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Por: Miguel Ángel Romero
Ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Cine en Cannes, Capernaum
(“Caos”), una nueva cinta de Nadine Labaki acerca del viaje de Zain, (Zain al
Rafeea), un ingenioso y osado niño de doce años en Líbano que sobrevive a los
peligros de las calles de la ciudad gracias a su perspicacia. El chico huye de
sus padres y ayuda a una refugiada Etiope, Rahil (Yordanos Shiferaw) y a su
bebé, Yonas (Boluwatife Treasure Bankole). Acusado de un crimen, es apresado.
Pero desde su situación, logra reivindicar sus derechos, llevándolos a la
corte y demandando a sus padres por el “crimen” de haberle dado vida.
El filme ha sido dirigido por la realizadora libanesa Nadine Labaki. Una clara
denuncia hacia la situación que sucede en su propio país de procedencia, a
través de la dura vida de un niño. La cinta ha sido muy aclamada por públicos y
jurados de todo el mundo y ha conseguido la nominación al Oscar a mejor
película de habla no inglesa.
Premios Festival de Cannes: Premio del Jurado, Sección oficial a concurso (2018)
Premios Oscar: Nominada a mejor película de habla no inglesa (2018)
Globos de Oro: Nominada a mejor película de habla no inglesa (2018) Premios BAFTA: Nominada a mejor película en habla no inglesa (2018) Critics Choice Awards: Nominada a mejor película de habla no inglesa (2018)
Asociación de Críticos de Chicago: Nominada a mejor película extranjera (2018)
British Independent Film Awards: Nominada a mejor película internacional (2018)
Premios César: Nominada a Mejor película extranjera (2018)
Un ejercicio magistral de interpretación Labaki está paseando por medio mundo a Zain Al Rafeea, el joven actor sirio que
ofrece una lección magistral de interpretación pese a su corta edad. Su
personaje emociona hasta a las personas más impasibles, viviendo un maltrato
hacia su propio individuo que roza lo excesivo. Aún así, la directora con alta
probabilidad es bastante delicada con respecto a lo que sucede en verdad en
Oriente.
Si bien es cierto que el filme sí que está siendo bastante laureado
entre la crítica especializada, es sorprendente que el nombre del joven actor
resuene tan poco fuera de los círculos cinematográficos más especializados.
Este hecho ocurre al igual con otros papeles en películas internacionales de
2018, como el del actor Victor Polster en el filme belga Girl. Hay que seguir
luchando porque el cine internacional importe más que el de un único país.
Otra interpretación sublime es la de Yordanos Shiferaw, la actriz etíope cuyo
personaje es conmovedor, en la búsqueda de una vida mejor fuera de su país de
origen, y está lleno de complejidades. La relación creada entre ella, Zain y su
propio hijo señala que a veces las familias no son sólo las personas de sangre
directa, como muy bien demostraba este año también la japonesa Un asunto de
familia.
Líbano y los problemas sociales Labaki es valiente retratando la realidad de Líbano en el contexto de Oriente
Próximo, un país anclado en el pasado. A pesar de que precisamente ha creado
polémicas por su posible sensiblería fácil o el maltrato constante hacia los
personajes, el filme sólo representa la molesta situación de mucha gente que
gran parte de Occidente no quiere ver.
Pese a lo complicado de mostrar las miserias de un país en subdesarrollo, la
realizadora libanesa intenta exculpar a su población de ciertos actos. La
sociedad se ve empujada a ser como es debido a su forma de criarse.
De igual
manera, refleja multitud de denuncias sociales que las ONGs mundiales y muchos
organismos vienen denunciando durante décadas. Entre estas nos encontramos los
matrimonios concertados con menores de edad, la falta de escolarización, la
explotación infantil, la violencia, las drogas, las trata de esclavos, la
inmigración ilegal, las condiciones infrahumanas de vida… Verdades muy crueles
mostradas al milímetro y que incomodan a muchas personas, que prefieren seguir
cegadas ante lo que sucede.
Cafarnaúm está intrínsecamente ligada al drama de las guerras y de las
cárceles. La sociedad libanesa vive sumida en un bucle de autodestrucción
aupada por décadas de violencia en el país. Una vida con la que los ciudadanos
se han criado durante su infancia y juventud. Niños que ahora son adultos pero
postergan sus aprendizajes en sus propios hijos.
Pena y gloria Pese a que la película está ganando mucho reconocimiento en festivales, premios
y tiene una opinión profesional internacional favorable, es fácil escuchar
críticas que la acusan de pornografía emocional.
Si bien es cierto que Labaki
castiga a los personajes hasta el extremo, no deja de ser la propia realidad
que ella misma ha vivido. Un filme de denuncia necesario, hecho por una mujer y
exigiendo el derecho de la defensa de la infancia, de las féminas y de los
inmigrantes en Líbano.
La película fue presentada con largos aplausos entre los asistentes del pasado
Festival de Cannes. De la misma manera, la cinta fue muy laureada en el
Festival de San Sebastián, donde se quedó a una décima de conseguir el premio
de público, que finalmente recayó en Un día más con vida.
Posteriormente, Cafarnaúm ha sido nominada a diversos premios internacionales,
como los Oscars, los Globos de Oro, los Bafta...
Si bien es cierto que este año
el cine de Europa, Asia y Latinoamérica ha sido muy bueno y películas como Cold
War, Roma o La Favorita están cosechando todo el éxito internacional. No
obstante, la directora oriental sitúa el cine de Líbano una vez más en el ojo
internacional gracias a Cafarnaúm, con una mezcla de crítica social, realismo
dramático y lucha por los derechos sociales.
Libreto oriental efectista No se puede pasar por alto la excepcional fotografía del filme, basada en un
toque verosímil en todo momento, así como la música con ritmos orientales y
protagonista también en todo el largometraje.
No es la primera vez que Labaki
goza de tanta fama, pues el éxito la precede con ¿Y ahora adónde vamos? y
Caramel. Este filme se produce bajo la producción de su marido Khaled Mouzanar,
que aparte se encarga de la música.
El dramatismo de Cafarnaúm hace que la longitud de la cinta de 120 minutos
pueda llegar a resultar pesada en algún momento. Sin embargo, el desarrollo de
la misma funciona a la perfección, llevando al espectador donde la misma Labaki
quiere. Esto hace que en los momentos álgidos sea imposible no sentir pena e
incluso derramar alguna lágrima. Salir deprimido y pensativo del
visionado no es una opción. Este mezcla de sentimientos sólo lo consiguen las
grandes películas.
Conclusión Cafarnaúm es una cinta real, cuidada, crítica y que denuncia cómo es la dura
infancia de los niños y las niñas en Líbano: las condiciones de vida, la
violencia, el trato a la inmigración… Nadine Labaki dirige excepcionalmente una
vez más una cinta donde da a conocer a dos sublimes actores: el joven sirio
Zain Al Rafeea y la etíope Yordanos Shiferaw.
Pese a que algunos se han mostrado críticos por su excesividad, el filme es
enternecedor, efectivo y necesario. ¿El resultado? Multitud de premios y
reconocimientos y entrar en la lista de las mejores películas de Oriente
Próximo de las últimas décadas, coronada por directores como el iraní Asghar
Farhadi y poca presencia aún de mujeres. Sin duda, la realizadora libanesa aún
tiene muchos más regalos que ofrecernos, pues ya nos lo ha demostrado con su
corta pero fructífera carrera.
Directora: Nadine Labaki
Reparto:
Zain Al Rafeea (Zain)
Yordanos Shiferaw (Rahil)
Boluwatife Treasure Bankole (Yonas)
Kawsar Al Haddad (Souad, la madre)
Fadi Yousef (Selim, el padre)
Haita ‘Cedra’ Izzam (Sahar, la hermana)
Alaa Chouchnieh (Aspro)
Nour El Husseini (Assaad)
Nadine Labaki (Nadine)
Año: 2018
País: Líbano
Género: Drama. Pobreza.
Duración: 120 min.
Clasificación: Mayores de 15
Guion: Nadine Labaki (Historia: Labaki Jihad Hojeily)
Música: Khaled Mouzanar
Fotografía: Christopher Aoun
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