martes, 22 de marzo de 2016

60 MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE: TAXI TEHERÁN.

Por Julia Elena Melche.

En 2010, el realizador iraní Jafar Panahi fue detenido y sentenciado a 6 años de prisión por el gobierno de Teherán, acusado de "actuar contra la seguridad nacional y de hacer propaganda contra el estado" a través de películas como las multipremiadas El globo blanco (1995) y El círculo (2000). Luego de una movilización de personajes relacionados con el mundo del cine y más de una semana en huelga de hambre, Panahi  salió de la cárcel, tras pasar 88 días retenido.  Desde entonces, se encuentra bajo arresto domiciliario, haciendo frente a 20 años de inhabilitación profesional, que incluye la prohibición de rodar películas, escribir guiones, viajar al extranjero y dar entrevistas.

Pese a todo, en 2011 puso una cámara en su casa, donde cumplía arresto domiciliario y realizó Esto no es una un película, un documental  merecedor de varios premios, que se presentó en proyección especial en el festival de Cannes y reproduce un día en la vida de Panahi a través de la mirada y realización de su amigo y antiguo ayudante de dirección Mojtaba Mirtahmasb, en el que reflexiona sobre la libertad artística y la función del cine.

En 2013, Panahi desafía de nuevo las prohibiciones del gobierno  y desde su casa filma Pardé (Closed Curtain en inglés), ganadora del Oso de Plata a Mejor Guión en el festival de Berlín, donde cuenta la historia de un hombre que trata de escribir un guión aislado en una casa y además esconde a su perro del régimen iraní que ha dictado orden de extinción de todos los perros porque son animales indignos de pasear por una calle.

Ahora, regresa con Taxi teherán, película por la que ganó el Oso de Oro y el premio de la crítica internacional en el Festival de Cine de Berlín 2015, en la que vuelve a realizar un cine de resistencia y de protesta contra la censura, El cineasta instala una cámara sobre el tablero de un taxi y se pone al volante simulando ser un taxista para recorrer las vibrantes y coloridas calles de Teherán, recogiendo todo tipo de pasajeros en un solo día: un hombre que confiesa ser ladrón, un vendedor de películas pirata que están prohibidas en Irán, una madura maestra, dos hermanas ancianas que deben cumplir una ceremonia para seguir vivas, un hombre herido y su mujer angustiada porque el marido no ha hecho su testamento,  una abogada de derechos humanos, y hasta su pequeña sobrina Hana que tiene que realizar un cortometraje como tarea escolar. Uno que descubre la cámara lo cuestiona si es para grabar posibles robos y otro que lo ha identificado, le pregunta si está filmando una película.

Con ecos de 10 de Abbas Kiarostami  y de Noche en la tierra de Jim Jarmusch,  Taxi Teherán captura el espíritu de la sociedad iraní al registrar las historias y conversaciones de los pasajeros, algunos discuten sobre la pena de muerte; Irán es el segundo país, después de China, donde hay más ejecuciones, otros hablan de la represión política, de la situación social de la mujer, de la violencia, de la apariencia social, de la justicia islámica. Charlas banales y profundas, pero que dejan ver un país dominado por un régimen fundamentalista.

Se trata de un road-movie urbano de realismo social que se maneja entre la ficción y el documental en una afortunada mezcla de comedia y drama que fue filmado de manera clandestina. Además de  actores no profesionales, entre los que se encuentran familiares y amigos del cineasta, aparece la abogada y activista pro derechos humanos Nasrin Sotoudeh, quien viaja a una prisión para visitar a una mujer en huelga de hambre, haciendo referencia a la propia vida política de Panahi.

Pero uno de los personajes más carismáticos sin duda, es Omid, el vendedor de películas pirata que le ofrece a Panahi la última temporada de The Walking Dead pero también una cinta de Kim Ki-duk o de Woody Allen, situación que encierra una reflexión sobre el papel de la piratería en un país donde el consumo cultural está restringido y en muchos casos hasta prohibido.

Comprometido e imprescindible, Panahi  entrega un filme con mucho humor, sobre las políticas censoras de la autoridad cinematográfica de su país y de la inexistente libertad de creación, subrayadas con los comentarios críticos de la pequeña Hana, obligada a hacer una película que cumpla todas las reglas impuestas para ser 'distribuible'.

Dirección, guión y producción: Jafar Panahi.
Reparto: Jafar Panahi (taxista).
País: Irán.
Año: 2015.
Duración: 82 minutos.

TAXI TEHERÁN SE EXHIBE EN EL MARCO DE LA 60 MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE DEL 20 AL 25 DE MARZO EN CINETECA NACIONAL Y DEL 27 AL 30 DE MARZO EN CINÉPOLIS.

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