Por Julia Elena Melche.
Clint Eastwood se ha colocado como uno de los grandes maestros del cine. Cineasta clasicista que pasa del thriller, al drama, al cine bélico o a relatos amorosos o biográficos sin la menor dificultad. A sus 80 años y con más de 40 como actor, realizador, productor, guionista, músico y compositor, el realizador de Río místico, Los imperdonables, Poder absoluto, Los puentes de Madison, Golpes del destino, Invictus y Gran Torino, aborda el tema sobrenatural para elaborar una reflexión sobre la muerte y lo que podría haber después de ella, mediante una narrativa que abarca tres historias en paralelo.
La primera sobre una reconocida periodista de la televisión francesa que es víctima del devastador tsunami de Tailandia del 2004. La segunda en torno a un niño inglés de diez años que se queda solo cuando su hermano gemelo muere al ser atropellado. La tercera es acerca de un obrero en San Francisco que se niega a seguir haciendo uso de su don para comunicase con los muertos.
Luego de Invictus, el director vuelve a hacer equipo con Matt Damon, quien interpreta a George, un tipo que tiene contacto con Marie (Cécile de France), la reportera gala, y con Marcus (el debutante Frankie McLaren), el pequeño que perdió a su hermano. Mientras el chico lo busca porque desea hacer contacto con su hermano difunto, Marie lo conoce casualmente cuando presenta su libro donde cuenta la experiencia cercana a la muerte que tuvo durante el tsunami.
La cinta tiene un inicio deslumbrante con impactantes escenas del tsunami que arrasa la costa de una isla asiática y el guión corre a cargo del libretista de La reina, El último rey de Escocia y Frost/Nixon, Peter Morgan. Hay referencias a Charles Dickens, y se combinan los dramas emocionales de Marcus y su hermano que cargan con una madre alcohólica y drogadicta, con los del atribulado George, soportando y manteniendo al bueno para nada de su hermano, quien insiste en que explote sus poderes y finalmente con los de la periodista, cuya vida sentimental se derrumba.
Sin embargo, el tema central no llega a los terrenos esperados, en cuanto reflexiones racionales o teológicas, y se limita a exponer el tema de la vida después de la muerte, abordado en Ghost, la sombra del amor, Línea mortal y El sexto sentido, donde también se trató de indagar en el asunto y explicarlo. Lo que se expone es la añeja incertidumbre de lo que existe “Más allá de la vida”, como apunta el título en español. Esa frase de “la muerte no es el final, sino el principio”, seguirá siendo una incógnita que no deja de ser optimista.
Más allá de la vida es si duda una cinta que invita a pensar que la muerte está en todas partes y que sorprende en el momento más inesperado. A su vez, habla de los remordimientos y la búsqueda de consuelo ante la pérdida de un ser querido. Pero sobre todo encierra la idea del miedo a un final definitivo. Como seres mortales, tendemos a la creencia de que hay otra vida después de la muerte y que cuando llegue el momento de partir iremos a otro lugar o tendremos otro tipo de existencia.
Sin duda, el oscareado Eastwood ha tenido en su anterior filmografía muchos mejores aciertos.
Dirección: Clint Eastwood.
Reparto: Matt Damon, Cécile De France, Frankie McLaren, George McLaren, Lyndsey Marshal, Bryce Dallas Howard y Derek Jacobi.
País: Estados Unidos.
Año: 2010.
Género: Drama-thriller sobrenatural.
Duración: 129 minutos.
Clasificación: Adolescentes y adultos.
Fecha de estreno en México: 6 de enero de 2011.
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