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Aladdín, la
adaptación de acción real del clásico animado de Disney de 1992, es la historia
del encantador joven callejero Aladdín, la valiente y decidida Princesa Jasmín
y el Genio, que puede ser la clave de su futuro. Aladdín está dirigida por Guy
Ritchie (Sherlock Holmes, The Man from
U.N.C.L.E.), y está escrita por John August (Dark Shadows, Big Fish) y Ritchie, basada en Aladdín de Disney.
La
película es protagonizada por: Will Smith (Ali,
Hombres de negro) como el gran Genio; Mena Massoud (Tom Clancy’s Jack Ryan) como Aladdín, Naomi Scott (Power Rangers) como la Princesa Jasmín,
Marwan Kenzari (Murder on the Orient
Express) como Jafar, Navid Negahban (Homeland)
como el Sultán; Nasim Pedrad (Saturday
Night Live) como Dalia, la mejor amiga y confidente de Jasmín; Billy
Magnussen (En el Bosque) como el
Príncipe Anders; y Numan Acar (The Great
Wall) en el rol de Hakim, la mano derecha de Jafar y capitán de los
guardias del palacio.
Sí, es
una moda esto de los remakes de Disney con acción
en vivo… y no todos han sido afortunados, recientemente tuvimos a Dumbo…
Ahora llega Aladdin, que fuera una de las cintas que marcó un punto dentro de
las animaciones de Disney en su momento (1992) haciendo la correspondiente
mención aparte del Genio, cuya voz pertenecía a Robin Williams, que se colocó
como uno de los personajes coprotagónicos más populares y queridos de todos los
tiempos.
Después
de todos estos años, Disney se lanza a realizar una super producción “en vivo” de este clásico y
aunque la historia sigue siendo fascinante, encantadora, mágica (porque es una
buena historia y sus personajes son seductores y bien definidos) La producción
es buena y los efectos especiales decentes, (la mayoría).
Guy Ritchie quien
tiene una verdadera pasión por la acción da un giro inesperado al musical.
Will Smith se enfrenta a un gran reto, mejorar la impresión del Genio de
Williams… en lo cual, Will es bueno, es diferente, tal vez demasiado
humano…pero no superior. Los protagonistas románticos tienen química y cantan
bien… pero cantan demasiado.
Mena Massoud es un Aladdin aceptable no es un estupendo cantante pero, se defiende,
tal vez bajo en nivel de “sinvergüenza” pero lleva el rol.
La que se lleva las
palmas es Naomi Scott, la británica es una muy buena cantante, es altiva
cuando se necesita y accesible cuando
debe serlo; recoge muy bien la idea del empoderamiento y ejecuta en su canción “Speechless,”
una firme declaratoria que embona
perfectamente con el soundtrack original.
La
adaptación a los políticamente correctos tiempos que inundan las pantallas y en
especial a la casa de Mickey son abrumadoras en Aladdin; por qué? Porque en ese
afán de limpieza de posibles ofensas y prevención de demandas, las historias
personales de los personajes se modifican y ahora se cae en nuevas
perspectivas
desconocidas en la historia original, que era más sencilla y con más “errores políticos” pero que era la de toda la
vida. No spoileare en qué se basa esto, pero afecta singularmente a Jasmin
y a las pretensiones de Yafar. (el personaje más flojo de toda la trama,
tristemente)
El revival de las canciones ya conocidas (y suficientes) de la primera versión no superan a sus antecesoras, por un lado se detectan como una
añadidura, y por el otro son demasiadas. Eso se complica al llevarlas a la
pantalla en acción básicamente porque
las posibilidades, la flexibilidad y edición de las imágenes de la versión
animada son mucho
más juguetonas/irónicas que las reales y los recursos de la animada creativamente son
superiores, (en especial en las canciones del Genio donde en la versión del 92
se dio la absoluta libertad a Williams de improvisar, que derrocha en
“Un amigo
como yo” y en “Príncipe Alí” ) además la primera tenía en su favor que no
conocíamos nada de cómo iban a tratar la historia, ahora ya lo sabemos. Con lo
que no contábamos era con que se le añadirían más y más canciones.
Y aunque
esta no deja de tener sus aciertos, el encanto de la primera sigue vivo. Se
puede sentir la escuela de Ritchie en esta obra? No. Y aunque eso podría ser
una muestra de versatilidad, muchos esperabamos una dosis de esa ironía y
acción que lo han caracterizado, en momentos da la sensación de que tal vez no
era precisamente el adecuado para el mundo Disney, aunque la entrada en
taquilla en el fin de semana de apertura lo decidirá.
Por Fabián Quezada León
Bienvenidos a la moda de “peleando con
gigantes”
Buena,
pero no superior.
De: “El
miedo al qué dirán y el empoderamiento”…
Cuál quiere que le cante?
Ritchie,
la mano que no meció la cuna … lo suficiente
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