la compañía de un demonio que está listo para satisfacer cualquier deseo

Con Fausto, Alexander Sokurov cierra su tetralogía dedicada a retratos de hombres de poder  formada por Moloch (1999), centrada en Adolfo Hitler; Taurus (2001), sobre la figura del líder comunista ruso  Vladimir Lenin  y El Sol (Solntse, 2005), levantada alrededor del emperador japonés Hirohito. Con Fausto , una versión libre de la obra de Goethe,  entronca perfectamente con los anteriores títulos en su lúcida e hipnótica mirada al bien, el mal y la debilidad humana.

En su nuevo largometraje, Alexander Sokurov, toma como inspiración el Fausto de Goethe para explorarlo bajo una óptica novedosa, paralela. La tragedia en dos partes de J.W. Goethe, publicada en 1808 y 1832,  la ambienta en un periodo indeterminado, a la vez decimonónico y muy actual, aunque en el texto original se habla del siglo XIX.  En un brillante ejemplo de anti-adaptación cinematográfica, el relato del cineasta ruso se centra en todo aquello que rodea al texto clásico (o más bien, todo lo que éste expele, secreciones incluidas), evadiendo los componentes trágicos de un hombre en deuda  con el diablo y enfocándose en el día a día de un personaje anónimo impulsado por sus instintos básicos.

El realizador, considerado el sucesor de Andréi Tarkovski, comenta: “Goethe tenía una capacidad única para no mencionar los detalles: no sabemos nada de la vida de Fausto. Y sin embargo dibuja una personalidad sorprendente, gigantesca, una especie de monolito. ¿por qué? porque no para de hablar. En los espectáculos que han adaptado Fausto, en todos los teatros del mundo, el personaje agota al espectador con su verborrea, es una metralleta de frases sabias. Imagine ese encadenamiento de fórmulas filosóficas pronunciadas con la grave entonación de la lengua alemana: el espectador no sabe dónde esconderse, y abandona la sala sin haber comprendido quién era Fausto.

Continúa diciendo: “La imagen simbólica de Fausto completa esta serie de grandes jugadores que perdieron la más importante apuesta de sus vidas. Fausto está aparentemente fuera de lugar en esta galería de retratos, de personajes casi como de museo, es un personaje literario enmarcado por un argumento simple. Entonces, ¿qué tiene en común con estas figuras históricas que ascendieron a la cima del poder? Un amor por las palabras que les permite convencer y una infelicidad patológica en todos los días de la vida. Lo maligno se puede reproducir y Goethe lo proclama cuando dice: ‘La gente infeliz es peligrosa’.”

“Esta ha sido mi tarea fundamental, dice el director,  intentar construir al hombre, dar mi versión del mismo. Así que me dediqué a profundizar en su biografía, algo difícil para un personaje mitológico. Un cineasta debe entretenerse en esta tarea, porque lo que se muestra en la pantalla es una persona de carne y hueso. Fue un gran problema saber cómo era, cuál era su carácter. Fue necesario encontrar a su padre y a su madre, sin ellos no hubiera sido posible creer en él.  A Goethe no le interesó nada de esto, sólo le interesaron sus pensamientos, su cabeza voladora… pero, ¿qué hay bajo esta cabeza? ¿cómo se viste? ¿qué come Fausto? Ese es el problema, como pasar del mito a la vida”, concluye el cineasta.

La cinta tiene una duración de 134 minutos muy intensos, donde de modo muy sugerente se realiza una aguda reflexión sobre la vanidad del poder y sus consecuencias desastrosas. Al realizador le atraen las pasiones y sentimientos humanos. En  1997 dirigió la primera parte de una trilogía sobre las relaciones humanas, Madre e hijo, película reconocida a nivel internacional, de historia minimalista que se desarrolla en una casa rural, sobre la relación entre un hijo y su madre gravemente enferma. A esta siguió Padre e hijo (03), en torno al enorme amor que se profesan un hijo y su padre, retirado del ejército. Está previsto que finalice con una tercera sobre dos hermanos y una hermana.

El realizador de casi una treintena de documentales y más de 17 filmes de ficción, entre ellos su trabajo más aclamado y exitoso,  Arca rusa, (02), confecciona en Fausto una cinta poderosa, apasionante, sobre la imagen cinematográfica, aunque en momentos puede resultar desesperante para el espectador acostumbrado a la acción hollywoodense.

No obstante, vale la pena la experiencia de verla, pues no dejará a nadie indiferente.

Dir: Aleksandr Sokúrov.
País: Rusia
Año: 2011.
Guión: Aleksandr Sokúrov, Marina Kóreneva y Yuri Arábov basado en el libro homónimo de Johann Wolfgang von Goethe.
Reparto: Johannes Zeiler (Fausto), Antón Adasinski (prestamista), Isolda Dychauk (Gretchen), Georg Friedrich (Wagner), Hanna Schygulla (esposa del prestamiesta), Antje Lewald (madre de Gretchen), Florian Brückner (Valentin).
Duración: 134 mins.
Género: Drama fantástico.
Distribuidora: Cineteca Nacional.
Clasificación: Mayores de 15 años.
Fecha de estreno en México 1 de febrero de 2013.

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