sábado, 12 de diciembre de 2009

BUENAS COSTUMBRES (EASY VIRTUE)


Dirección: Stephan Elliott.
Reparto: Jessica Biel, Kristin Scott Thomas, Colin Firth, Ben Barnes, Kimberley Nixon, Katherine Parkinson, Kris Marshall, Charlotte Riley, Christian Brassington.
País: USA.
Año: 2008.
Género: Comedia romántica.
Duración: 93 minutos.
Clasificación: Adolescentes y Adultos.
Estreno en México: 04 de diciembre de 2009.

Por Jorge Cirerol.

Se trata de una comedia romántica de época con tintes dramáticos sobre un aristócrata británico sin oficio ni beneficio que se enamora de una mujer norteamericana que no es bien aceptada por su conservadora familia.

Ubicada en los años veinte a fines de la Segunda Guerra Mundial, la narración inicia en el sur de Francia, como una pelicula muda y en blanco y negro, cuando John Wittaker (Ben Barnes), un joven inglés de buena familia, se enamora de Larita (Jessica Biel), una joven americana viuda y de espíritu libre mismo que demuestra al ser la ganadora del primer lugar en el gran Prix de Monte Carlo -aunque la descalifican por ser mujer-. El color aparece cuando sin medir las consecuencias los jóvenes se casan y mientras hacen su viaje de regreso a la casa paterna en la campiña inglesa, avisan a la familia de su locura.

Cuando se conocen, el contraste no tarda en notarse y se desencadena una guerra entre la recién llegada y Veronica (Kristin Scott Thomas), su suegra -aunque el padre, personificado por Colin Firthy, le de igual que su hijo se haya casado o no-, quien no acepta ese tipo de competencia en su propia casa. Larita, que en apariencia podría ser más superficial que su familia política, demuestra ser la que tiene mejor puestos los pies en la tierra.

Se trata de una adaptación de una de novela de Noël Coward escrita para una obra teatral en 1926 y que fue llevada al cine por primera vez en 1928 por Alfred Hitchcock. Ahora el remake está dirigido por el australiano Stephan Elliott, el mismo de Las Aventuras de Priscila, reina del Desierto, (94), quien después de dos fracasos -Woop Woop (97) y Eye of the Beholder (99)- y de un aparatoso accidente de esquí que lo tuvo al borde de la muerte, regresa con esta historia que co escribe junto con Sheridan Jobbins mostrando significativos cambios en relación a la versión original.

El eje de la cinta estará en el choque de estilos, de voluntades y sobre todo de culturas. La narrativa, nada complicada pero llena de ironía y algo de humor negro, permite captar la realidad social de una época donde las tradiciones y los títulos nobiliarios eran lo que importaba más a las familias inglesas aunque estuvieran al borde de la ruina. Con sus personajes, Elliot hace un interesante retrato de un grupo de personas que no aceptan el modernismo, y se aferran desesperadamente a un pasado que probablemente nunca existió en realidad y del que lo único que permanece es la amargura.

A pesar de la aparente gentileza familiar, la señora Wittaker chocará con su nuera desde el primer momento para liberar su hostilidad a fuego lento. Muchas serán las causas de tal rechazo: primero por ser norteamericana. después, porque la joven es mayor que su hijo, usa pantalones, fuma, por el estilo de su cabello que no es bien visto por la aristocracia, porque conduce autos, es feminista y además estuvo casada y la muerte del esposo no fue muy clara. Pero todo esto no importa mucho a Larita quien pronto se da cuenta que lo que sucede es que el cordón umbilical entre John y su madre aún no se ha roto y ella se encargará de deshacerlo aunque para eso tenga que hacer un sacrificio muy grande.

Acompañada de una banda sonora que mezcla música de Cole Porter con melodías recientes nunca consigue amarrar y su tibio tono permanece en una constante complacencia característica de las cintas de este tipo. Una buena opción para un domingo en casa.

No hay comentarios: