martes, 7 de marzo de 2017

LOGAN (LOGAN)






















Por Fabián Quezada León

En un futuro cercano (en el año 2029) en la frontera entre Estados Unidos y México, se esconde un gran secreto. Un hombre con el cerebro más poderoso que se conozca y su guardián; un cada vez más disminuido mutante, tratan de pasar desapercibidos para un poderoso grupo de fuerzas oscuras que los persiguen. Ambos están lejos de saber que su suerte se precipitará al vacío con la llegada de una misteriosa mujer quien trata por todos sus medios de salvar a una pequeña niña con capacidades “diferentes” . 
En este accidentado y veloz viaje de huída Wolverine deberá enfrentar el desafío más potente de toda su vida. Con resultados extremos.

 

 

 

Hugh Jackman ha encarnado y hecho suyo a Logan, ha crecido con él, ha madurado al personaje y ha enfrentado, en su peculiar estilo Wolverinesco, muchas turbulencias en el camino. Un mutante al que muchos verían con envidia por su amplia capacidad de regenerarse que lo hace prácticamente inmortal.

Sin embargo, y como dicen por ahí: “no hay dicha plena”, hemos podido ver, al seguirle en estos años, que esa capacidad dista mucho de ser, realmente tan fascinante como se pudiera pensar. Prevalecer, cuando todos los que te rodean mueren y seguir el camino cargando todo eso, no es tan envidiable.

 

De esta manera, siguiendo a través de los años la saga, podemos ver como Logan comienza a ponerse hasta las orejas de sobrevivir una y otra y otra vez; lo que va formado en él una irreprimible sed de aislarse y terminar de una vez por todas con su interminable existencia. 

 

Logan, nunca se caracterizó por su sociabilidad extrema y esa vida solitaria no le caía nada mal. Pero lejos estaba de suponer que justo cuando el camino parecía finalmente conducirlo a lo que había venido deseando, encontraría sorpresivamente, mas de una razón para desear más que nunca, poder “quedarse otro rato”. Pero la llamada al telón final se ha dado. No más “encores” para Logan… Por el momento.

 

El clima del desierto la frontera (a la que no le colocaron aún un muro) y la desolación de una sociedad distópica, junto con la lucha para sobrevivir en medio de una polvorienta huída con los captores aullando a pocos centímetros de distancia, son las notas prevalecientes en esta última entrega de la diáda dirigida por Mangold dedicada a Wolverine y como llamada final no deja decepción, porque conjuntamente a que hay algo de tenebroso y alucinante en seguir la desesperada ruta de un animal herido, al unísono se presenta en contraflujo no solo la historia de la víctima sino la del cazador y el cómo,  sin importar lo magnífico que la presa sea, las mañas humanas para capturar y destruir a la presa son efectivamente escalofriantes.

 

La historia posee muchos elementos que refractan las líneas argumentales y que golpean generadores de nuevas historias con nuevos personajes. Además de contener ese filoso sentido del humor desata secuencias de violencia descomunal como aperitivo para cualquier  seguidor del género.

 

Es como contemplar finales alucinantes de un universo del comic para en seguida ver como de los fragmentos se crean nuevas historias que comienzan a expandirse de una forma completamente orgánica, violenta y brillante como una supernova.

 

Y la fuerza del eje central de la trama, un Wolverine no solamente atormentado sino desvaneciéndose víctima de su  propio poder, es completamente atrapante porque involucra no únicamente la capacidad de introducirse por medio del guión en mundos de ciencia ficción, sino también hundirse en las entrañas del tejido psicológico y sentimental de alguien que, aunque no sea precisamente humano, está lo suficientemente involucrado con eso

 

De forma tal que no marca ninguna diferencia con los enfrentamientos internos que pueda sufrir el espectador, sobre todo si se piensa en el compromiso de ceder un legado, aceptando que si bien la naturaleza marcaría ciertas características poco “apreciadas” socialmente, (como ser un asesino por naturaleza)  siempre se puede prevalecer sobre ellas. El llamado “salvaje y sanguinario” estará siempre ahí, pero no por fuerza se deben presentar excusas para seguirlo; sino



que por encima puede hacerse prevalecer la razón. Y si no, que lo confronten con la referencia a “Shane

 

Entonces, la historia se construye para enganchar tanto a los fans de la saga de los X Men (con innumerables gags en la trama) como para los que “no son tan fans” pero que van a ver la película por otros diversos motivos. 

 

Obviamente el “axis mundi” de la narración es Jackman/Logan, sin embargo existen otros importantes acontecimientos a lo largo de la película que van a dejar en shock a propios y extraños relacionados con el apreciable Profesor Charles X.   


Reuniendo elementos en el guión para generar nuevas tramas, en los que el sentido de pertenencia a una familia, sea como sea,  está más que visible,  Scott Frank, Mangold y Michael Green dan el rol principal en este nuevo clan a una intensa Laura (Keen) y a otros niños que han sido concebidos como mutantes “artificiales” por “Transigen” una poderosa compañía dirigida por el maligno Dr. Rice (Grant) que tiene a sus esbirros al mando de Donald Pierce (Holbrook) persiguiendo sin tregua a los infantes y por ello las criaturas deben refugiarse fuera de suelo norteamericano para sobrevivir.
Los efectos como de costumbre son espectaculares en las persecuciones y escenas de acción, adicionadas por la tensión de ver como poco a poco Logan puede ir perdiendo las batallas, en medio de escenas con altas dosis de violencia. (por ello la inusual clasificación C para una cinta de la saga de X Men)

Director: James Mangold
Reparto: Hugh Jackman, Patrick Stewart, Boyd Holbrook, Stephen Merchant, Richard E. Grant, Eriq La Salle, Elise Neal, Elizabeth Rodriguez, Dafne Keen, Doris Morgado, Quincy Fouse
Año: 2017
País: Estados Unidos
Género: Ciencia Ficción, Aventuras,
Duración: 137 min
Clasificación Solo adultos (Violencia Fantástica)

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