Por Julia Elena Melche.
Admirador del cine de François Truffaut, el realizador taiwanés
de 56 años Tsai Ming-liang, es creador de un universo fílmico caracterizado por
personajes siempre errantes, taciturnos y marginados de la sociedad, a los
cuales retrata mediante prolongadas tomas fijas que captan el paso del tiempo y
al mismo tiempo, contrastan de forma violenta con la contemplación del bullicio
de la vida moderna.
En su reciente filme, Perros
perdidos, un hombre
soporta un fuerte viento y un terrible aguacero en las esquinas de las calles
de Taipéi, sosteniendo un letrero que promueve la venta de condominios de lujo,
mientras canta un poema chino desolador. Lee Kang-Sheng, actor fetiche del
cineasta y protagonista de todas sus cintas, encarna el dolor y la angustia por
el fracaso personal. Su mirada es un grito callado que pide ayuda. Recorre la ciudad con sus dos hijos. Se asean
en baños públicos, comen sentados en un puente peatonal y duermen en una
especie de cobertizo. Una madre ausente trabaja en un supermercado y alimenta a
unos perros callejeros.
Se trata de los desposeídos que sobreviven en las calles
de Taipéi, donde abundan grandes supermercados, tiendas y conjuntos habitacionales lujosos, como
también la miseria y el caos. Son seres que se desplazan por inercia, como si
no pudieran encontrar un lugar preciso, como si estuvieran condenados a
vagabundear sin esperanzas, en una
precariedad infinita.
Mediante prolongados silencios y aparentes tiempos
muertos, la historia avanza en una progresión dramática in crescendo. A manera de viñetas, la cámara se detiene en planos
prolongados y fijos para capturar los instantes que conforman las vidas de los
protagonistas de una infinita penuria humana.
“Mi película es sobre una “marquesina humana”, un tipo
que pasa horas deambulando por las calles de Taipéi portando anuncios de una
inmobiliaria. Un hombre que promueve condominios de lujo y que no posee una
vivienda propia. Esas personas aparecieron por primera vez hace casi una
década. Yo me preguntaba cómo eran sus vidas, dónde dormían, en qué forma
resolvían sus necesidades más primordiales. Pero la intención del filme no es
regodearse de su condición o llamar a la piedad del mundo entero. Me interesaba
enmarcarlos en una ciudad como Taipéi, que tras cada cambio que sufre, me
recuerda lo mucho que vamos perdiendo en nombre de la modernidad”, comenta el
director, quien consigue un retrato en frío de la decadencia urbana.
Presencia constante e indispensable en los festivales de
cine más importantes del mundo, el realizador de El río (97), El
agujero (98), ¿Qué hora es allá? (01) y No
quiero dormir solo (06), es sin duda uno de los directores más
influyentes del cine contemporáneo y figura relevante del cine taiwanés. Perros perdidos lo
confirma por la que conquistó el León de Oro de la Muestra Internacional de
Arte Cinematográfico de Venecia, Italia, en 1994. De lo más destacado de la
Muestra.
Dirección: Tsai Ming-liang.
Guión: Tsai
Ming-lian, Song Peng-fei y Tung Chen-yu.
Reparto: Shiang-chyi
Chen, Kang- sheng Lee, Yi Cheng Lee, Yi Chieh Lee y Yi Ching Lu.
País: Taiwán-Francia.
Año: 2013.
Género: Drama.
Duración: 138 minutos.
PARA INFORMACIÓN DE HORARIOS, CONSULTAR: www.cinetecanacional.net
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