lunes, 31 de agosto de 2015

TEATRO: MEDEA EL DESFIGURO DEL AMOR SE CONVIERTE EN CRIMEN




Por Fabián Quezada León



Desde hace miles de años, se ha sabido que la hembra de las especies es más mortífera que el macho; Medea parece ser la autentificación de esta afirmación. 
Sin duda, pocas tragedias reflejan de tantas maneras la extrema transfiguración que puede sufrir el amor, que se contamina con la frustración y el odio, el abandono y el deseo, Medea vaga indefensa y sangrante desesperada por amor, loca desquiciada de amor, de salvaje amor, de corrupto amor, al grado que lo único que satisface su tremendo vacío es volverse contra el amor mismo en la forma más terrible posible.

Los alcances de esta locura de amor, de pasión extrema, de ceguera, llegan a tocar los fondos mismos del infierno, de la desolación y  del sentimiento más profundo que  la amargura misma. 
Mientras que el hombre de Medea solo piensa en lo inmediato, en satisfacer sus apetitos terrenales de lujuria, poder y ambición, Medea lo sobrepasa por mucho en el laberinto de su pasión, al grado de perderse y contagiarse de todas las pasiones más abyectas con tal de conservar la mirada de Jasón sobre ella. 
Pero Jasón tiene otros intereses en este momento, cuerpos más jóvenes que tocar y coronas nuevas que ceñirse, Jasón inconscientemente construye su terrible destino con las piedras de las murallas que va destruyendo de la personalidad de Medea.

Y al parecer el mito de Medea nunca ha dejado de repetirse, nunca ha dejado de ser un incómodo recordatorio de que la traición al amor puede desencadenar el infierno y asus monstruos... Cuanto más se ha minimizado, aplastado y violentado a la mujer involucrada, mayor será la onda sísmica que provoque  Pandora y su caja son solo un juego de niños cuando Medea se hace presente y atestiguamos como se desintegra ante nosotros.

La puesta en escena resulta por demás interesante y novedosa al resolver el intenso drama con el mínimo de máximos recursos: tres actores, dos círculos concéntricos de arena y grava una piedra y una pared; sin duda estableciendo multiplicidad de símiles entre los argumentos primordiales de la obra, la tragedia misma, al representar esos anillos de grava una imagen de las vidas de Medea y Jasón, uno inscrito en el otro pero sin tocarse. 
Áridos, cercanos, pero separados, mientras que la piedra es refugio pero a la misma vez un lastre, una presencia aferrada y perseverante que no va a desaparecer y la pared es la incongruencia, el muro, el vacío al que Medea se enfrenta en Jasón. 
Una pared ineludible e indiferente por siempre. 
En ese panorama los intérpretes se desenvuelven para entregar de una manera terriblemente sencilla, la brutalidad que encierra la traición y la venganza.
Un espectáculo que conjunta perfectamente la solidez del argumento clásico, con una visión actual y directa donde la historia de un crimen basado en la traición, los celos y la desesperación nunca dejarán de repetirse. 
   
          El elenco artístico lo conforman: Dobrina Cristeva, Lorena Glinz y José Alberto Gallardo. Y el equipo creativo, Gabriel Pascal, escenografía e iluminación; Edyta Rzewska, diseño de vestuario; Rodrigo Castillo Filomarino, música original.

            A partir del jueves 13 de agosto, podrá ver la puesta en escena  Medea, en versión libre sobre el mito de Medea de Eurípides de Germán Castillo, en el Teatro Santa Catarina, Jardín de Santa Catarina No.10, Coyoacán. Temporada del 13 de agosto al 4 de octubre. Duración: 70 minutos.

La Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, a través de la Dirección de Teatro y Producciones Teatrales Moisés Zukerman, presentan

Ciclo Los grandes personajes
MEDEA
Versión libre sobre el mito de Medea de Germán Castillo* y Mansell Boyd
Dirección: Germán Castillo

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