viernes, 6 de marzo de 2015

DIOS MÍO, QUÉ HEMOS HECHO? (QU’EST-CE QU’ON A FAIT AU BON DIEU?)




Por Fabián Quezada León

Claude Verneuil, (Clavier) un notario fan de Charles De Gaulle, y su esposa Marie, (Lauby)  son un matrimonio provinciano acomodado de católicos que viven en Chinon (Francia) Ellos tienen cuatro hijas: Isabelle, Odile, Ségolene y Laure. Evidentemente, los padres tienen planeado que sus hijas se casarán y serán madres de bebés criados en sus mismas creencias. Pero he aquí que las tres primeras hijas se casan con descendientes de inmigrantes de diferentes razas y religiones: Isabelle, (Bel) que es abogada, con Rachid Ben Assem, (Sadoun) también abogado y musulmán; Odile, (Piaton) dentista, está casada con David Benichou, (Abittan) empresario desempleado y judío sefardí y Ségolene, (Caen) quien es artista plástica, está casada con Chao Ling,( Chau) un banquero chino.
Cada una al casarse año tras año con su respectiva pareja van poniendo más a prueba la “mentalidad abierta” de sus padres. Es obvio que cada reunión familiar es como tener una asamblea de la ONU donde no faltan los velados descalificativos interraciales/religiosos.
Sin embargo, los padres aún tienen puestas todas sus esperanzas en la más pequeña de sus herederas. Laure; sueñan con que se case con un francés católico. Sus esfuerzos llegan al grado de hacer toda una serie de malabares para organizar una reunión navideña y así introducir a Laure con un “candidato ideal” lo que desconocen es que Laure ya ha seleccionado un candidato… sí, él es católico y efectivamente podrá darles una bonita boda religiosa (lo que ninguna de las tres anteriores ha hecho) pero el novio de Laure, Charles, tiene una “pequeña diferencia” que no podrá ser ignorada por sus progenitores.
Para colmo, el padre de Charles resulta ser un exmilitar de profundas cuestiones “racistas” que se niega por completo a que se celebre la boda. Y eso es solo uno de los puntos que deberán resolver…

Según relata el director de la película la idea de hacer esta, le vino cuando se dio cuenta de las estadísticas acerca de la globalización matrimonial en Francia: “Los franceses son los campeones del mundo en matrimonios mixtos. Varios estudios mencionan que alrededor del 20% de las uniones que se celebran en Francia son entre individuos de origen y religión diferente. En cambio para el resto de Europa la cifra apenas roza alrededor del 3%.”
Independientemente de las consecuencias positivas o negativas de la globalización, es evidente que el rostro social y demográfico de Europa (y otros países) está cambiando y la película trata con amabilidad conflictos que se han convertido en un reto para la formación de las nuevas comunidades sociales; temas como la raza, las características físicas, la pertenencia a un grupo, las creencias religiosas, los usos hábitos y costumbres, se transforman y reacomodan cada día en la construcción de las sociedades actuales, pero el paso no es fácil, porque en ese proceso intervienen también los diversos grados de xenofobia que el ser humano carga, como un instinto básico que se ha integrado a la sobrevivencia del grupo social.
De esta manera en diversos momentos y como una constante que subyace a la comedia y que calladamente confronta al espectador, Chauveron maneja emociones y reacciones que tal vez todos pueden tener y que aparecen tan naturalmente que ante el asombro propio se transforman en un elemento cómico que deja un saborcillo inquietante cuando se le revisa racionalmente. La inmigración produce personas que aunque hayan nacido en el país no son considerados “compatriotas” al 100% por los que no son inmigrantes, pues se les define por sus características físicas o su lengua materna y este movimiento de reconocimiento es un tránsito que puede llevar años completar y que se toca en la película.
Argumentalmente es cierto que la trama está bien llevada y que usa una gama de tonos de humor negro y a lo mejor “políticamente incorrecto” para dar rienda a desarrollar las situaciones de la familia que conforme van pasando los acontecimientos se esfuerza por “ampliar sus horizontes” hasta, como se dice en la misma película ser la familia Benetton es evidente que reunir cuatro diferencias culturales es mucho más difícil de hacer que pensar en cuatro coincidencias pero la cinta logra armarse, sin mucha espectacularidad es cierto, pero sin por ello perder la manera de mantener al publico distraído un rato, que al final de cuentas es lo que persigue pues no es en lo más mínimo una cinta de denuncia racial ni mucho menos.
La factura de los actores principales que encarnan a los padres Verneuil hacen un equilibrado trabajo desde la comicidad hasta la depresión a la que deben enfrentarse tras de los suficientes años de frustración de sus expectativas y sin embargo, como una efectiva medicina contra todos los prejuicios de la humanidad, siempre existirá el amor. Y por este la familia que se sienta sobre las bases más ignotas, deberá re inventarse para salir adelante.
Una película que triunfó en Francia y que llevó a mas de 12 millones de espectadores a las salas sin duda es una garantía de que también en nuestro país podremos aplicar y ver reflejados muchos de los “momentos” que nos regala el guión para divertirnos y hasta reflexionar.

Director: Philippe de Chauveron
Reparto: Chantal Lauby(Marie) Christian Clavier (Claude) Medi Sadoun(Rachid Benassem ) Ary Abittan (David Benichou) Fred Chau(Chao Ling) Noom Diawara(Charles Koffi) Frédérique Bel(Isabelle Benassem-Verneuil) Julia Piaton (Odile Benichou-Verneuil) Emilie Caen (Ségolène Ling-Verneuil) Elodie Fontan.( Laure Koffi-Verneuil) Salimata Kamate(Madeleine Koffi) Pascal N’zonzi(André Koffi)
País: Francia
Año: 2013
Género: Comedia
Duración: 97 min
Clasificación: Mayores de 13
Fecha de estreno en México: 5 de Marzo

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