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Basada en la cinta
original de 1941, Dumbo regresa a la pantalla con un reloaded que no deja de la historia original más allá del 15 % .
Holt regresa a casa,
pero sin un brazo. Sus posibilidades de ser un artista ecuestre manco son muy
limitadas. Así que se le encomienda cuidar a los elefantes. Desde que nace, Dumbo
es víctima del bullying por orejón. La mamá elefante, por defenderlo de un domador
abusivo termina matándolo.
Es enviada a la jaula primero y puesta a la venta
después, separándola de su bebé.
Tanto es el éxito de
Dumbo, que un ambicioso y triunfante empresario V.A. Vandevere (Michael Keaton),
lo recluta para su nuevo y exuberante proyecto de entretenimiento llamado
"Dreamland" (La versión de principios de siglo a lo Burton de Disneylandia). Junto con Vandevere llega también al circo la acróbata aérea, Colette Marchant (Eva Green), quien
va a ayudar a Holt y a sus hijos a
descubrir el lado oscuro de Dreamland.
Tim Burton,
la leyenda Burton, es el encargado de dirigir esta readaptación "con múltiples
licencias" del film animado que hiciera llorar a tantas y tantas
generaciones. Y es que Dumbo es ya un clásico del sello Disney, por lo que
resulta aún más un misterio/incomprensible el que se haya desbaratado la
versión original en esta adaptación.
Es cierto que la trama del primero es de
una sencillez extraordinaria y presenta “algunos aspectos” que para los
criterios actuales son “inapropiados” y se hubiera entendido una modificación
de los mismos, pero no el reinventar todo un plot diferente de la trama
original, que da como resultado algo que no es Dumbo... aunque parezca Dumbo.
La
versión del 41, presenta específicamente temas que a los ojos de la postmodernidad
son “de cuidado”: Dumbo es un bebé elefante que trabaja y es bulleado, su padre es
desconocido, su madre es puesta en prisión, Dumbo y Timoteo (su amigo y guía) beben
por equivocación y en su delirium tremens alucinógeno ven elefantes rosas volando.
Despiertan de
la cruda y sin saber cómo, están subidos en un sitio alto. Compartiendo alambre
con una parvada de cuervos de fuerte estereotipo cubano, (ruidosos y vagos
siempre en la fiesta), que lo enseñan a volar. Timoteo, su maestro en la vida,
es un ratón que se convierte en su
manager. De la mamá de Dumbo nunca sabemos nada más. Aún con todos estos “temas sensibles” la
película del 41 posee un candor especial.
En la versión anterior como su nombre lo indica, el personaje estrella es Dumbo. Su vida, no la vida de una familia que no
acaba de cuajar, ni sentirse como real, ni los problemas financieros de un dueño
que se pasa de listo, y mucho menos las acciones de un villano reventón que
termina caricaturizándose a sí mismo ( aunque es un hecho inusual ver reunidos de nuevo
a Batman y al Pingüino ahora con papeles invertidos)
Burton y
su escritor Ehren Kruger, toman la idea original y caminan hacia el rumbo que
quieren, sin fijarse demasiado a dónde; no se entiende muy bien si por un deseo
de "salir de la caja" o por el simple hecho de hacer lo que les plazca, en una adaptación
hiper libre. Pero el que sale perdiendo es el pobre de Dumbo.
Deja de ser
protagonista para ser una comparsa, que una vez que vuela una vez ya la segunda
y tercera son irrelevantes.
Es obvio
que en estos tiempos la realidad de "los animales de circo" ha sido un tema candente
de conversación y la manera en la que esta situación se ha resuelto en los
diversos lugares del mundo, ha causado no menos polémica.
Dumbo
originalmente poseía una de las escenas más fuertes de amor materno/filial
de las cintas animadas encerrada en una sola canción, que ahora queda semi borrada al ser interpretada
por una de las cirqueras y no por la señora Jumbo. De la misma manera, la
familia de Holt no logra hacer explotar su química, ni sus personajes, por lo
que prácticamente da lo mismo los problemas que tengan. Farrell hace lo que
puede con sus momentos, pero los niños son francamente insulsos. Y quitan un
tiempo enorme de la historia del bebé elefante.
Burton
deseaba dar el giro en la historia, pero su muestra de los números circenses y
de la fauna de “gente de la tropa” es
muy breve, (en este sentido es mucho más espectacular El Gran Showman) acá nos quedamos con muchos personajes que son comparsa secundaria, solo usados para llenar el espacio del circo pero que no figuran dentro de la trama como alguien a quien le sucedan cosas.
Se
aplaude que acorde a las producciones de Burton, se trate de colocar a Dumbo
como una insignia de los “rechazados” “los diferentes” que pueden tener más
magia en ellos que los “normales”, pero el mensaje es tan cifrado que no queda
como una declaración. El tiempo de la película no da para desarrollar tampoco
las criaturas de CGI más allá del “ay qué lindo!”. Nos quedamos con una cara,
pero no con el corazón.
Pero no
todo son quejas, la cinematografía es espectacular, técnicamente es impecable y
el mundo oscuro de Burton, (su marca registrada) flota ingrávido sobre todo. Tal vez el guion
adolece de muchas cosas, pero visualmente es en definitivo un Burton.
Por Fabián Quezada León
UNA ADAPTACIÓN MUY LIBRE
Basada en la cinta
original de 1941, Dumbo regresa a la pantalla con un reloaded que no deja de la historia original más allá del 15 % .
Vamos a ver, estamos en
1919 en Estados Unidos; el circo de los hermanos Medici va itinerante con su
show de personajes extravagantes y bestias traídas de los cinco continentes. En
ese circo nace Dumbo. Es descubierto por los hijos de su cuidador, el recién
regresado de la primera guerra mundial (y ex estrella ecuestre) Holt Farrier (Colin Farrell). Holt había
dejado a sus hijos con su esposa en el circo, pero al morir ella de influenza, los niños Milly (Nico
Parker) y Joe (Finley Hobbins) quedan a cuidado de unos amigos y compañeros circenses.
UN FEO CON SUERTE
Holt regresa a casa,
pero sin un brazo. Sus posibilidades de ser un artista ecuestre manco son muy
limitadas. Así que se le encomienda cuidar a los elefantes. Desde que nace, Dumbo
es víctima del bullying por orejón. La mamá elefante, por defenderlo de un domador
abusivo termina matándolo. Es enviada a la jaula primero y puesta a la venta
después, separándola de su bebé.
Los niños descubren
que Dumbo puede volar aleteando sus enormes orejas y eso se convierte en la
mina de oro del circo, que estaba a punto de la quiebra.
LAS REGLAS DE LA AVIACIÓN DEL PAQUIDERMO
Tanto es el éxito de
Dumbo, que un ambicioso y triunfante empresario V.A. Vandevere (Michael Keaton),
lo recluta para su nuevo y exuberante proyecto de entretenimiento llamado
"Dreamland" (La versión de principios de siglo a lo Burton de Disneylandia). Junto con Vandevere llega también al circo la acróbata aérea, Colette Marchant (Eva Green), quien
va a ayudar a Holt y a sus hijos a
descubrir el lado oscuro de Dreamland.
SEMEJANTE, PERO NO IDÉNTICO
Tim Burton,
la leyenda Burton, es el encargado de dirigir esta readaptación "con múltiples
licencias" del film animado que hiciera llorar a tantas y tantas
generaciones. Y es que Dumbo es ya un clásico del sello Disney, por lo que
resulta aún más un misterio/incomprensible el que se haya desbaratado la
versión original en esta adaptación. Es cierto que la trama del primero es de
una sencillez extraordinaria y presenta “algunos aspectos” que para los
criterios actuales son “inapropiados” y se hubiera entendido una modificación
de los mismos, pero no el reinventar todo un plot diferente de la trama
original, que da como resultado algo que no es Dumbo... aunque parezca Dumbo.
LA NUEVA CONCIENCIA
La
versión del 41, presenta específicamente temas que a los ojos de la postmodernidad
son “de cuidado”: Dumbo es un bebé elefante que trabaja y es bulleado, su padre es
desconocido, su madre es puesta en prisión, Dumbo y Timoteo (su amigo y guía) beben
por equivocación y en su delirium tremens alucinógeno ven elefantes rosas volando. Despiertan de
la cruda y sin saber cómo, están subidos en un sitio alto. Compartiendo alambre
con una parvada de cuervos de fuerte estereotipo cubano, (ruidosos y vagos
siempre en la fiesta), que lo enseñan a volar. Timoteo, su maestro en la vida,
es un ratón que se convierte en su
manager. De la mamá de Dumbo nunca sabemos nada más. Aún con todos estos “temas sensibles” la
película del 41 posee un candor especial.
BATMAN Y EL PINGÜINO SE VEN LA CARA.
En la versión anterior como su nombre lo indica, el personaje estrella es Dumbo. Su vida, no la vida de una familia que no
acaba de cuajar, ni sentirse como real, ni los problemas financieros de un dueño
que se pasa de listo, y mucho menos las acciones de un villano reventón que
termina caricaturizándose a sí mismo ( aunque es un hecho inusual ver reunidos de nuevo
a Batman y al Pingüino ahora con papeles invertidos)
VUELA, VUELA...
Burton y
su escritor Ehren Kruger, toman la idea original y caminan hacia el rumbo que
quieren, sin fijarse demasiado a dónde; no se entiende muy bien si por un deseo
de "salir de la caja" o por el simple hecho de hacer lo que les plazca, en una adaptación
hiper libre. Pero el que sale perdiendo es el pobre de Dumbo. Deja de ser
protagonista para ser una comparsa, que una vez que vuela una vez ya la segunda
y tercera son irrelevantes.
Después de que se desata (materialmente) el
infierno en Dreamland, las soluciones caen una tras otra, de una manera tan
obvia como absurda, para dejar contentos a todos.
COMO ELEFANTE DE CIRCO
Es obvio
que en estos tiempos la realidad de "los animales de circo" ha sido un tema candente
de conversación y la manera en la que esta situación se ha resuelto en los
diversos lugares del mundo, ha causado no menos polémica.
Pero en
esta cinta estamos en 1919, así que valdrían ciertas libertades aunque se sea demasiado consciente de no lastimar. Si bien la mano y el mood Burtoniano están
inscritos en toda la cinta, queda siempre la nostalgia por la original, y no es
que esta esté mal hecha, de ninguna manera. Simplemente es que no responde a la fase
de añoranza.
HIJO DEL CORAZÓN…
Dumbo
originalmente poseía una de las escenas más fuertes de amor materno/filial
de las cintas animadas encerrada en una sola canción, que ahora queda semi borrada al ser interpretada
por una de las cirqueras y no por la señora Jumbo. De la misma manera, la
familia de Holt no logra hacer explotar su química, ni sus personajes, por lo
que prácticamente da lo mismo los problemas que tengan. Farrell hace lo que
puede con sus momentos, pero los niños son francamente insulsos. Y quitan un
tiempo enorme de la historia del bebé elefante.
DUMBO VS GRAN SHOWMAN
Burton
deseaba dar el giro en la historia, pero su muestra de los números circenses y
de la fauna de “gente de la tropa” es
muy breve, (en este sentido es mucho más espectacular El Gran Showman) acá nos quedamos con muchos personajes que son comparsa secundaria, solo usados para llenar el espacio del circo pero que no figuran dentro de la trama como alguien a quien le sucedan cosas.
DUMBO, EL RECHAZADO.
Se
aplaude que acorde a las producciones de Burton, se trate de colocar a Dumbo
como una insignia de los “rechazados” “los diferentes” que pueden tener más
magia en ellos que los “normales”, pero el mensaje es tan cifrado que no queda
como una declaración. El tiempo de la película no da para desarrollar tampoco
las criaturas de CGI más allá del “ay qué lindo!”. Nos quedamos con una cara,
pero no con el corazón.
PERO NUNCA VI, NI ESPERO VER, A UN ELEFANTE VOLAR.
Pero no
todo son quejas, la cinematografía es espectacular, técnicamente es impecable y
el mundo oscuro de Burton, (su marca registrada) flota ingrávido sobre todo. Tal vez el guion
adolece de muchas cosas, pero visualmente es en definitivo un Burton.
Director: Tim Burton.
Reparto: Colin
Farrell, Michael Keaton, Eva Green, Danny DeVito.
País:
Estado Unidos
Año:
2019
Género:
Drama, Fantasía aventura
Duración:
112 min
Clasificación:
Toda la familia
Fecha
de estreno en México: 29 de Marzo 2019
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