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Regresa al Castillo de Chapultepec
IMPERIO
(Monólogo basado en la novela homónima de Héctor Zagal)
FUNCIONES SÁBADOS DE JUNIO,
8 PM
“Abdicar
es condenarse, extenderse a sí mismo un certificado de incapacidad y esto es
sólo aceptable en ancianos o imbéciles, no es la manera de obrar de un
príncipe… La soberanía es el bien más sagrado que hay entre los hombres, no se
abandona el trono como una reunión que tiene cercada un cuerpo de policías, el
imperio no es otra cosa que un emperador”.
Carta
de Carlota a Maximiliano, c. 1866
La
Secretaría de Cultura, El Museo Nacional de Historia “Castillo de Chapultepec”, Rising Art A. C. y
CANDA Producciones presentan IMPERIO bajo la dirección de Rodrigo González, con
música original de Alonso Burgos y Ricardo Kleinbaum como Maximiliano de
Hagsburgo.
A
152 años de la instauración del Segundo Imperio Mexicano, Rodrigo González adapta
y monta la puesta escénica IMPERIO, novela de Héctor Zagal, a partir de la
visión de un México de 1863 que sirve de espejo del México que nos toca vivir
el día de hoy.
Desde
el punto de vista de Rodrigo González, director de este montaje, Maximiliano I
de México es un personaje magnético, cuya personalidad extraña y peculiar,
además de su trágico final, donde no se
sabe bien qué pasó, hace que su paso por la historia de nuestro país sea digna
de contar desde otra perspectiva muy diferente a la que oficialmente se conoce,
donde no hay víctima ni villano, sino que existe un contexto histórico que hace
que las circunstancias no sean tan estrictas, por lo que resulta enriquecedor
ver con una óptica diferente.
Aunque
Maximiliano de Hagsburgo pasó sus últimos días en el Convento de las Capuchinas
en Querétaro, el Castillo de Chapultepec es un lugar icónico de la Ciudad donde
el emperador vivió durante su breve estancia en el país, por lo que es el
recinto indicado para esta puesta escénica.
Rodrigo
González toma por segunda ocasión una novela de Héctor Zagal, quien fuera su
maestro en la Facultad de Filosofía, para convertirla en monólogo al resultarle
interesante la visión del México de hace 150 años, ya que desde la trinchera
del arte y la escena, se refleja lo que está sucediendo en el entorno que se
vive, en las realidades más cotidianas y
más directas; por lo que el discurso de Maximiliano sobre una ciudad con calles
llenas de vándalos, donde nadie pone orden, donde ni los regentes ni los curas
logran establecer el equilibrio en la sociedad,
no dista demasiado con lo que se vive en este presente.
Héctor
Zagal, quien es Doctor en Filosofía, ensayista y novelista- entre otras
actividades- tiene la costumbre como investigador de sustentar lo que dice y
escribe; por lo que IMPERIO, la puesta en escena es teatro, es ficción pero
también hay un alto grado de contenido histórico sustentado.
Al
respecto, el Doctor Zagal comparte que IMPERIO surge a partir de intentar
responder dos preguntas: ¿Qué pensaban los imperialistas mexicanos, que fueron
muchos los que decidieron traer a Maximiliano de Hagsburgo a México? y ¿En qué
estaría pensando Maximiliano cuando lo van a fusilar, es decir, por qué aceptó?
Este ejercicio de pensar como él, de cómo estaría repasando la historia de
haber nacido en un Palacio de 3 mil habitaciones, ser Príncipe de Hungría,
Archiduque de Austria, Virrey de Lombardía y terminar literalmente muriéndose
de diarrea, preso en una celda sucia, es un contraste que lo desgarra, y
entonces es una manera de presentar a ese Maximiliano.
Zagal
escribe sobre Maximiliano porque se está en un México cuyo ejército está en las
calles, donde la gente se queja frecuentemente del abuso militar sobre la
población civil; el poder central, es decir la Capital, se queja de los
gobernadores; los gobernadores dicen que el problema es el centralismo; el
poder ejecutivo entra en conflicto con el legislativo; los ricos son pocos y
muy ricos, los pobres son muchos y muy pobres; hay partes de las Ciudad de
México donde la policía no puede entrar, regiones de la República donde no
existe ninguna autoridad, carreteras donde no se puede transitar, porque con
frecuencia los ladrones están protegidos por las autoridades. Para Zagal nos
encontramos en un México donde se están llevando a cabo Reformas, por lo que toda
esta descripción coincide con el México de 1863, y la solución para algunos
Mexicanos de ese entonces, es traer de lejos a un reformador de mano dura, que
lleve al país por un rumbo firme, una descripción completamente actual.
Para
los actores Ricardo Kleinbum y Ernesto Godoy, quienes interpretan a
Maximiliano, no es la primera vez que les toca representar a personajes que
vivieron en algún momento, y cuyo nombre e historia contienen una carga
energética; no obstante, al irse documentando comprendieron al hombre, no al
Emperador. Sus condiciones y circunstancias de vida, les ha permitido formar el
personaje que está representando; Kleinbaum cree que la historia le ha hecho
justicia a Maximiliano, a lo largo de los años, ya que de ser el invasor, gracias
al trabajo de investigación de escritores e historiadores como Héctor Zagal, ha
pasado a ser un personaje popular y entrañable para los mexicanos.
Mientras
tanto, Alonso Burgos, quien además de tocar el piano en vivo es el compositor
de la partitura original para la puesta, IMPERIO significa lo que todos los
mexicanos necesitan escuchar y no les gusta escuchar, ya que el México del que
habla Maximiliano en 1967 es prácticamente el mismo México o peor que el que
tenemos hoy y eso es lo más fuerte de todo.
Para
esta ocasión, Burgos adapta la música dependiendo de las necesidades
psicológicas del actor, pues para él no sirve forzar o decir algo que el actor
no está diciendo, que Maximiliano no está diciendo. En sus propias palabras: “hago
una labor de improvisar en mi casa hasta encontrar un lenguaje o estilo que me
guste y de ahí ver qué recursos me están sirviendo y tomar decisiones desde un
objetivo de lo que quiero que la música diga y cumpla”
IMPERIO
aborda el final de la vida de Maximiliano I de México, al retomar ese momento
histórico como motivo para reflexionar como nuestras decisiones trascienden
sobre nuestro país, y sus consecuencias persisten en el México de hoy.
Al
igual que en la novela de Zagal, la puesta en escena muestra la mirada de un país
ingobernable que encuentra Maximiliano, así como la condición humana y
reflexiva del Emperador al verse inmerso en esa realidad.
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credencial vigente)
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