viernes, 27 de septiembre de 2019

MIDSOMMAR EL TERROR NO ESPERA LA NOCHE (MIDSOMMAR)



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Por David Domínguez

Llega a carteleras la segunda película del afamado director Ari Aster que tras su laureada Hereditary viene con una nueva propuesta terrorífica: Midsommar. La historia gira en torno de un grupo de jóvenes que deciden pasar un verano en una antigua y extraña comunidad en Suecia. Con un reparto que cuenta con Florence PughJack Reynor y William Jackson Harper entre otros, Midsommar aspira a convertirse en una de las destacadas del año.


El «Elevated Horror» en el punto de mira

Poco después del estreno de su película debut Hereditary, Ari Aster nos sorprendía con la noticia del rodaje en Hungría de lo que sería su segundo largometraje y que respondía al enigmático título de Midsommar

Antes de empezar con la crítica de la película, deberíamos recordar la polémica que levantó Aster con   Hereditary. Una polémica que comenzó más bien con ciertos sectores de la crítica más especializada e intelectualoide que tildó a la primera película del director norteamericano como Elevated Horror.

Levantando pues ampollas entre la crítica especializada en el terror que se sentía atacada por el siempre eterno y absurdo debate de si el cine de terror  es de baja calidad y de simple usar y tirar. Un debate que influyó en numerosas críticas desprestigiando a la magnífica película con el argumento de que era un drama con toques de terror.  

Un absurdo total, el propio Aster comentaba que Hereditary era una genuina película de terror. Un comentario que se complementa con el estreno de Midsommar, de nuevo una película de terror pero en otro ambiente, otros dramas, otros terrores y por supuesto, nuevos horizontes que descubrir.

 

Luz que deslumbra

Con un frío y desgarrador prólogo, Aster nos atrapa desde el comienzo en una historia pesadillesca, llena de dolor y de pesimismo. Nuestra protagonista Dani (Florence Pugh) es una joven que tras sufrir una dramática perdida decide irse con su novio Christian (Jack Reynor) y unos amigos a una pequeña comunidad antiquísima que vive en Suecia y que celebran una festividad muy especial cada 90 años. 

Un viaje que nos transmite una sensación de desasosiego desde el primer momento ya que la película capta perfectamente la esencia más pura de los dramas cotidianos. Relaciones sentimentales que se enturbian hasta el punto de que la relación de Dani y Christian sea una especie de tránsito a la nada, personajes que se mueven por la fuerza que ejercen los otros.

Esta pesadilla es contrarrestada instantáneamente con el aparente ambiente luminoso de Suecia. Uno de los puntos fuertes del film es esta luminosidad que no nos abandona durante todo el metraje ya que en Suecia durante el verano apenas hay horas de oscuridad. 

El resultado producido es probablemente la película más terrorífica con menos oscuridad de la historia. Una luz perpetua que parece no agonizar por la comunidad que da la bienvenida a nuestros protagonistas. Una comunidad que parece estancada en el tiempo, que sigue los antiguos rituales escandinavos, el ciclo de la vida, el eterno retorno, es decir, todo gira en torno al sol, a la luz.

 

El viaje a ninguna parte

Otro de los factores que acentúan esta sensación de pesadilla de la película es el uso de psicotrópicos en la película. Aster capta a la perfección eso que comúnmente llamamos un “mal viaje” gracias a un uso interesante de efectos visuales y sobre todo sonoros que es uno de los aspectos más perfectos del film. A partir de este momento la película va siendo más extraña por momentos. 

¿Qué es esta comunidad que vive apartada de la civilización en pleno mundo occidental? ¿Por qué parece que estén alejados del tiempo del espacio? Y la pregunta más importante que llega hacerse la propia Dani ¿Qué pintamos nosotros en esto?
Claro que esta comunidad es el eje central en el que se desarrolla el metraje. El diseño artístico es increíble, dotando a esta comunidad con una identidad clara que se ve a través de las vestimentas, viviendas, pinturas, muebles e incluso paisaje y a su vez, transmitiéndonos cierta idea de individualidad en los miembros. 

Observamos en Aster una especie de maníaco de la perfección en lo que intrahistoria de la película se refiere. Y es que no para de contarnos o insinuarnos aspectos de esta comunidad a través de un gran número de pinturas, grabados o danzas.

Además no debemos olvidarnos de los momentos más sangrientos e impactantes del film. Aster, como un artesano italiano, no quita el objetivo de la escena sangrienta, es más lo paraliza y lo alarga, para que el espectador no pueda apartar la mirada. Un rasgo que hace que el espectador tienda a la risa en alguna ocasión por lo grotesco de la imagen.

 

Lo extraño y lo espeluznante de Midsommar

En Midommar Aster continua con una serie de rasgos estilísticos que comenzó a usar en Hereditary. Uno de estas características que más llama la atención es la capacidad barroca que tiene de llenar siempre el encuadre con pequeños detalles, por ejemplo, en una conversación entre dos personajes vemos escenas de la secta de fondo: cantando, bailando, o simplemente haciendo cosas raras. Puede que Ari Aster sea de los directores que mejor sepan plasmar en pantalla aquello que Max Fisher llama “lo extraño” en su obligado ensayo Lo raro y espeluznante (Alpha Decay).

Es decir, proyecta un tipo de imágenes que nos ponen los pelos de punta ya que son imágenes que se podrían dar en la vida cotidiana pero que nos da la sensación de que algo no debería estar allí. 


Esos planos lejanos de gente mirándonos y pareciendo balbucear palabras inteligibles, unos cambios de localización tan drásticos que nos transporta a una esfera onírica, la bondad y la tranquilidad como sentimientos engañosos e inquietantes…

Puede que al espectador que no le gustase demasiado Hereditary se eche definitivamente atrás con esta segunda película. Es cierto que Aster pueda pecar de pretencioso en un nivel referencial y de influencia, pero al adentrarnos en su cine solo podemos encontrar una normalidad paralizante en cotidianidad del drama y del trauma. 

Hacía mucho que no veíamos una película tan exagerada que puede llegar al ridículo. 
 Midsommar tiene algo de catártico, de teatro clásico en el que el drama era épico y la comedia visceral en una historia que habla de la vida y la muerte, del eterno ciclo que es la existencia.

 

Conclusión

Midsommar es la película que establece a Aster como uno de los mejores directores de esta década que estamos por terminar. Estamos ante una película sin complejos: dramática, desternillante, visceral pero sobre todo es una película de terror con un autor detrás. Midsommar es una experiencia que hay que vivir al menos una vez, aunque desde una perspectiva personal, no aguanto esperar el momento de volver a verla.

Dirección: Ari Aster
Reparto:
Florence Pugh (Ari Aster)
Jack Reynor (Christian)
Will Poulter (Josh)
William Jackson Harper (Mark)
Henrik Norlen (Ulf)
Vilhelm Blomgren (Pelle)
Isabelle Grill (Maja)
Año: 2019
País:
 Estados Unidos
Género: Terror. Drama
Duración: 140 minutos
Clasificación: Mayores de 18
Guion: Ari Aster
Fotografía: Pawel Pogorzelski
Música: Bobby Krlic





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