domingo, 26 de febrero de 2017

SILENCIO (SILENCE): LOS DIFÍCILES CAMINOS DE LA FE.

Por Julia Elena Melche.

Es el año de 1638 y los sacerdotes jesuitas Sebastián Rodrigues (Andrew Garfield y Francisco Garupe (Adam Driver) viajan de Portugal a Japón con el fin de encontrar a su mentor, el padre Ferreira (Liam Neeson), quien al parecer, maldijo a Dios en público y renunció a su fe, luego de haber sido capturado y  torturado sin piedad por las autoridades niponas. 

La travesía de los sacerdotes no será fácil. El poder del nuevo inquisidor japonés está por todas partes, persiguiendo a todo aquél que pretenda propagar el catolicismo y a los campesinos cristianos, a quienes obliga a pisotear una imagen de Cristo y la Virgen María como acto de apostasía; los que se niegan son encarcelados y asesinados. No obstante, encontrarán ayuda en unos aldeanos cristianos que permanecen en la clandestinidad, quienes los esconden en una choza en la montaña mientras pueden seguir su camino.

Silencio, la reciente cinta del ganador del Oscar y del Globo de Oro en 2006 como Mejor Director por Los Infiltrados Martin Scorsese, es un proyecto que el cineasta acarició desde hace más de veinte años y sin duda el más personal de su vasta filmografía. Ambientada en los duros años de la persecución del cristianismo en el Japón feudal del siglo XVII, está basada en la novela histórica del aclamado escritor japonés católico Shūsaku Endō, considerada la mejor de sus novelas, una de las más sobresalientes del siglo XX y escrita desde la singular perspectiva de ser japonés y católico.

Scorsese es fiel al texto original y con enorme acierto explora en los límites de la fe al exponer un Dios como compañero silencioso del sufrimiento de los seguidores de su palabra. Convertidos casi en mártires por su fe cristiana, los campesinos de las aldeas soportan los más terribles de los castigos, incluso algunos, la muerte cruel al ser crucificados en un acantilado de bruscas olas que se estrellan en sus frágiles cuerpos, mientras encuentran el silencio absoluto de un Dios que permite el sacrificio y dolor de los fieles adeptos que abrazan su religión, en lugar de amarlos y protegerlos.

Y será el propio padre Rodrigues quien cuestionará el papel de Dios, haciéndose mil preguntas sin respuestas, cuando es testigo de los padecimientos atroces de los creyentes y sobre todo cuando es capturado y torturado, viviendo  el suplicio y la violencia con que los japoneses castigan a los cristianos.

El director consigue un retrato elocuente del choque de mentalidades de dos mundos opuestos; la espiritualidad de los jesuitas y el pragmatismo materialista de los japoneses, donde los primeros pretenden colonizar mediante la religión a los nipones, y estos se resisten, aunque lo hagan a través de la tortura, la crueldad y la muerte, pues la libertad de credo y de pensamiento son derechos irrenunciables. Si bien, la cristianización en Japón de finales del siglo XVI favoreció su comercio con occidente y a su vez, permitió el inicio de la expansión europea mediante los comerciantes portugueses, en la cinta es observada en episodios de violencia, intolerancia y persecución contra quienes han renegado del budismo.

En los dramas individuales y colectivos de la cinta, la estupenda fotografía del mexicano Rodrigo Prieto cobra especial importancia con imágenes de belleza impactante, aunque muchas de enorme crueldad, desde planos abiertos, cenitales, o acercamientos para capturar gestos, miradas y el profundo suplicio de los personajes, en particular la lucha interior de los religiosos.

Ganador de 5 premios Ariel por Sobrenatural, Fibra Óptica, Un Embrujo, Amores Perros y Biutiful, el fotógrafo de 51 años hace mancuerna por segunda vez con Scorsese, anteriormente fue en El lobo de Wall Street (2013), y también se encargó de las imágenes de la oscareada Argo (Affleck, 2012). Por  El secreto de la montaña (Lee, 2005) Prieto fue nominado al Oscar a la Mejor Fotografía y ahora compite de nuevo en esta categoría al lado de La La Land: una historia de amor (La La Land), La llegada (Arrival), Luz de luna (Moonlight) y Un camino a casa (Lion). Sin duda, su trabajo es de lo más sobresaliente.

Con la inmejorable interpretación de Andrew Garfield, un joven talento que no deja indiferente y una banda sonora minimalista, Silencio encierra una reflexión sobre la fe y las atrocidades que se cometen en su nombre, sobre la religión como imposición y medio de control y sometimiento, no obstante su desenlace que pisa los terrenos moralistas.

Dirección: Martin Scorsese.

Guion: Jay Cockcs y Martin Scorsese, basado en la novela “Chinmoku” (Silencio), de Shûsaku Endô.

Reparto: Andrew Garfield (Padre Sebastião Rodrigues), Adam Driver (Padre Francisco Garupe), Liam Neeson (Padre Cristóvão Ferreira), Tadanobu Asano (intérprete), Ciarán Hinds (Padre Valignano), Shinya Tsukamoto, Yōsuke Kubozuka, Issey Ogata  y Diego Calderón.

Fotografía: Rodrigo Prieto.

País: Estados Unidos-Taiwan-México.

Año: 2016.

Género: Drama.

Duración: 160 minutos.

Clasificación: Mayores de 15 años.

Fecha de estreno en México: 24 de febrero de 2017

SILENCIO (SILENCE) SE EXHIBE EN CINÉPOLIS Y EN CINETECA NACIONAL.

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