viernes, 4 de octubre de 2019

GUASÓN (JOKER)



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Por Fabián Quezada León 

Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) es un hombre que trata de encajar en el desquiciado mundo de Ciudad Gótica con una personalidad fracturada, Arthur intenta sobrevivir como payaso de renta en el día, pero su sueño es ser comediante de stand up en las noches, pero él simplemente no logra hacer reír de sus chistes, sino de él mismo. Arthur también sufre de una condición especial que lo mantiene vagando entre la sanidad y la locura hasta que, empujado por el destino, las circunstancias y el quiebre psicológico, Arthur se hunde en el camino donde no hay retorno.

La violenta mueca de sonrisa del Pathos.

Según los cánones tradicionales, el pathos (los sentimientos) es, junto con el logos y el ethos (la lógica y la credibilidad) lo que forma el triángulo de la retórica aristotélica y son los tres dominios de la persuasión. 

 
El pathos también se identifica con la creatividad, los valores del oyente y el sentimentalismo desbordado. Es por ello que la construcción de Guasón posee, en cierto sentido, un fuerte acento en este modelo de persuasión.  

 

Todd Phillips y Scott Silver plantean en el guion "el origen de la locura" de una manera tan sutil como profunda y contundente. Que al momento cimbra, pero aunque se le niegue deja su raíz clavada en la conciencia del espectador.

 

¿Por qué? Porque de una manera absolutamente certera usan el sentimiento para implicar al público y hacer la introducción de este personaje controversial. Arthur confiesa que "lo único que tiene son sentimientos terribles" y en ese vehículo lleva su vida, creyendo que es un drama (hondo y absoluto) el que si lo colocamos en un círculo,  es tan grande y tan absurdo que llega a chocar con la comedia y él mismo lo reconoce; "creía que era drama, pero resultó una comedia". Una sobrecarga de Pathos con todo lo que ello conlleva.

La esfinge de Phoenix

Phoenix (Puro Vicio, Her, Gladiador, En Realidad Nunca Estuviste aquí, No te preocupes, no llegará lejos a pie, 8 mm)  es un actor que ha dado muestras de su profundidad interpretativa  con personajes fuertes y que no han estado exentos de un lado profundamente doloroso, casi patético.
Ahora lleva esas experiencias a un extremo que nunca había alcanzado y lo plasma, directo y sin escalas, en este hombre al que se le aniquila rutinariamente en el día a día, en todos los aspectos imaginables.
 

El descenso en picada hacia el abismo de la psicosis va trazando cada gesto de Arthur, cada movimiento, cada risa histérica, cada alucinación, enredándolo más y más.
 
Es singular el hecho de que, vagando hondamente en los límites de la locura,  Phillips logra sacar a la luz tantas lacerantes verdades sobre la vida moderna: la indiferencia, la soledad, el abandono, la burla y el alejamiento de lo que se desdeña por inusual o enfermo, pero a lo que no se ofrece solución. Al contrario, se recorta presupuestalmente… la marginalidad no es redituable.
 
Anda, Pon una cara felizGuasón no es cualquier personaje, pero siempre había existido en el celuloide del universo DC ligado a su némesis: “Batman” (hasta en la película de Lego hay ese lazo) de forma tal que hemos visto al personaje pasar por diversos  actores: desde Nicholson hasta Leto y es proverbial que la fuerza de su demencia arrastra a sus intérpretes. 
Pero hasta ahora esa demencia encuentra un génesis y nace ante nuestros ojos, llamándonos por el pathos, a la conmiseración.
Y no es porque se defienda la brutalidad a la que llega Guasón, sino que se le da una plataforma para comprender lo insano que es su mente y el enorme drama que lo llevó ahí, uno de los lugares más tenebrosos y oscuros del universo cinematográfico, porque está tan cercano a la frontera de lo real, que desde la dimensión “afuera del universo del comic” se alcanzan a vislumbrar perfectamente las sórdidas y violentas luces de Ciudad Gótica… eso es demasiado inquietante,   ¿Cómo saber dónde acaban las fronteras entre ellas?

Viviendo en la ciudad perdida.
Arthur no es un demonio salido del infierno, al menos no del todo. Se hace cargo de su madre senil: Penny (Frances Conroy) quien lo llama “cariñosamente” (¿?) “Happy” y es su única fan.
 
Sin embargo, Arthur  tiene mortecinos sueños de ser comediante, tan deslavados como el escenario en el que intenta presentarse, tan sórdidos como un payaso famélico que, con grandes zapatos, trata inútilmente de alcanzar a una banda de delincuentes en una carrera patética. 
Arthur, nos queda claro,  está en el filo del drama y la comedia. Un filo agudo y que puede cortar hasta el hueso, o transformarse en un revolver para dispararse sobre la sien de alguien.

Send in the clowns.
Arthur está roto en muchas partes, sus fragmentos no encajan, sus fragmentos lo hieren porque  la suma de ellos no pertenece a ninguna realidad. No tiene nada completo. 
No tiene nada, ni siquiera su admiración por Murray Franklin (Robert De Niro) un superficial conductor de programa de entrevistas nocturno. Porque su ídolo, indiferente a lo que Arthur sienta por él, solo lo acaba utilizando sin saber a lo que se está metiendo, ni siquiera cuando Arthur le pide que lo presente como: "El Guasón” . El resultado solo lo sabrás viendo la película.


 
El rey ha muerto, larga vida al rey.
El doloroso camino en el que Arthur ve nacer a Guasón concentra toda la oscura enfermedad, la violencia, el error y el terror. Arthur mismo queda atónito, incapaz de entender eso que acaba de sucederle; sin saber de qué forma acercarse a la experiencia, pero sintiendo que las cosas dieron un giro, un giro demencial que se transforma en su única armadura contra la vida. ¿Es ética? ¿Es sana?… No. ¿Es espeluznante?, sí.  Es un refugio psicótico para alguien que cayó demasiado hondo en la realidad de la locura, aunque materialmente sea un peligro latente para todos los demás.

Conclusiones.

Guasón es la quintaescencia de un morador del subsuelo de Ciudad Gótica, un marginal absoluto que maneja en sus manos toda la tragedia de su existencia, con la exaltada demencia de una Norma Desmond bajando la escalera, sintiéndose lleno de gloria y gracia, víctima de un éxtasis delirante: “You see, this is my life. It always will be. There’s nothing else. Just us, the cameras, and those wonderful people out there in the dark!… All right, Mr. DeMille, I’m ready for my close-up” (Sunset Boulevard. Billy Wilder, Charles Brackett, 1950) 
Premios:
León de Oro en el Festival Internacional de cine de Venecia 2019 

Director: Todd Phillips
Reparto:
Joaquin Phoenix (Arthur Fleck / Joker)
Zazie Beetz (Sophie Dumond)
Robert de Niro (Murray Franklin)
Brett Cullen (Thomas Wayne)
Frances Conroy (Penny Fleck)
Douglas Hodge (Alfred Pennyworth)
Shea Whigham (Detective Burke de GCPD)
Bill Camp (Detective Garrity de GCPD)
Dante Pereira-Olson (Bruce Wayne)
Carrie Louise Putrello (Martha Wayne)
Leigh Gill (Gary)
Sondra James (Doctora Sally)

País: Estados Unidos, Canadá
Año: 2019
Género: Drama, Comic, Thriller, Crimen,
Duración: 121min
Clasificación: Mayores de 15. Fuerte violencia psicológica y gráfica, lenguaje obsceno, breves imágenes con contenido sexual.
Guion: Todd Phillips y Scott Silver
Cinematografía: Lawrence Sher
Editor: Jeff Groth
Compositor: Hildur Guðnadóttir
Diseño de producción: Mark Friedberg
Diseño de vestuario: Mark Bridges
Fecha de estreno en México: 4 de octubre 2019

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