Basada en la obra teatral del mismo nombre, Pájaro azul, del director belga, Gust Van den Berghe, obtuvo una Mención Especial en el
Festival Internacional de Cine de Flandes, en Bélgica. Inspirada en el libreto de Maurice Maeterlink, la
película narra la historia de dos niños, Bafiokadié y su hermana Téné, quienes
emprenden la búsqueda de su mascota, un ave azul, que dejaron escapar por
distracción. Durante su trayecto se encuentran a sus abuelos difuntos, afrontan
al Espíritu del Bosque y oyen al Amo de los Placeres, quienes les cuentan una
historia sobre la vida y la muerte.
Filmada completamente en Togo, África occidental, con
actores no profesionales del pueblo de Tamberma, la cinta recrea una atmósfera
irreal y mágica con tintes de fábula infantil gracias al filtro azul que emplea
Van den Berghe.
En palabras del director, “la interpretación que le da al
libreto teatral es propia, pues lo que para Maeterlink es una búsqueda de la
felicidad, para mí es, más bien una pérdida de la inocencia”.
A esta cinta le precede la reconocida ópera prima del director,
¿Y
dónde está la estrella que se quedó callada?, conocida como Pequeño Niño Jesús de Flandes que
tuvo gran recibimiento en los festivales de Cannes, Flandes, Atenas y Múnich,
entre otros.
Pájaro azul fue exhibida por la Cineteca Nacional en su
32 Foro Internacional y se estrena a partir del próximo 15 de febrero en salas
de este recinto y en Cinemanía Loreto, para más tarde presentarse en el Cine
Lido y en el Cine Teresa. Cabe destacar que la Cineteca Nacional adquirió los
derechos de Pájaro azul con la finalidad de continuar ofreciendo lo mejor del
cine nacional e internacional al público, así como fortalecer el circuito
alternativo de exhibición.
El
crítico de cine del periódico La Jornada, Carlos Bonfil escribió el siguiente
texto sobre la cinta el 27 de mayo de 2012:
Pájaro
azul, del realizador belga Gus Van den Berghe (El
Niño Dios de Flandes, 2010), es una alegoría sobre la vida y la muerte
filmada enteramente en África Occidental, en el poblado togolés de Tamberma,
hablada, y habría que añadir cantada, en francés y dialectos locales,
interpretada por dos hermanos pequeños, la niña Tené, de 9 años, y el simpático
y malicioso Bafiokadié, tres años menor. El argumento, tomado muy libremente de la obra teatral
del también belga Maurice Maeterlinck, describe la búsqueda que emprenden los
dos niños de un pájaro azul, mascota familiar, que por distracción han dejado
libre.
A la carga simbólica que tiene el ave en la obra de
Maeterlinck, símbolo de libertad y de pureza, muy peculiar por su contraste
colorido con todos los plumíferos blancos que le rodean, el director belga
añade el surrealista itinerario infantil por la sabana africana y su contacto
con seres pintorescos y extravagantes, personajes clave en ésta su primera
educación sentimental.
El primer contacto importante es con los abuelos
fallecidos que tranquila y alternadamente celebran en un extraño canto a la
vida y su conclusión inevitable. Los niños ven también pasar a lo lejos un
camión que transporta a una familia entera, sobrevivientes al parecer de un
gran desastre que acabó con sus moradas, sin poder discernir si la algarabía
que escuchan es un música festiva o simplemente llanto.
Como en la clásica estructura de un cuento fantástico
(Bruno Bettleheim, Sicoanálisis de los cuentos de hadas), los protagonistas
infantiles parten en busca de un tesoro o recompensa (el pájaro azul, emblema
aquí de madurez y serenidad), teniendo que atravesar por numerosas pruebas
iniciáticas. Una de ellas es la confrontación con una tribu hostil que busca
vengar en ellos la depredación que de sus bosques hace el padre carpintero de
los niños.
La tala de árboles es presentada como una hecatombe que
cercena la vida de familiares y amigos, estando en esta visión animista
estrechamente confundido el ser humano con la naturaleza. El contacto más
decisivo lo hacen los niños con el señor de los placeres, líder de una tribu
que aboga por el hedonismo, que considera inútil la búsqueda infantil del
pájaro (Si la felicidad escapa al cielo, será menester buscarla entonces en la
tierra, donde los placeres son permanentes).
El director belga adopta un formato panorámico que da
extensión todavía mayor a los paisajes y opta por un filtro azul permanente que
crea una atmósfera irreal y mágica para la fábula infantil.
El pasmo y candor infantiles que el realizador iraní
Abbas Kiarostami capturaba en su neorrealista ¿Dónde está la casa de mi amigo?
o su lenta descripción de faenas áridas y rutinarias en El sabor de la cereza, la
cinta Pájaro azul lo expresa con tintes fantásticos y cromatismos
delicados, con uno de los niños hundiendo su rostro en matorrales mecidos por
el viento que semejan en el azul de la fotografía las oleadas de un mar
encrespado, ese mismo mar imposible que al final surge en medio de la tierra
yerma de Togo como una revelación o un espejismo.
Dirección: Gust Van den Berghe
Guión: Gust Van den Berghe, basada en la obra teatral
homónima de Maurice Maeterlink
Reparto: Bafiokadié Potey, Téné Potey, Nanty Libéria
Bani, Dodji N’Dah, N’Tcha Emmanuel Sansamou
Duración: 86 min.
Se exhibe en: Cineteca Nacional
No hay comentarios:
Publicar un comentario