EL ÚLTIMO MAESTRO DEL AIRE. (THE LAST AIRBENDER)

Al fin el Tai Chi es vanagloriado como se debe

Por: Fabián Quezada León
El mundo ha sido deconstruido y todo parece conducir a una destrucción total entre las cuatro facciones comprometidas, aire, agua, viento y fuego. Por casi cien años el único maestro capaz de manejar los cuatro elementos ha estado encapsulado en el hielo hasta que Katara y su hermano Sokka lo liberan casi por accidente.

El maestro es Aang, un niño que después de esa siesta de cien años se ha perdido de las grandes guerras y destrucción de los habitantes del aire que ha encabezado la nación de la tierra del fuego. Ahora su labor (aunque esté reticente a ello) es lograr la calma entre las cuatro naciones. para ello deberá de iniciar un viaje donde correrá incontables aventuras al lado de sus rescatadores, teniendo siempre la amenaza de los habitantes del fuego.

Basada en la serie animada de Avatar (cuyo nombre no puede usar debido a obvias razones) El último maestro del aire es una conjunción de buenos deseos salpicados de una violencia blanca y de reminiscencias de otras películas, (intencional o inadvertidamente).

Para empezar está Aang que con su cara de contrición perenne lleva sobre sí la culpa de haber estado emulando a la bella durmiente por cien años. Tiempo en el cual, la malvada nación del fuego hizo de las suyas de una manera digamos “ardiente” El niño, una vez que regresa a su trabajo tras ese siglo sabático metido en el hielo, parece el mini me de David Carradine en la serie setentera de Kung Fu y rápidamente entendemos que realiza toda una serie de acrobacias de tai chi con las que demuestra su poderío en el manejo de los elementos, para envidia y sorpresa de sus nuevos amigos.
Eso, y que además despierta al primo hermano de Fújur (el dragón/perro) de la ochentera “Never ending story”, para usarle como montura y acompañado de sus rescatadores se dirijan a la lejana ciudad del agua para ayudar a los moradores a combatir a los fogosos habitantes del fuego. Tarea, que está por demás decir… fallan miserablemente.
¿Qué sucede con este maestro? Pues que irremisiblemente es una cinta para niños, y para niños pequeños, pero la densidad de los conceptos y los diálogos acartonados son de una pesadez insufrible. Los efectos de hecho son muy buenos pero las soluciones a los conflictos planteados y las enseñanzas filosóficas se quedan en los dos primeros renglones, construyendo un despropósito millonario. La peli comete el pecado de querer ser tan solemne, profunda y con mensaje que la trama de la acción se ve aplastada por ello y la “violencia blanca” (en la que no se muestra sangre ni destrozos humanos) hace su jolgorioso estallido en pantalla.
Mientras la ciudad se ve materialmente destrozada, los protagonistas y prohéroes de la cinta se dedican a escabullirse para colaborar muy discretamente a la defensa del fuerte, dicho de una manera menos retórica: se preocupan más de si el color del cabello de la princesa es blanco por el uso del aclarado aclarante al 1000% de peróxido, que a que el reducto citadino se vea devastado por las terribles fuerzas del mal.
De esta forma la toma del a ciudad llega a un punto en el que el bombardeo parece una lluvia de fuegos artificiales que… ¡ooops! ¡Desbaratan tejados! Pero no destrozan a la gente.
Si se ve en 3D El último maestro del aire puede resultar interesante para disfrutar los efectos, sin preocuparse ni un ápice de la historia. Solo que se debe saber desde antes que solo se va a un showroom de efectos digitales y no a sumergirse en una trama.

Dirección: M. Shyamalan
Reparto: Noah Ringer, Nicola Peltz, Dev Patel, Jackson Rathbone, Shaun Toub
País: Estados Unidos
Año: 2010
Género: Acción, aventura, ciencia ficción
Duración: 1 hr. 43 min.
Clasificación: toda la familia
Fecha de estreno en México: Agosto 27