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Por
Fabián Quezada León
Los medio hermanos Foster: Andrew (Eastwood) y Garrett (Thorp) tienen una profesión exótica y
peligrosa, roban autos de lujo de colección. Uno de sus “trabajos” los llevará
a Francia, a Marsella para ser exactos, acompañados de Stephanie (De Armas) la novia de Andrew. Sin saber en lo que se
meten, roban un Bugatti Type 57 de 1937
que acaba de ser comprado en una subasta por Morier (Abkarian) un gangster de
Marsella, quien de inmediato va sobre ellos. Para quitárselo de encima le
proponen hacerle un trabajito y robar
para él un Ferrari 250 GTO 1962 de la colección de su archienemigo Klemp (Schick)
un alemán bastante rudo.
A ver,
empecemos por el principio, ha quedado claro que las películas de autos y
torque han sido un éxito desde hace años con la serie de Fast and The Furious y
con el suceso de Baby Driver este año. Y desde luego a partir de esos elementos:
Autos, chicas y carreras, se ha
desplegado un infinito de “variaciones sobre un tema”o "vamos a copiar que nadie se opone"
Qué
puede hacer a La Gran Fuga distinto? Básicamente, si somos francos, nada. Es
una película cien por cien palomera diseñada para ver exquisitos modelos de
autos fotografiados lujosamente en el escenario mágico de las carreteras de Marsella.
Y no es por demeritar las producciones Estadounidenses ubicadas en Norteamérica
o “#casicualqueirlugardelmundo, pero hay algo definitivamente llamativo en los
escenarios europeos; simplemente desarrollar la trama en ellos les da un sabor diferente.
Así sucede con La Gran Fuga, es difícil escapar a lo terriblemente fashion que puede ser para los protagónicos, que
además son jóvenes y guapos, colocarlos simplemente en la playa o en una plaza;
parecen un shooting de revista de modas. Definitivamente Ana de Armas es la más nueva versión
de un monumento a la belleza sexy y perversa.
Obviamente
la cinta además de la clara referencia a la saga de Rápido y Furioso, (a la que
tanto los escritores como Eastwood han estado ligados) está sostenida por la
presencia de los “hermanos Foster” (Eastwood y Thorp) y su casi threesome
con De Armas, además de los múltiples autos clásicos, dignos de la colección de El Sultán de Brunei.
La
trama es intrascendente y obvia hasta lo básico, hay que lucir los autos,
rodearlos de un falso clima de “intriga internacional bañada en poder
proveniente del lado oscuro” y el tema está hecho.
Pero eso sí, dándole un matiz “chic”, provocar algunas persecuciones a gran velocidad con espectaculares choques,
tener algunas líneas de diálogo de “hazlo o te mueres” o el favorito de todos los tiempos: "este es mi último trabajo y me
salgo”, agrega algunas peleas a golpes para sacar el lado “macho” y desde luego también
los bonitos "momentos de pasarela" para lucir rostro y cuerpazo.
La
diferencia en el renglón valores de la película, más que en el trabajo de Negret, apunta
en dirección a la producción de Morel y su larga experiencia con Luc Besson además de su trabajo en la
factura de Thrillers, así que tiene bien definido el público que busca y el tono
“diversión pura” a base de velocidad y autos y la absoluta certeza de que aunque no se tenga un guión,
ni siquiera medianamente inteligente, se pueda seguir siendo divertido. (No, no
vas a encontrar la respuesta a las preguntas de la existencia en esta película, pero
vas a pasarla bien…)
Si no
hay mucha historia (o al menos no muy bien construida
y muy austeramente
escrita) Qué vas a encontrar aquí? Preciosos Autos clásicos, vistas panorámicas
de Marsella y sus alrededores con carreteras demenciales, de esas que han sido
un sueño para cada niño que jugaba con sus Hot Wheels: caminos angostos, precipicios,
mar, montaña y autopistas bifurcadas que atraviesan túneles, todo para correr modelos que son una finísima muestra
de la excelencia automotriz.
Dos
prototipos del macho-man moderno: seductores, con sentido del humor retorcido, cínicos
y despreocupados, con inclinaciones a la fiesta, al sexo y a meter todas las
revoluciones que pueda dar el motor en una pisada de acelerador.
Dos
chicas fanáticas de los autos, sexys, pero deseosas de representar a la mujer
empoderada: que roba coches y puede ser “ruda y ambiciosa” aunque luzca fenomenal en bikini, quiera casarse
y además (maravilla!) no hay que preocuparse si sabe usar un arma o por si sabe
cambiar una llanta.
Obviamente
los “malos” son un compendio aumentado de los clásicos villanos poderosos;
podrían ser la versión oscura y no científica de “La malvada garra siniestra”
de “Los Peligros de Penélope”: Son insensibles,
con acentos exagerados, viven en mansiones/fortalezas, poseen capacidad ilimitada
para hacer cosas malas y se jactan de relatarlo. Pero lo mejor de todo: tienen
el suficiente desparpajo para cambiar de bando según sus malévolos intereses sin justificación alguna, (privilegios del poder, ya te digo).
Todo
esto transita en medio de una trama donde no hay que hacer el menor
esfuerzo para entender que todo sucederá según las predicciones dadas en los
cinco primeros minutos de la historia, eso sí con menos acción que la que se
habría visto en cualquiera de los copycats de Fast And The Furious.
La Gran
Fuga, al final de cuentas es como un lustroso catálogo de alguna tienda departamental exclusiva: lindas fotos, autos de lujo, bellas modelos que recrean la pupila…
Te entretiene. Pero al acabar de verlo se cierra la cuarta de forros. Quedan
algunas imágenes bellas en la retina… pero a ciencia cierta, el contenido ya se
ha olvidado.
DirectorAntonio
Negret
Reparto: Ana de Armas, Scott
Eastwood, Gaia Weiss, Clemens
Schick, Freddie Thorp
País:
Francia, Bélgica, Estados Unidos
Año: 2017
Género: Acción aventura
Duración: 1 hr 33 min
Clasificación: Mayores de 13
Fecha
de estreno en México: 24 de noviembre de 2017
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