viernes, 7 de noviembre de 2014

PRIMICIA MORTAL (NIGHTCRAWLER)



Por Fabián Quezada León

Cuando conocemos a Louis Bloom (Gyllenhall) es un tipo tan marginal que debe robar malla de alambre para venderla (bueno, realmente se roba todo lo que puede) Eso sí, Lou es insidioso y molesto como una mosca panteonera.
Y cuando la vida le pone enfrente una singular oportunidad, un aparatoso accidente de auto, descubre una inesperada e intempestiva fuente de ingresos. Lou desde luego no posee ningún escrúpulo, así que entrar al mundo de perseguir notas rojas es tan fácil como planear la manera de seguir avanzando con la voracidad de una piraña y la obstinación de una mula.    
El resto es historia.
Cuando conecta con una inescrupulosa directora de noticias del telediario local Nina  Romina (Russo) se produce el acoplamiento perfecto, ambos  son desalmados  y voraces. Uno propiciará las más oscuras necesidades del otro, para poder ambos obtener sus más secretos y valga decir “nada éticos” fines.

El desencanto de los medios alcanza una punta épica en este descaradamente desvergonzado y cruel  relato de ambición  y  voracidad.
Para nadie es desconocido como las antaño pacíficas pantallas televisivas caseras se han visto exponencialmente invadidas de imágenes crudas y de noticias por demás tendenciosas y manipuladas. Sí, la triste realidad de la información moderna es que hemos llegado a un super abasto y super consumo de la “información desinformativa”.
La cruenta lucha por llamar la atención y conquistar los ratings no da respiro. Todos quieren poseer la primicia de la realidad y si la realidad no es lo suficientemente  caótica se le da una maquilladita para hacerla más sensible.
De esta manera, los temas más socorridos son los que involucren mayor asombro en la audiencia: las imágenes “exclusivas” donde se apele al morbo más extremo y sobra decir que si se agrega el texto “sugerimos discreción”  es el equivalente de darle una dosis triple de droga a la hambrienta audiencia.

Lou es esa especie de ser que se creería imposible de materializar en la vida real para la mayoría del público, los inquieta, los repele, les asusta, pero sin embargo este mismo público un ávido consumidor de todos estos materiales  “informativos” que en tres milímetros más podrían rayar en la categoría snuff .
Por eso  lo delirante del guión y de la actuación de Gyllenhal , es que empareja al espectador con el personaje; porque el apetito por la información macabra da alimento a estos seres subterráneos que cazan, noche a noche en los rincones de la ciudades, este tipo de material
En este mundo del subsuelo informativo donde se mueve Lou existen los “profesionales” como Joe Loder (Paxton) quien es un decano con la experiencia y el desdén suficientes como para menospreciar al profundamente ambicioso Lou, sin medir la profundidad de lo que la codicia podría suscitar en él. 
Lou  lleva en él todas las mañas y manías que pudieran sacarle ronchas a cualquiera, pero al mismo tiempo su feroz tenacidad asombra segundo a segundo.
Imbuido, hasta la deformación, de todos estos estereotipos  del “nuevo emprendedor” Lou  aplica estrategias fanatizadas a objetivos que lo menos que se puede decir de ellos es que son “perversos”.

Renee Russo por su lado simboliza, dentro de ese pretendidamente glamoroso mundo de la imagen televisiva, la obscena fragilidad de las “figuras” que saben que están en el borde: entre la gloria y el infierno.  
Ya no son jóvenes y han dejado la vida en la mísera estación local con los peores ratings en la zona… y  porque saben por experiencia que  llegar no es lo importante, sino mantenerse, se balancean entre la enloquecida ambición y la desgracia.  
Entonces, es sencillo, si hay que hacer materialmente “lo que sea”  para lograr permanecer lo harán más que dispuestas. 
Cuando llega Lou  Nina comienza con él un poderoso juego de seducción  -en el sentido más oscuro que pudiera alguna vez alcanzar el término-. Son la droga y la jeringa que se auto suministran dosis obscenas de perversión.

Lou manipula no solo la información sino a todos los que le rodean. En la feroz lucha por destacar arrastra a Rick  (Ahmed) un joven aprendiz al que engatusa deslumbrándolo a tal punto que lo transforma en una especie de replicante, pero ese término no lo puede permitir Lou en sus propios terrenos. De esta manera Rick será una víctima colateral del mundo de los deseos de rating

Dan Gilroy, quien ya tenía experiencia como escritor, nos da en este su debut en la dirección, una visión ácida, cínica y fantasmagórica (a través de los ojos extrañamente enormes  de Gyllenhall  quien bajó más de 14 kilos para interpretar al personaje) del manipuleo de la información;  donde el gore,  fingidamente controlado, es ese “condimento secreto” que despierta las papilas de los consumidores televisivos de nota roja.  
Entonces Gilroy nos va hundiendo, enredando en un guión estupendamente escrito y que se regodea en un escalofriante sentido negro del humor, que es tan sutil como el agrio olor de que algo echado a perder esta cerca.

Gyllenhall se posesiona profundamente de ese ser completamente sin escrúpulos, frío como un cadáver, podrido, desesperado por la ambición  y manipulador en más de mil maneras;  usando todos los recursos que  el controlador con fachada de emprendedor (y crápula) puede tener a la mano.  
Lo más venenoso de todo esto, es que Lou está tan  terroríficamente cercano a la realidad del mundo de la información, que las membranas entre la ficción y la realidad son alarmantemente permeadas.

Director: Dan Gilroy
Reparto: Jake Gyllenhaal, Rene Russo, Bill Paxton, Riz Ahmed, Michael Papajohn.
País: Estados Unidos
Género: Drama
Duración: 1 hr. 57 min.
Clasificación: Solo adultos Violencia
Fecha de estreno en México: 6 de Noviembre

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