Un grupo de estudiantes de medicina (Clemons, Norton, Dobrev, Luna) deciden seguir los “ímpetus científicos” sobre la investigación de “qué sucede tras de la muerte” que les propone su compañera Courtney (Page). Así que ponen manos a la obra y se organizan para detener sus corazones por algunos minutos para luego ser regresados a la vida.
Para ello cuentan con unas increíblemente avanzadas y abandonadas instalaciones del hospital en el que trabajan. La primera en someterse al experimento es Courtney, asistida por su amiga Sophia(Clemons) y Jamie (Norton).
El juego resulta excitante y Sophia y Jamie realizan su “viaje al más allá” para luego ser vueltos a la vida, tras de haber experimentado unos minutos de línea mortal. La última de los amigos en probar la experiencia es Marlo (Dobrev) La cuestión es que no solamente experimentan con lo que hay “después de la muerte” sino que traen consigo algunos souvenirs “del otro lado”
Sabes que la creatividad en el mundo comienza a desgastarse cuando más y más remakes de todo comienzan a hacerse.
Claro que se pueden argumentar diferentes razones para que esto esté sucediendo, que si es la nostalgia, que si es la flojera de arriesgar en nuevos contenidos, que si es el homenaje a una época… como quiera, se debería de tratar de evolucionar y crear los propios clásicos de esta generación.
Pero no, se cae en el fácil juego del “remake” y lo peor en este caso específico es que ni siquiera se está haciendo un remake de una gran y portentosa obra de la cinematografía, ni se le está dando un nuevo tratamiento que supere en mucho a la primera versión.
En 1990 Joel Schumacher 1990 realiza la primera versión con un elenco de actores que, aunque estaban en sus primeros pasos en el cine, prometían ser figuras: Roberts, Bacon, Sutherland... quienes nos convencieron que los viajes al limbo estaban asechados por un malévolo chamaquito con una sudadera roja. Un chamaquito que tenía sus razones básicas para volverse un verdadero acosador.
Al cambiar el enfoque en esta versión se tuercen los puntos y se comienza por una premisa equivocada, no se trata de una trama de fantasmas que habiten un “limbo”, que sean entes externos al protagonista, sino que están subyacentes en una segunda capa del propio inconsciente, por lo cual no se necesita pasar la frontera entre la vida y la muerte para encontrarlos! y por lo tanto, llegar al flatliner es simplemente una necedad.
Así es de débil el sustento de la película.
Visualmente la cinta cae en suspensos falsos e intenta crear terror con fórmulas tan gastadas y predecibles que las imágenes más fuertes se pueden etiquetar con un “colocar susto aquí” y como muchas veces sucede, ya las habíamos visto en los “avances”. O, qué más puede uno esperar cuando a mitad de un pasillo la iluminación desaparece y se vuelve una boca de lobo?
Los actores de esta nueva “Línea mortal: al límite” son también figuras reconocidas y hacen lo que pueden con sus personajes, pero el punto focal del mal en la primera versión se desplaza hasta quedar en la historia de la más débil de los protagonistas; Sophia.
Luna, (Ray) con toda su experiencia y tablas está prácticamente de ensamble y su apariencia es desfasada; quien diseñó su imagen es su peor enemigo.
El principal problema con esta versión es que no aterriza lo que quiere decir ni profundiza en sus razones para decirlo. El precepto de la búsqueda del más allá difiere radicalmente entre los miembros del equipo.
La justificación para Courtney es que desea eso como una manera de “reencuentro con el pasado” pero debido a los supuestos cambios activados por la actividad cerebral en el transcurso en el que duró su “viaje mortal” sus “compañeros y amigos” lo hacen para “iluminar su cerebro” lo que es realmente asombroso es que nadie les haya dicho a estos buenos muchachos (que además son médicos, recalco) que existen las “terapias psicológicas”
La imagen visual de la cinta entonces se adorna con algunos efectitos y da algunos acertados “latigazos” con el negro humor médico, pero fuera de eso, la carne del guión se desintegra, no llega a consolidar el género: no es terror, ni siquiera es tensión psicológica y para colmo cuando intenta aferrarse de temas “profundos y con mensaje” detona la francamente innecesaria presencia del “experimento”.
Entre todas las cosas que quedan para una sección de “aunque usted no lo crea” está la sorpresa como el semi cameo de Sutherland, cuyo personaje nunca llega a ser explicado ni usado como corresponde.
Y así la historia divaga en varios limbos de los que nunca saldrá, lo cual es bastante “significativo” tratándose de una cinta en la que los “muertos... regresan”
Director: Niels Arden Oplev
Reparto:
Ellen Page, Diego Luna, Nina Dobrev, James Norton, Kiersey Clemons, Kiefer
Sutherland.
País:
Estados Unidos
Año:
2017
Género:
Terror
Duración:
109 min
Clasificación:
Mayores de 13
Fecha
de estreno en México: 13 de Octubre
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