BRIGHTBURN: HIJO DE LA OSCURIDAD (BRIGHTBURN)

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Por Fabián Quezada León

De qué se trata?
En el pacífico pueblecito de Brightburn que está en Kansas medio de la nada, vive una pareja: Tory (Elizabeth Banks) y Kyle Breyer (David Denman). Aparentemente nada les falta, se aman y son felices, pero quieren ser padres. Desgraciadamente su sueño se ha visto frustrado, aunque ellos siguen pidiendo a Dios, al cielo, al universo o… a quién sea  que escuche sus súplicas y puedan tener un hijo.

Bueno, eso de desear y pedir, a veces rinde frutos…  poco certeros.

Un buen día, al más puro estilo de super héroes provenientes de otros planetas aterriza en el bosque contiguo una nave con… adivina? Un bebé! al que Tory y Kyle deciden adoptar y llamar Brandon. El muchachito en cuestión parece un niño normal, eso sí algo tímido y reservado pero… aparentemente normal, (fuera de su enorme inteligencia). Cuando entra en la adolescencia Brandon (Jackson A. Dunn) comienza a tener no solo los inminentes cambios hormonales… también se revela dentro de él un poder indescriptible y perfectamente maligno. Confundido por lo que le pasa y sin poder dominar sus recién descubiertos poderes, Brandon se dejará caer profundamente en el lado oscuro. 

No todo lo que cae del cielo es… una bendición

En esta increíble historia de terror superheróico se tira por tierra la preconcepción de que todo lo que llega del espacio y se convierte en super héroe es para rescatar a la raza humana de sus errores y peligros… ooooh no, este no es ni por equivocación el caso y el derrumbe de esa teoría le da un exótico sabor de comic macabro que nunca antes habías sentido en una historia de superhéroes/villanos. Y que sin duda es diversión pura… con asesinatos alrededor.

 La génesis de la otra cara del héroe intergaláctico

Podemos comenzar con que Brightburn es un magnífico giro de tuerca a esas esperanzas añejas de que todo lo que llegue y sea poderoso viene a salvarnos. No señores, Brightburn es la condena más terrible que se hubiera podido cernir sobre el planeta y no hay escapatoria posible, ni tampoco nadie va a venir a salvarnos….

La potencialización del mal es un elemento primordial encerrado en la trama, que no simplemente asusta, sino que aterroriza! por la increíble fuerza y poder del ente maligno con el que se va a tratar y Brightburn es un chico muy… muy malo que no siente el mínimo remordimiento.

James Gunn, a quien conocemos porque ha dirigido las dos primeras películas de “Guardianes de la Galaxia” se coloca como productor no muy lejos de esa fuente y hombro con hombro con el director David Yarovesky  se  proponen crear esta especie de mega destructor a quién no hay nadie que pueda hacerle sombra.   
Gunn ya tiene todo ese bagaje cultural que le ha dado Guardianes de la Galaxia y ahora juega con el lado oscuro, enfrentando la destrucción de los mitos heroicos de seres bondadosos dispuestos a morir por la raza humana. Y con esto da de lleno en la desolación absoluta, confiriendo a un adolescente (en plena tormenta hormonal), el poder de básicamente tomar el control del mundo por la mala.

Si eso no es escalofriante…. No sé qué más pueda serlo.

Aún tomando el inevitable sentido de drama, muerte y desolación adjunto a esto, Brightburn no deja de tener un hondo contenido de sarcasmo/irreverente, casi cáustico, lo que lo hace un plato mucho más interesante y disfrutable.  

No todos los héroes de capa son… saludables para el planeta.

Como pasa con el pobre Clark Kent, Brandon vive en una granja, es un niño aplicado y tiene hasta su interés romántico; todo es “normal”. Sus padres se han desvivido por él y tienen una buena relación. Pero cuando la fuente de la maldad se acerca a Brandon, él simplemente deja que “las cosas fluyan” y pobres de los que se atraviesen en el camino.

Aparentemente todo estaría planteado de una manera simple, pero el escenario detrás no es nada simple. Tory y Kyle van a ir descubriendo con horror qué es ese “ser” con el que han estado viviendo… y sin embargo aún con los peores pronósticos en contra, los une el cariño al hijo y la misma desubicación/vulnerabilidad de Brandon que no entiende qué diablos le está pasando. Cómo podrán combatirlo si lo aman?

Y ahora, quién podrá defendernos?

Jackson A. Dunn, encarna a Brandon y según palabras del propio director, cuando preparaban la película sabía que Elizabeth Banks debía ser la madre y cuando conoció a Dunn supo sin duda que era Brandon. 
Dunn juega con el papel desde bueno y vulnerable hasta la saña del verdadero infierno en un tronar de dedos. Cada parlamento, cada escena nos desconcierta. A veces por su helada presencia y otras por su mirada completamente confundida y melancólica. Por todo esto mirándolo bien, no podemos dejar de sentir un sudorcito frío si es que la humanidad está a su merced. Nos queda claro que es invencible y no tendrá clemencia.

La torcida génesis del mal

Brightburn es el refresco a las cintas de terror o de ciencia ficción, donde el villano es plenamente reconocido y enfrentado con las fuerzas del bien. Aquí se da un salto cuántico, porque no hay fuerza opositora capaz de anular los poderes del mal, por ello la sensación de peligro/huida/terror y desesperanza es mucho más profunda cuanto invencible y desbocado es el mal. 

Pero además no es simplemente un “malvado con super poderes” es un malvado con imaginería de comic! Esto, contrariamente a lo que pudiera suponer, no es un factor que aleja, sino al contrario, refuerza al personaje.

Quiero volar y tener superpoderes!

Algunos niños sueñan con ser Superman, Batman, alguno de los Vengadores o de los X Men… Brandon se incrusta en ellos y los supera en un brinco de terror, diseñando su propia imagen: (auténticamente fruto de la imaginación y colaboración de la esposa de Yarovesky) tiene capa, vuela, es hiperfuerte y como cereza en el pastel tiene una inquietante máscara que no se sabe qué cosa tenebrosa ocultará.

Ni la dirección de David Yarovesky  y el trabajo del guion de Brian Gunn y Mark Gunn  decepcionarán, ni a los amantes del género de terror, ni a los de comics. Además de que apoyados por el diseño de producción y la imagen de Michael Dallatorre en la cinematografía, redondean el universo de terror superheróico de esta familia de Kansas con un “hijo especial”

Conclusión

Más allá de que pueda o no ser un guion memorable, Brightburn es un muy válido intento de presentar una variante al género de súper héroes y de terror, mezclándolo con escenas lo suficientemente crueles y sangrientas como para enganchar al publico y al mismo tiempo, es el comienzo de una historia de maldad disfrazada de superheroica, cosa que nunca se había presentado; no obstante los temas ya tratados en producciones anteriores en los que la dualidad moral de los superhéroes era básicamente discutida o se presentaban alternancias de bando entre los héroes reconocidos (como en Dark Night, Watchmen, hasta Batman contra Supermán o El soldado de invierno) la cuestión es que siempre de alguna manera u otra, el poder del mal tenía una contraparte que lo combatiera. Aquí esa parte no existe. Lo que hace crecer la inquietud al quedar la historia a merced de los delirios de dominación mundial de un adolescente malvado y hormonal.

Qué posibilidades de seguir una franquicia existen? a raíz de esta primera entrega, todas. Mientras que se sigan moviendo los hilos de la manera adecuada, sin caer en soluciones fáciles y políticamente correctas, ni gastar las maldades del personaje central. Quien sabe, tal vez algún día podremos ver a Brightburn enfrentar a cualquier otro super héroe del catálogo clásico. 

Director: David Yarovesky

Reparto: Becky Wahlstrom, Christian Finlayson, David Denman, Elizabeth Banks, Elizabeth Becka, Emmie Hunter, Gregory Alan Williams, Jackson A. Dunn, Jennifer Holland, Matt Jones, Meredith Hagner, Stephen Blackehart, Steve Agee

País: Estados Unidos

Año: 2019

Género(s): Sci-Fi, Drama, Misterio, Thriller, Horror

Duración: 90 min

Clasificación: N/D

Guión: Brian Gunn y Mark Gunn

Fotografía: Michael Dallatorre
Música: Tim Williams
Fecha de estreno en México: 17 de Mayo 2019