sábado, 30 de enero de 2016

EL NIÑO (THE BOY): CAMINA CON ALGUNOS SUSTOS.

Por Julia Elena Melche.

Los juguetes asesinos o muñecos siniestros poseen sin duda un atractivo perturbador en los filmes de horror. Con su sola presencia, Chucky, el muñeco diabólico, El títere y Annabelle, provocan tensión y escalofríos en el espectador. Sus rostros imperturbables y sus ojos brillantes que parecen observar todo a su alrededor, los hace más inquietantes.

En esta tradición del género, toca el turno a El niño del estadunidense William Brent Bell, realizador de tres largometrajes de horror sobrenatural (Stay Alive, 2006; The Devil Inside, 2012 y Wer, 2013, filmesy bien recibidos por la crítica,

Lauren Cohan, de la exitosa serie televisiva “The Walking Dead”, interpreta a Greta, una chica norteamericana que viaja a un pueblito perdido de Inglaterra para trabajar como niñera del hijo de ocho años de una madura pareja adinerada, los señores Heelshire. Al conocer al niño, Greta descubre desconcertada, que se trata de un muñeco de porcelana llamado Brahms, al que los Heelshire tratan como si fuera su hijo.

La chica deberá quedarse al cuidado de Brahms, pues la pareja saldrá de viaje, y seguir al pie de la letra una serie de estrictas reglas para la atención del “hijo”, como vestirlo por la mañana, no olvidar alimentarlo, nunca dejarlo solo, no cubrir su rostro, ponerle música a alto volumen, leerle un libro y darle el beso de las buenas noches.

“Es importante que sea buena con él y él será bueno con usted”, le dice el señor Heelshire antes de partir a Greta, quien decide ignorar las recomendaciones, hasta que empieza a notar que el muñeco aparece en lugares distintos de donde ella lo dejó, sus prendas personales empiezan a desaparecer y finalmente encuentra a Brahms sentado en su cama con la lista de reglas impuestas junto a él, a manera de reclamo para que las cumpla.

El niño no evita caer en los clichés más socorridos del género, en una explotación de los recursos técnicos para crear suspenso, como los fuertes golpes de sonido para asustar por el factor sorpresa, pero no porque sean lo suficientemente terroríficos en esencia para provocar horror. No obstante, funcionan para el género así como el conjuntar y manejar con acierto los elementos que dan forma al mecanismo del terror: la enorme, misteriosa y tétrica mansión antigua, aislada de todo y en un terreno boscoso, con grandes escalinatas y un gran número de habitaciones, y donde los teléfonos celulares no funcionan. 

Por su parte, el muñeco parece estar vivo o poseído por un espíritu demoníaco, al aparecer y desaparecer sin explicación alguna, pero sin cobrar vida o deformaciones innecesarias, lo que lo hace más inquietante.

Sin embargo, luego de que se hace presente el Brahms humano, un joven de veintitantos, de personalidad sicópata y con una máscara de porcelana sucia y raspada, cual Michael Myers de Halloween, la historia decae y pierde su interés, al eliminar la “supuesta” esencia maligna del muñeco, ya que se concluye que nunca estuvo poseído por un espíritu maligno o un fantasma vengativo, supuestamente por el hijo de los Heelshire, que murió en un incendio, pero en realidad sigue vivo. Así, el muñeco deja de ser el objeto aterrador de la cinta al no tener sentido su naturaleza perversa. Su lado oscuro y carácter mágico y monstruoso se justificarían en su cometido de cobrar vida para matar, vengar o poseer a los vivos, guiado por una fuerza sobrenatural.

Se trata de un filme que adolece de un guión mal construido, con situaciones gratuitas y que prometía más con las bien seleccionadas escenas de su avance, donde la lista de las reglas se aprecia mejor. Una trama que en su desenlace deja cabos sueltos y no parece ir a ningún lado, salvo  que plantea con su secuencia final una próxima secuela y seguramente más que vendrán.

Dirección: William Brent Bell.
Reparto: Lauren Cohan (Greta Evans), Rupert Evans (Malcolm), James Russell (James), Jim Norton (El señor Heelshire), Diana Hardcastle (La señora Heelshire) y Ben Robson (Cole).
País: Estados Unidos.
Año: 2016.
Género: Terror.
Duración: 98 minutos.
Clasificación: Adolescentes y Adultos.
Fecha de estreno en México: 29 de enero de 2016.

EL NIÑO (THE BOY) SE EXHIBE EN CINÉPOLIS.

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